23 diciembre 2019
Demetrius Demetrio, Premio Nacho de la Mata 2019: “Mi temporada en la calle me dio la capacidad para ejercer el trabajo social y educativo que desarrollo”
Por Claudia Mieres Rodríguez
La Comunidad de los Pequeños Profetas es una ONG situada en Recife, Brasil. Allí ayudan cada año a 400 niños y adolescentes y a cerca de 290 familias en riesgo de exclusión social. Su fundador, Demetrius Demetrio, ha luchado desde muy joven por la defensa de los derechos humanos de las personas más vulnerables, ha vivido en la calle, ha expuesto su vida por ayudar a los demás y ha sido reconocido en múltiples ocasiones por su trabajo. Sus proyectos se basan en la sostenibilidad y la gastronomía como motor de cambio.
1.¿Qué significa para usted recibir este premio?
Es el reconocimiento de años de lucha, como mirar hacia atrás y decir: ¡Valió la pena! Es la materialización de que cuando uno realmente cree en la buena práctica y en el buen servicio, las cosas suceden, se vuelven reales y, no solo somos felices, sino que nos hacemos felices mutuamente. El premio tiene una gran importancia; ser testigo de los cambios radicales que han tenido lugar en la vida de una persona que se encuentra en el camino hacia la delincuencia y, en numerosas ocasiones, testifico que fui la persona clave en el la vida de ese otro para que él pudiera cambiar.
2. ¿Cómo se le ocurrió fundar la Comunidad de Pequeños Profetas?
En Recife, al caminar por las calles del centro de la ciudad me impactó la cantidad de personas que viven en las calles, especialmente los niños. Ver a personas recolectando restos de comida de los restaurantes del centro para comer me enojó y me despertó con las ganas de cambiar esta realidad.
El universo conspiró a mi favor cuando conocí al Arzobispo Helder Camara, conocido internacionalmente por luchar contra el hambre, siendo incluso nominado al Premio Nobel de la Paz. Hablando con él, me refirió a un grupo de voluntarios que ayudaron a estas personas en las calles. Me involucré en este grupo y después de un año decidí vivir en las calles del centro de Recife. Después de la experiencia de vivir en la calle la Comunidad de Pequeños Profetas surgió para reescribir una nueva historia en la vida de niños y adolescentes en riesgo.
Mi temporada en las calles me dio la capacidad fundamental para ejercer el trabajo social y educativo que desarrollo.
3. ¿Quiénes forman la Comunidad y a cuántas personas beneficia?
Es una organización no gubernamental, sin fines lucrativos, que desde hace más de 30 años atiende a niños y adolescentes en situación de riesgo social en Recife. La entidad trabaja con proyectos e iniciativas que ayudan a amenizar, combatir y revertir los problemas a los que se enfrentan estos niños y jóvenes.
Ofrece atención a niños y jóvenes de 7 a 21 años de edad, de ambos sexos, en situación de riesgo social y riesgo personal de muerte, teniendo la mayoría de ellos vínculos familiares frágiles o rotos. El perfil predominante es afrodescendente, en su mayoría dependientes de sustancias psicoactivas como el CRACK, que han sufrido o sufren violencia doméstica y sexual, excluidos del sistema público.
Los beneficiados tienen acceso a actividades educativas, culturales, deportivas, ambientales y gastronómicas, además de contar con acompañamiento y asistencia psicológica, social y nutricional. La institución presta atención diariamente a unos 60 beneficiados. Al año la entidad atiende, aproximadamente a 400 niños y adolescentes y cerca de 290 familias. Atendemos indirectamente a un público de más de 10.000 personas.
4. ¿Cómo es el barrio de Sao José (Recife) donde se encuentra la Comunidad de los Pequeños Profetas?
El barrio de Sao Jose, uno de los más antiguos y tradicionales de Recife, tiene un área de 178 hectáreas y una población de 8.653 habitantes.
Anteriormente sus habitantes eran comerciantes, portuarios y otros representantes de la clase media de Recife. Por ello, hace mucho tiempo, el barrio era una zona fundamentalmente residencial.
Hoy el viejo barrio de Sao Jose está desfigurado, con algunos edificios en ruinas, problemas sociales, de higiene urbana y de tránsito. Es donde se concentran personas en situación de vulnerabilidad social. Cabe destacar que alrededor del vecindario se encuentra la zona con el IDH más bajo de todo el municipio, que es el distrito de Coque, donde la pobreza, la miseria y la violencia están muy presentes, y esto influye en la realidad del vecindario de San José, y en su situación actual.
5. ¿Qué es lo más bonito de su trabajo?
La sonrisa es lo principal. Ver a nuestros niños sonriendo, felices, creando un mundo donde el respeto forma parte del día a día y percibiendo que cada uno tiene su momento y su propia historia de vida y que a pesar de los obstáculos todavía pueden sonreír, todavía pueden soñar.
También tiene mucha belleza la relación en la que dos personas se revelan una a la otra – como educador social permito que mi vida penetre en la vida de los educados y eso requiere apertura, respeto mutuo y reciprocidad. La verdad es poderosa y puede modificar la vida de las personas. Ahí está el secreto de la belleza: compartir momentos de alegría o tristeza
6. ¿Qué resultados se han obtenido desde su fundación?
Los Pequeños Profetas presenta décadas de trabajos positivamente reconocidos, tanto en Brasil como en otros países, con proyectos que incluso reciben premios nacionales e internacionales como por ejemplo el Premio de Objetivos de Desarrollo del Milenio, concedido por el Gobierno Federal de Brasil y la ONU.
Las transformaciones de pensamientos y acciones en la vida cotidiana se logran desde los Talleres de Educación Ambiental a la siembra y cosecha de productos valorando las buenas prácticas de sostenibilidad. Nada se puede lograr en la construcción de una sociedad de iguales sin crear conciencia. Ese es el mayor resultado, crear conciencia a través de proyectos que traen impactos positivos tanto a nivel personal como a la sociedad.
7. ¿Hasta qué punto una buena alimentación puede mejorar la calidad de vida de las personas?
La búsqueda del derecho a una alimentación adecuada debe tener un espacio garantizado, con acciones efectivas que aumenten el conocimiento de que existen personas con hambre.
Las afirmaciones de la ciencia certifican los beneficios que causan a la salud los alimentos saludables y cultivados sin presencia de productos químicos.
La gastronomía es una herramienta de transformación social, hasta el punto de que proporciona a los niños en estado de vulnerabilidad social y personal las condiciones necesarias para la reinserción en la ciudadanía. La buena alimentación es una condición sine qua non en la reconquista del espacio social de cada ciudadano.
8. ¿Cómo es la situación en Brasil actualmente? ¿La Comunidad recibe algún tipo de ayuda por parte del Gobierno?
Estamos a un paso del totalitarismo. Caminamos hacia un régimen de excepción, donde la fuerza de las autoridades es suprema y se sobrepone a la inteligencia, estamos viviendo una cultura de imbecilización, donde la Educación pierde espacio a favor de las armas, la construcción de hospitales está en detrimento del surgimiento de prisiones y las creencias religiosas de los grupos que, empoderados, se sobreponen a la investigación científica y a la enseñanza académica, por ejemplo.
Desde el punto de vista económico la situación es aterradora. Una nación tan rica, principalmente en recursos naturales, es incapaz de proporcionar cuidados de salud y educación adecuados a su pueblo. Los esfuerzos para minimizar la pobreza están siendo exterminados.
Los pueblos nativos están siendo acusados de ser barreras para el desarrollo de Brasil, todo al servicio de los intereses del negocio agrícola que provoca incendios en los bosques y fuerzan la deslocalización de esos pueblos hacia la zona urbana, ocasionando la sobrepoblación de las grandes ciudades, aumentando el número de desempleados, generando más violencia y desculturizando a esas personas. El 98% de la selva amazónica corre serio riego en la preservación ambiental.
La ley de protección al empresariado está amenazando la vida de los brasileños, la mayor parte de la población no forma parte del pequeño porcentaje de ricos. Amenazan también al planeta.
9. ¿Cuál ha sido la etapa más difícil o en la que recuerdas haber tenido más problemas desde la fundación de la Comunidad de los Pequeños Profetas?
Cuando comencé a decir no ante todo tipo de violencia de los derechos humanos y me fui para denunciar la arbitrariedad practicada por la Policía, grupos de exterminio (escuadrones de la muerte) y explotadores sexuales de niños. Cuando denuncias, tu propia vida se ve amenazada. Varias veces estuve preso y fui golpeado en la vía pública por no aceptar la violencia policial contra los niños y adolescentes. Me rompieron la nariz y la mandíbula, siendo precisas tres cirugías restauradoras. He estado durante un buen periodo amenazado de muerte y lo que me salvó fue la visibilidad internacional.
Cuando te dedicas a empoderar a un público invisible para la sociedad y también para el poder público, las provocaciones y humillaciones forman parte de tu día a día. Pero intento superar todos los obstáculos creando acciones de impacto positivo que benefician tanto a nuestro público (niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad social) como a las ciudades. Como decía Don Helder Camara “Ayudar a crear un mundo más humano, es uno de los sueños de mi vida”.
10. ¿La Comunidad recibe algún tipo de ayuda por parte del Gobierno?
El presidente de la República, