16 diciembre 2016
La Abogacía refuerza su compromiso con los refugiados en la entrega de los Premios Derechos Humanos 2016
“#DerechosRefugiados, ¿un viaje sin final?”. Bajo este lema, y con la firme determinación del Consejo General de la Abogacía de reforzar su compromiso activo con la protección de los derechos de los refugiados se celebró la Conferencia Anual de la Abogacía 2016, en la que se entregaron los Premios Derechos Humanos, que este año han estado dedicados, de forma extraordinaria, a los refugiados. En la categoría de Personas se premió, de forma conjunta, al Equipo Olímpico de Refugiados y al nadador paralímpico sirio Ibrahim al Hussein, como ejemplo de la superación del drama de la guerra y la persecución a través del deporte; en la categoría de Instituciones, el Premio recayó en Women´s Link Worldwide, cuyo principal objetivo es velar por los derechos de las mujeres migrantes y refugiadas y luchar contra la trata a la que muchas son sometidas; en la categoría de “Medios de Comunicación” al periodista Javier Bauluz, por haber realizado en el último año una de las mejores coberturas mundiales de la llamada “crisis de los refugiados” en Europa; el Premio “Nacho de la Mata” fue a parar este año a José Palazón, activista dedicado especialmente a la infancia y los menores no acompañados en Melilla y fundador de la ONG PRODEIN Melilla. Y finalmente, este año también se concedió un Premio Extraordinario al anterior presidente del Consejo General de la Abogacía, Carlos Carnicer, por su labor en la defensa de los derechos de los refugiados y de los derechos humanos en general durante toda su vida.
Este año la Conferencia Anual estrenó un nuevo formato en el que los protagonistas fueron los premiados, que participaron en un debate sobre derechos humanos y refugiados conducido por la periodista Pepa Bueno, y que posteriormente recibieron el Premio de manos de las principales autoridades presentes en la ceremonia: la presidenta del Consejo General de la Abogacía, Victoria Ortega; el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, el ministro de Justicia, Rafael Catalá; el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, y la vicepresidenta del Consejo General de la Abogacía y decana del Colegio de Abogados de Madrid, Sonia Gumpert.
Cerca de 300 asistentes abarrotaron el Ateneo de Madrid, entre los que se dieron cita representantes de la Justicia y la política, como Juan Carlos Campo Moreno, portavoz de Justicia del PSOE en el Congreso de los Diputados; los vocales del CGPJ Rafael Mozo y Álvaro Cuesta; los magistrados del Supremo José Manuel Bandrés y Antonio del Moral; María Luisa Cava de Llano, ex defensora del Pueblo o Francisco Fernández Marugán, adjunto primero al Defensor del Pueblo.
Protagonistas de la tragedia y la superación
El acto comenzó con una presentación de todos los premiados a cargo de Pepa Bueno, cuyas palabras estuvieron acompañadas por un vídeo de cada uno de los galardonados en el que se mostraba su trayectoria y las razones por las que recibieron el premio. Según Bueno “contamos aquí con los protagonistas de las imágenes tan potentes que vemos en los medios”, y aseguró que “cuanto más grande es la tragedia, más importante son actos como este”, al que calificó como “acontecimiento histórico por el que nos preguntarán. Es una ceremonia necesaria de la que algún día contaremos que estuvimos aquí contando el drama de Siria” y el de otras realidades.
Los primeros en ser presentados fueron Yonas Kinde, miembro del Equipo Olímpico de Refugiados que participó en los Juegos Olímpicos de Rio, e Ibrahim al Hussein, nadador paralímpico que escapó de la guerra siria tras ser mutilado en una de sus piernas y que volvió a competir gracias a la ayuda recibida en Grecia y a su determinación y fuerza. Yonas valoró la representación de refugiados en los Juegos de Rio porque significo “un símbolo para todos los refugiados del mundo”, mientras que Ibrahim aseguró estar muy agradecido por la concesión de este premio porque de esta manera “puede llegar más lejos el mensaje de los refugiados”.
Viviana Waisman, presidenta de Women´s Link Worldwide, aseguró que “las personas que trabajamos en Derechos Humanos nadamos contracorriente, pero las que trabajamos en Derechos Humanos de mujeres e inmigrantes nadamos a contracorriente de la contracorriente”. Por eso, reclamó que “se aplique la perspectiva de género en los juzgados”, porque “el Derecho se escribe y se aplica desde un punto de vista masculino”.
Por su parte, Javier Bauluz señaló durante su presentación que fotografiar la tragedia “es duro, pero siempre hay que pensar que es mucho peor para el fotografiado. Es básico tener la conciencia tranquila para poder trabajar en esto”.
