Blog de Derecho de los Animales
09 junio 2017
Maltrato animal: los caballos, los grandes olvidados
Yvonne Figueras Talarn. Abogada. Presidenta de la Comisión para la Defensa de los Derechos de los Animales del Colegio de Abogados de Reus
Desgraciadamente en la actualidad continúa habiendo un desconocimiento sobre las necesidades de los équidos, y también sobre la situación de malos tratos que sufren en muchos casos.
En España no existe una Ley Marco clara que ampare a todos los animales del territorio nacional. Sin embargo Cataluña es la Comunidad Autónoma más avanzada en materia de protección a los animales, siendo de aplicación la “Ley de Protección de animales de Cataluña “, que en su artículo 4 regula las obligaciones de las personas propietarias y poseedoras de animales en cuanto a que deben mantenerlos en buenas condiciones higiénico-sanitarias, de bienestar y seguridad, y además prestarles la atención veterinaria básica para garantizar su salud. Igualmente el artículo 5 de la indicada Ley prohíbe expresamente matarlos, agredirlos o someterlos a cualquier práctica que les produzca sufrimiento o daños físicos o psicológicos, abandonarlos, no facilitarles alimentación suficiente, etc.
La reciente reforma del Código Penal en materia de maltrato animal artículos, 337 y 337 bis del Código Penal, ha supuesto un gran avance, pero aun queda un largo camino por recorrer.
Los caballos son seres sintientes, son capaces de desarrollar sentimientos muy profundos y de tener una compenetración plena con el ser humano. Son animales inteligentes, expresivos, sensibles y muy sociables, que además se encariñan con las personas y son verdaderos animales de compañía.
Por tanto no hay que considerar nunca que el caballo es un esclavo, sino todo lo contrario, para el dueño o el jinete el caballo es su compañero, y la relación que debe haber entre ambos debe ser siempre de respeto mutuo.
He querido hacer esta breve introducción, antes de entrar a analizar la situación en la que desgraciadamente se encuentran hoy muchos caballos, que son maltratados, explotados, y desechados cuando ya no sirven.
La crisis económica que desde hace años ha castigado a nuestro país, ha tenido también consecuencias muy negativas para los équidos, que se ha traducido en un incremento muy elevado tanto del sacrificio como de su abandono. Así, por ejemplo, en el año 2012 fueron sacrificados 70.000 caballos, y de los mataderos españoles salían más de 15.000 toneladas de carne de caballo, lo cual hace concluir que la matanza de caballos ha sido un gran negocio en la época de crisis.
Todo esto nos debe hacer reflexionar, para mí es totalmente incomprensible hasta dónde puede llegar la actitud de algunas personas en su trato con unos animales tan nobles como los caballos. Pienso por ejemplo en el caso que en el año 2016 se descubrió en la población de Montilla (Córdoba), con implicación de 12 personas investigadas a los que se les imputa entre otros delitos el de maltrato animal. Estos individuos se dedicaban a comprar caballos por el módico precio de 1.000 euros, los aseguraban por 20.000 euros y, posteriormente, los mataban ahorcándolos o provocándoles un cólico súbito, para posteriormente cobrar las indemnizaciones de las aseguradoras. Por suerte fueron descubiertos y el asunto está ahora en manos de la justicia.
Otro de los temas relacionado con el mundo equino es la de los caballos de carreras. Sobre esta cuestión se han dado casos de caballos destinados a esta actividad a los que les han suministrado ciertas sustancias, sin tener en cuenta los posibles efectos negativos sobre su salud, sin ningún tipo de control veterinario, con el único fin de conseguir un alto rendimiento del animal. En nuestro país se ha legislado sobre la cuestión relacionada con el dopaje de los deportistas a través del Real Decreto 255/1996 de 16 de Febrero, por el cual se establece el régimen de infracciones y sanciones para la represión del dopaje, pero desgraciadamente no existe una legislación específica relativa al dopaje a los animales que participan en actividades deportivas.
