Blog de Comunicación y Marketing Jurídicos
10 noviembre 2016
Gestiona tu estrés: gestiona tu bienestar (II)
Por María Antonia Carmona
En el mes de septiembre, se publicó el artículo “Gestiona tu estrés: gestiona tu bienestar (I)” que hablaba de qué es el estrés, cuáles son sus manifestaciones (físicas, conductuales, mentales y emocionales) y proponíamos las siguientes claves:
- Analizar la respuesta al estrés (explicada en el artículo de septiembre)
- Gestionar nuestros pensamientos
- Relajar cuerpo y mente
- Cambiar nuestros hábitos
Continuamos la exposición de las claves para superar el estrés:
B. GESTIONAR NUESTROS PENSAMIENTOS
Trabajar nuestro estrés, desde nuestros pensamientos frente a las situaciones, es la mejor manera de acabar con él, porque la manera cómo nos tomamos lo que nos pasa puede determinar el impacto del hecho en nosotros, y hace que lo podamos gestionar mejor o que, por el contrario, lo veamos como una amenaza con la consiguiente carga de estrés asociada. Para ello:
- Relativiza los acontecimientos. ¿Me preocupo por lo verdaderamente importante o me concentro en nimiedades? Y esto tanto en nuestra vida profesional, como en nuestra vida personal, ya que ambas esferas se retroalimentan. Por ejemplo, “si empiezo a alterarme porque la cola para entregar documentación es larga y avanza despacio, ahí ya empezare a acumular estrés y todo lo que venga después sumara. Y realmente ¿esto es tan importante?
- Actúa desde tu círculo de control interno. Por mucho que me preocupe porque tarda en salir el juicio de mi cliente, este no saldrá antes porque yo me atormente, me preocupe o me estrese. Además, el tema de la lentitud de la justicia es un tema sobre el cual yo no tienes ningún control. La postura “saludable” para no generar estrés es: concentrarse en aquello que solo depende de nosotros (círculo de control interno o circulo de influencia) y sobre lo cual podemos influir con nuestras acciones. Por ejemplo, mantener contacto periódico con nuestro cliente para que sienta que estamos apoyándole.
- Concéntrate en el qué y no en el porqué. Ante un problema, preguntarnos qué puedo hacer, a quien puedo recurrir, como lo puedo solucionar, etc… En vez de atormentarnos pensado por qué me pasa a mí, qué mala suerte, tratar de echar balones fuera con el “es que”, culpabilizar a otros o culpabilizarnos, etc.
- Evita comparaciones. En vez de lamentarte porque otros tienen lo que yo quiero, analizar qué han hecho para tenerlo e imitarles en aquello que sea posible. Y si nos da la tentación de compararnos, compararnos con personas que estén peor que nosotros.
- Haz una buena gestión de tu tiempo. Concéntrate en estas cinco reglas:
- Se realista en la adquisición de compromisos
- Fíjate objetivos realistas y alcanzables
- Aprende a “decir no” de manera asertiva
- Señala prioridades
- Evita interrupciones.
- Practica el pensamiento positivo. Por ejemplo: anota todos los días tres cosas (elige entre las que: te hayan gustado, puedas agradecer o te han motivado, por ejemplo: un cliente nuevo, un día de trabajo aprovechado, comer con un amigo, un paseo, redactar una buena demanda, las buenas notas de tu hijo, etc. Diversifica intereses, no te centres solo en lo laboral); fomenta las relaciones (liberaras oxitocina y te sentirás mejor), agradece, ríete con frecuencia, etc. Practicar estas sencillas acciones, te hará liberar serotonina y endorfinas que te proporcionaran: motivación, estados de calma, alegría, capacidad creativa, capacidad de trabajo, además de importantes beneficios sobre tu salud.
C. RELAJA CUERPO Y MENTE
- Practica técnicas de respiración y de relajación. Aparte de relajar nuestra mente, nos ayudan a relajar nuestro cuerpo, evitando los efectos físicos del estrés (contracturas, lumbalgias, afonías, etc.). Puedes empezar con la “Relajación progresiva de Jacobson” y la “Relajación autógena de Schultz”.
- Practica el Mindfulness. Generalmente, nos estresamos porque estamos anclados en el pasado (que me paso, que hice, que salió mal, por ejemplo: “He perdido el juicio, cómo me chillo ese cliente”, etc.) o en el futuro (focalizados en miedos imaginarios, futuros adversos, por ejemplo, “perderé el juicio”, “seguro que el abogado de la parte contraria es mejor”, “no tendré clientes”, etc.). El mindfulness te permitirá centrarte y anclarte en el presente, te aportará serenidad y bienestar, te permitirá bajar tu nivel de irritabilidad y contribuirá a fortalecer tu memoria y a desarrollar tu capacidad de concentración. El libro “Mindfulness Práctico” (Ken A. Verni), puede ser un buen comienzo.
D. CAMBIA TUS HABITOS
- Rompe la rutina “de casa al trabajo y del trabajo a casa”: para ello busca una actividad, aunque solo sea de 30 minutos. Eso sí, que te sea sencilla de realizar, se adapte a tus horarios y sobre todo que te motive.
- Cambia de ritmo y de rutina en el fin de semana: no hagas lo mismo que de lunes a viernes, prueba con cosas nuevas y cambia los escenarios habituales.
- Elimina los 5-10 minutos de pereza en la cama al despertarte: y así evitaras tener que ir con prisas al trabajo y eliminarás ya de mañana un estímulo estresante.
- Planifica tu horario y actividades el día anterior y prepara entonces lo que puedas necesitar para el día siguiente: ropa, desayuno, comida, papeles para llevar al trabajo, etc.
Por último, quiero señalar que se ha demostrado que reducir el estrés tiene grandes beneficios a nivel laboral, que te resumimos a continuación. (Fuente: Berkshire Consultancy).
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