José Palazón, Premio Nacho de la Mata, puso el foco de atención en los menores, que son “los más vulnerables de los vulnerables”, ya que las leyes, aunque no son malas leyes, “son tan proteccionistas que muchas veces se retuercen para perjudicarles”. “Todas las personas que están en la valla de Melilla son deportadas de forma sumaria y a nadie se le pregunta la edad ni las razones por las que está ahí. Pero un menor es más débil porque no puede defenderse si no tiene un mentor que lo haga por él”, aseguró.
Para finalizar las presentaciones, Carlos Carnicer, Premio Extraordinario 2016, aseguró que “el problema de la falta de cumplimiento de los Derechos Humanos es un problema global, pero empezamos a ser conscientes ahora”. “En los Colegios de Abogados hay trampolines para garantizar los pórticos del acceso a la Justicia a todo el mundo, el principal derecho de todos los ciudadanos del mundo”, apuntó.
La vulneración de derechos, un mal presente en todo el mundo
Tras las presentaciones, se abrió un breve coloquio con los premiados, que respondieron a diferentes preguntas realizadas por Pepa Bueno. El primero en intervenir fue Ibrahim al Hussein, que relató cómo perdió la pierna en 2012 Siria tras estallar una bomba mientras intentaba ayudar a un amigo que había recibido un disparo. Las personas que iban con él y que también estaban ayudando también resultaron mutiladas, y todos fueron llevados a un hospital donde finalmente se le realizó la amputación. Tras varios meses de intensos dolores y sin apenas recursos, decidió marcharse a Turquía, donde la situación no mejoró demasiado. Fue cuando llegó a Grecia, a bordo de una patera y en silla de ruedas, cuando su suerte cambió, encontró a personas que le ayudaron y volvió a entrenar “conseguí superar los dolores y vencer a la tragedia a través del deporte. Ahora tengo objetivos y estoy eternamente agradecido a las personas que me ayudaron, ellos creyeron en mi a pesar de que estaba en una situación muy difícil, y eso me da fuerza”.
Por su parte, Javier Bauluz, preguntado por puntos más vulnerables de las rutas de refugiados que ha seguido últimamente, señaló que en todas partes hay peligro. “La xenofobia y la falta de ayuda era continuada al principio. Solo había grupos de voluntarios que se organizaban para echar una mano a las personas que veían pasar por delante de sus casas. Había un abandono total, ni Gobiernos, ni instituciones, ni Europa, ni nada. Pero tras la publicación de la foto de Aylan, comenzó a haber una mayor empatía con los refugiados, y los Gobiernos no se atrevieron a cerrar las rutas, aunque aparte de Angela Merkel, que fue la única que cumplió con la ley y los principios de humanidad y tiene acogidos a la mayoría de los refugiados que entraron y siguen entrando, el resto no ha cumplido”.
El ex presidente de la Abogacía, Carlos Carnicer, apuntó que “aunque el Derecho no puede llegar a todas partes, se puede ampliar el campo”, y puso como ejemplo el registro de abogados voluntarios para dar asistencia a refugiados que se puso en marcha desde el Consejo General de la Abogacía el año pasado en el que “en 15 días se habían apuntado más de 1.500 abogados”.
Yonas Kinde relató su experiencia en Luxemburgo, un país al que llegó en 2012 tan desorientado al salir de su país que durante días “pensaba que estaba en Alemania”, sin conocer el idioma y con muchas dificultades en sus primeros tiempos allí. “Aunque sigue sin ser fácil, estoy mejor que antes, pero sigo muy solo porque mi familia sigue en Etiopía”, aseguró.
Preguntado por el futuro que les espera a los niños y niñas que sufren la guerra en Siria y en otras partes del mundo, José Palazón expresó su esperanza en que “la experiencia tan negativa que han tenido será la motivación para construir una Siria que será de nuevo un ejemplo, y estoy seguro que incluso con respecto a nosotros se van a terminar imponiendo las cosas buenas”.
Para finalizar el coloquio, Viviana Waisman alertó que para las niñas y mujeres “hay peligro en todas partes”, pero sobre todo llamó la atención sobre “la frontera sur de España, donde se violan los derechos de las niñas igual que en otras zonas”, y que “cuando se analiza con perspectiva de género, pierde sentido el concepto de país seguro”.
El deporte como refugio y apoyo
Terminado el coloquio, se procedió a la entrega de los Premios Derechos Humanos 2016, y los primeros en hacerlo fueron Yonas Kinde, en representación del Equipo Olímpico de Refugiados, e Ibrahim al Hussein, que lo recibieron de manos del ministro de Justicia, Rafael Catalá.
