Blog de Derecho de los Animales
18 enero 2019
Retos en materia de protección animal
Alexandra Martínez Esteso. Abogada. Miembro de la Comisión de Derecho Animal del Colegio de Abogados de Alicante
La sociedad cambia y avanza mucho más rápido de lo que lo hacen las leyes. En este punto, creo que nadie discute esta afirmación. En el caso de los animales, el retraso en la adaptación de las leyes al sentimiento generalizado de la sociedad, respecto de que deben ser sujetos de derecho, con todas las implicaciones que esto conlleva, llega con mucho retraso (recordemos que España ratificó en 2017 el Convenio Europeo de Protección Animal que la Unión Europea aprobó en el año 1987, es decir, 30 años después).
Sin embargo, en los últimos tiempos se han dado pequeños grandes pasos, que sin duda alguna harán que el estatus de los animales (al menos de momento los llamados “de compañía”), mejore sensiblemente. Hablamos de la reforma del Código Penal de 1 de julio de 2015, con el agravamiento de las penas por maltrato animal y la inclusión de nuevos tipos penales, como el delito de abandono en su artículo 337 bis y el futuro cambio que supondrá la modificación del Código Civil (se modificarán los artículos 333 y 334) con la entrada de los animales en la categoría de “seres dotados de sensibilidad” siguiendo la estela de países como Portugal, Francia, Suiza y Alemania.
Pero a pesar de que el avance en materia de protección animal es positivo, entiendo que es lento e insuficiente con respecto al sentir general de la población, que cada vez reclama más derechos para los animales. Por lo que debemos preguntarnos ¿cuáles son los retos a los que debemos enfrentarnos e intentar mejorar los juristas en materia de protección animal? ¿qué podemos hacer por el avance y la mejora de su situación? En mi opinión el futuro más próximo pasa indudablemente por ver la repercusión que tendrá la modificación del Código Civil, reconociendo a los animales como seres dotados de sensibilidad, puesto que conllevará mejoras para los mismos en muchas y diversas materias: no podrán ser embargados, puesto que dejarán de ser cosas susceptibles de embargo, podrán ser tratados en los Juzgados de familia en materia de guarda y custodia, se deberá velar por su bienestar y seguridad… en definitiva deberán modificarse el artículo 111 de la Ley Hipotecaria y el artículo 605 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Además, el hecho de considerarlos como seres dotados de sensibilidad podría conllevar en un futuro una nueva reforma del Código Penal, que agrave las penas por maltrato, incluyendo nuevos tipos penales, o que la tipicidad incluya a animales que no sean considerados de compañía o estén bajo la tutela de las personas, como son los animales silvestres o salvajes, ya que es absurdo pensar que mi perro o mi gato es sensible y es sujeto de derechos, pero el ciervo que está en el monte, la gallina que está en la granja o el toro que sale a la plaza no lo son.
Otro reto al que entiendo que debemos enfrentarnos de manera directa es al bienestar de los animales de granja, los grandes olvidados y los que más maltrato y en peores condiciones viven. Al respecto, en los últimos días hemos asistido a la noticia de que Escocia obligará a instalar cámaras de seguridad en los mataderos, hecho que sin duda llevará aparejado que dejen de cometerse atrocidades dentro de los mismos o a la noticia de que Bélgica ha decidido imponer una nueva normativa que elimina excepciones religiosas en el no aturdimiento de los animales antes de ser sacrificados.
Además e indudablemente debemos enfrentarnos a la revisión de nuestras tradiciones y cultura populares, ya que no puede entenderse una España moderna y culturizada con el uso y sacrificio de animales en todo tipo de festejos, como si de la Antigua Roma se tratase, o el sacrificio de animales por supuesta deportividad.
En conclusión, si bien los pasos que se han dado han sido cortos y lentos, sin duda alguna han sido en firme y acertados, pero no debemos obviar que aún la sociedad reclama a nivel global y general, muchos más derechos para los animales y España no debe obviar este reclamo popular y debe liderar el cambio por los animales y su bienestar.