Además los caballos destinados a esta actividad, no tienen una vida estable ya que se les obliga a viajar constantemente en cualquier medio de transporte, no conocen lo que es vivir en libertad, además de que esta actividad supone en la mayoría de los casos, por el duro entrenamiento y actividad a las que están sometidos, que sufran lesiones, fracturas, etc., que afectan de un modo muy importante a su salud.
Por si esto fuera poco, lo más triste es que muchos de los caballos utilizados para las carreras tienen como final la eutanasia o el matadero cuando ya no sirven, o bien mueren por accidentes que sufren durante las carreras.
Uno de los casos más significativos de dopaje de caballos es el llamado “caso cabriol“, cuyo conocimiento correspondió al Juzgado de Instrucción N º 2 de Manacor. Los denunciados fueron en este caso los propietarios de varios caballos de carreras, entrenadores, mozos de cuadra y veterinarios, los cuales están bajo sospecha de haber suministrado a los caballos mezclas de sustancias sin previo control veterinario. El ·caso cabriol” se inició en el año 2014 a raíz de la denuncia de un particular, y actualmente aun está en fase de investigación
Tampoco podemos olvidar los casos de utilización de caballos en fiestas populares en las que se maltrata a estos animales. A muchos de los caballos que se utilizan para las calesas o en las ferias se les explota sin descanso, no se les ofrece la manutención adecuada, ni tampoco la asistencia veterinaria que precisan, muchos de ellos incluso han muerto. Sirva a modo de ejemplo la Romería del Rocío, recientemente celebrada. Sobre esta cuestión el pasado año el Defensor del Pueblo presentó una queja a la Junta de Andalucía y se denunció, por ejemplo, la utilización de serretas en estos animales durante la romería, en concreto en relación a un poni que participó en el evento, que estaba cojo, ciego de un ojo y con heridas en la nariz provocadas precisamente por la utilización de este instrumento.
Antes estos hechos deplorables, que se continúan produciendo, pienso que no podemos cerrar los ojos, y por tanto deben promulgarse más leyes que protejan a estos animales de los abusos que viene padeciendo. En el año 2015, la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA), dio un paso adelante ante la Unión Europea con una propuesta para que se modifique la legislación sobre équidos (caballos, mulos y asnos) porque están desprotegidos, ya que por una parte existe un desconocimiento sobre sus necesidades, y por otra por la situación de malos tratos que sufren.
Por último no quisiera finalizar sin hacer una referencia explícita a las asociaciones de nuestro país, que vienen realizando desde hace años una labor ejemplar de recogida de caballos abandonados y maltratados, a los que sus dueños ya no quieren. Las personas que gestionan estas asociaciones, les dan cariño, les rehabilitan y cubren todas sus necesidades; no sin un enorme esfuerzo, tanto personal como económico, pues no disponen de ayuda de ningún tipo.
Por este motivo entiendo que las Administraciones deberían implicarse en esta cuestión, de manera que, a través de ayudas y subvenciones públicas, los caballos puedan tener cubiertas todas sus necesidades. Es labor de todos poner en marcha los mecanismos que sean necesarios para conseguir una sensibilización por parte de las Administraciones Públicas y que el apoyo económico para esta causa sea una realidad y perdure en el tiempo.
No quisiera finalizar mi intervención en este blog, sin hacer una dedicatoria para mí muy emotiva, y que tiene relación con el tema que acabo de tratar. Quiero dedicar mi primera colaboración a mi yegua Esperanza. Hace aproximadamente un año que está conmigo, llego a mi vida en un momento en que yo tenía problemas de salud y, casualmente, ella también. Nos conocimos y enseguida conectamos. Gracias a ella he podido superar este pequeño bache en mi vida, y ella el suyo, ya que me tendrá a mí como compañera incondicional para siempre, y sé sin lugar a dudas que yo la tengo a ella.
Mi deseo es que todos los caballos de este mundo, sobre todo los maltratados y abandonados, encuentren la paz y bienestar que se merecen, con personas que se crucen en su camino y que los quieran por encima de todo, como yo a mi yegua Esperanza.