Yonas agradeció el premio a Consejo y aseguró recogerlo no solo en nombre de los 10 atletas que conformaron el equipo, sino también “en nombre de los entrenadores, equipo técnico y todos los que hicieron posible este proyecto”. “Hace un año, desde el Comité Olímpico Internacional se dijo que los refugiados no tenemos casa, ni himno ni bandera, y que las Olimpiadas nos ofrecerían una casa, los Juegos, una bandera, la Olímpica, y un himno, el de los Juegos, que sonaría en nuestro honor para convertirnos en un símbolo de esperanza para todos los refugiados del mundo”. Y así fue: los miembros del equipo, aunque de diferentes países y con diferentes historias “teníamos en común el amor por el deporte” y, por encima de todo “somos atletas”. La experiencia “estuvo por encima de lo que podíamos soñar y nos sentimos igual que el resto de deportistas, demostrando que a través de un trabajo duro y determinación se pueden conseguir cosas”. “Todos somos humanos. Todos vivimos en el mismo planeta y podemos trabajar juntos para conseguir un mundo mejor”, finalizó.
Por su parte, Ibrahim se mostró igualmente agradecido tanto por el Premio como por la oportunidad que supuso participar en los Juegos Paralímpicos de Río, algo que “nos va a dar más fuerzas”. Tras ello, sacó un cartel con la leyenda “Children of Alebbo today” (“Los niños de Alepo hoy”), y aseguró querer mandar un mensaje de esperanza “para que todos trabajemos por el futuro de la humanidad, por las nuevas generaciones. Hay que trabajar para ayudar a los niños. A nosotros no nos importa que se destruyan los edificios en la guerra, solo queremos sacar de allí a los niños y su futuro”, y terminó con un sentido “viva Siria libre”.
La defensa de los derechos de las mujeres, un trabajo incansable
El fiscal general del Estado, José Manuel Maza, fue el encargado de entregar el Premio “Instituciones” a la presidenta de Women´s Link Worldwide, Viviana Waisman, quien aseguró que la defensa de las mujeres es “un trabajo incansable”, y tuvo un reconocimiento a todas las trabajadoras de su organización, que “son de muy diversos países”, al igual que las mujeres y niñas a las que defienden. “Todas las mujeres tienen que ser protegidas porque si no, no se pueden defender los derechos humanos”, aseguró. “Debemos defender los derechos de los refugiados como si fueran nuestros derechos”.
Un premio unido a un profundo compromiso
José Palazón recibió el premio “Nacho de la Mata” de manos de la vicepresidenta del Consejo General de la Abogacía, Sonia Gumpert, y aseguró que “este premio no lo puedo recibir sin asumir el compromiso de seguir y mantener viva la llama que en todos nosotros encendió Nacho de la Mata. Yo asumo ese compromiso plenamente, aunque nos puso el listón muy alto”. Además, destacó el papel en la defensa de los menores más vulnerables de María Luisa Cava de Llano, presente entre los asistentes.
Además, aseguró que la frontera de Melilla es “la peor frontera que he visto nunca”. “No he visto otra donde se practique la violencia que hay en ésta”, y aunque “después la atención a los inmigrantes sea la mejor, lo que ocurre en la entrada es indigno de un país como el nuestro”. Por todo ello, agradeció a los abogados que ayudan van a ayudar a proteger a los niños inmigrantes, y especialmente citó a varios abogados del Colegio de Madrid y de Melilla, ya que “son los únicos que lo hacen” porque “las instituciones no ayudan”.
El peligro de la xenofobia
El Premio Derechos Humanos en la categoría de “Medios de Comunicación” se lo entregó a Javier Bauluz la presidenta del Consejo General de la Abogacía, Victoria Ortega. Durante su intervención, Bauluz animó a los abogados asistentes a ayudar a los más vulnerables, y alertó sobre la falta de democracia cuando no se respetan los derechos humanos. “Sin derechos humanos no hay democracia, pero hoy eso se convierte en que sin derechos humanos hay un nuevo fascismo”. “Se empezó a criminalizar a los refugiados, y el discurso de la xenofobia empezó a tomar camino. La gente comienza a tener miedo, a rechazar al otro. En Europa hay muchas luces rojas en las que se marca que este crecimiento del discurso xenófobo se puede empezar a convertir en poder ejecutivo”. “O nos ponemos las pilas, o la situación de los derechos humanos irá a peor”, aseguró.
Un premio a toda una vida
Finalmente, Carlos Carnicer recibió el Premio Extraordinario 2016 por toda una vida dedicada a la defensa de los derechos humanos de manos de Carlos Lesmes, presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo. Durante su intervención, Carnicer aseguró sentirse “con una profunda vergüenza por comparecer ante todos vosotros que habéis hecho tanto por los derechos humanos”, y disertó a través de un texto sobre la importancia de vivir una segunda vida “que comienza tras darse uno cuenta de que solo existe una” en plenitud, y como dar los mejores frutos para mejorar la vida de los demás.
Para finalizar, los asistentes pudieron disfrutar de tres temas del cantautor Pedro Guerra -“Niña”, “Monarca” y la famosa canción “Contamíname”- que asistió a la Conferencia Anual para poner el broche de oro a esta fiesta de los Derechos Humanos.