20 agosto 2013
Ángel Orpez: evita que una mujer a la que defiende de oficio herede las deudas del asesino de su hija
La hija de Juana Vacas murió a manos de su exmarido. Juana, que no sabe leer ni escribir y apenas puede oir, aceptó sin saberlo una herencia envenenada que incluía las deudas del asesino. Ha estado a punto de perder la casa en la que vive, que es lo único que tiene. Gracias a la presión popular y, sobre todo, a los buenos oficios de su abogado del Turno, Ángel Orpez, la justicia ha anulado la herencia y Juana puede vivir en paz.
Pregunta.- El caso de Juana Vacas ha tenido mucha repercusión en los medios de comunicación. La mayoría de los ciudadanos entiende que no puede ser que esta mujer pague las deudas del asesino de su hija pero, ¿cuál era la situación jurídica? ¿Qué complejidades presentaba el caso cuando se le asignó por Turno?
Respuesta.- Juana Vacas aceptó una herencia de su hija, asesinada en 2011 por su ex marido. Juana solo quería liquidar el Impuesto de Sucesiones, pero el oficial de la notaría le aconseja que, además de pagar el Impuesto, haga la declaración de herederos y posterior aceptación de la herencia, de manera que pudiese recobrar la nuda propiedad de la sexta parte del inmueble, donde ella vive, que era propiedad de su hija asesinada y que recibió como herencia de su padre. Juana se encontraba gravemente afectada desde el punto de vista psicológico por la muerte de su hija. Tal y como indica el Informe Forense, tenía 73 años, no sabe leer ni escribir y además padece hipoacusia severa, por lo que es necesario hablarle en tono de voz alto y cuando ella mira a la cara. Consecuencia de todo lo expuesto es que realizó el acto de aceptación de la herencia sin oir ni entender, sin saber las consecuencias y transcendencia de lo que hacía y sin que nadie se lo explicara.
Se incurrió en error o vicio de consentimiento, puesto que se otorgó el acto sin entender lo que significaba la aceptación de herencia pura y simple, y sin conocer otros bienes y deudas de la causante distintos de los mencionados en la escritura.
Yo fui designado de Oficio cuando el compañero que inició el procedimiento y acudió a la audiencia previa renunció a la defensa de Juana Vacas. Además de los problemas propios de la situación, me encontré con un procedimiento que no había empezado yo y que tenía que defender como propio.
P.- El juzgado de instrucción nº 1 de Jaén ha anulado la herencia. ¿Cree que habrá recurso?
R.- Espero que no, doña Juana se merece un poco de tranquilidad después del calvario que ha sufrido durante los últimos años. Además la sentencia entiendo que está bastante bien fundamentada. Sin embargo, como se dictó el 24 de julio, está aún en plazo, con lo que es susceptible de recurso.
P.- ¿Cómo ha afrontado Juana Vacas todo este proceso?
R.- Con mucha entereza. En algunos momentos resignada, pero siempre luchadora y con ganas de seguir adelante.
P.- Ella ha dicho de usted que es un ángel en todos los sentidos. ¿Cuál ha sido su relación con ella? ¿Confió en usted desde el primer momento a pesar de que su anterior abogado renunió a su defensa?
R.- Mi relación ha sido cordial en todo momento, y de ánimo. Encarnación Armenteros, hija y portavoz de Juana Vacas, me dijo: “Don Ángel no deje usted a mi madre, ayúdenos por favor”. Ellas confiaron en mí desde el primer momento, tuvimos varias reuniones en mi despacho y siempre percibí esa confianza.
P.- No es el primer caso de este tipo que se conoce, y también ocurre que un maltratador pretende cobrar la pensión de viudedad tras haber asesinado a su pareja, o una indemnización por la muerte de su ex pareja a la que maltrataba, como ha ocurrido con una mujer fallecida en el accidente de tren de Santiago. ¿Cree que habría que hacer modificaciones legales para evitar que esto suceda?
R.- Estos casos son aberrantes desde luego. Alguien dijo que la vida evoluciona más rápidamente que las leyes. Evidentemente, hay mucho que cambiar y en nuestra mano está conseguir que las leyes sean cada día más justas y abarquen todas las realidades sociales. Le diré que siempre han existido aprovechados, pero en casos como los que menciona deberían existir castigos ejemplares, que las leyes prevén, pero que en muchas ocasiones no se aplican.
P.- ¿Por qué se hizo abogado?
R.- Me hice abogado por vocación. Hay personas a las que la vocación les llega pronto y en otros es más tardía, como es mí caso. Yo siempre quise ser abogado, pero por una cosa u otra lo fui dejando y concluí mis estudios hace apenas cuatro años. Cumplí así un sueño que tenía desde joven y que he podido conseguir a la edad de 41 años.
P.- ¿Desde cuándo ejerce en el Turno de Oficio? ¿Qué le aporta personal y profesionalmente?
R.- Estoy de alta en el turno desde septiembre de 2012. Me aporta, en primer lugar, mucha experiencia y en segundo lugar, conocimiento y casuística, que de otra manera no tendría la oportunidad de conocer. El Turno de Oficio enriquece profesionalmente, pero no económicamente.
P.- ¿Cómo vive los impagos y los recortes en Justicia Gratuita?
R.- Lo veo con enorme pena. Los que ejercemos el Turno de Oficio no estamos por motivos económicos, es sabido que está mal pagado. Nos mueve el servicio al ciudadano, al más necesitado que se encuentra en una situación de vulnerabilidad por su precaria situación económica. El derecho que tiene el ciudadano a litigar, en caso de no tener medios, debe ser sufragado por la administración pública, pero siempre de una manera digna y de acuerdo con el trabajo profesional realizado, no como una limosna.
P.- ¿Comparte la opinión de que solo obtiene justicia quien puede pagarla?
R.- No comparto esa afirmación en modo alguno. Entiendo que la administración de Justicia es un servicio público básico, esencial para el buen funcionamiento de la sociedad. El ciudadano la considera como un servicio público más, comparable a la educación o la sanidad. Por otra parte, no debemos olvidarnos del derecho de toda persona a una defensa digna y a la tutela judicial efectiva de sus derechos.
P.- ¿Conoce casos de personas que han renunciado a recurrir por las tasas?
R.- Claro que sí, y lo que es peor, en muchos casos teniendo la razón de su parte. La tasa solo beneficia a los más poderosos económicamente y se convierte en un grave escollo a la hora de que los ciudadanos acudan al despacho de un abogado. Y además, abogados y procuradores nos convertimos en recaudadores de Hacienda.
MUY PERSONAL
Nací en Martos (Jaén), el 28 de marzo de 1968, donde vivo actualmente y tengo mi despacho profesional. Mis referentes han sido mis profesores y mis compañeros, en la actualidad el abogado Jesús Pérez Caballero, con el que comparto despacho y, como no, la aplicación de la ley desde el sentido común. Me gusta viajar en moto, la lectura, dar grandes paseos y la política. Tengo dos hijos, de 15 años. Mi hija dice que quiere ser juez, ya veremos…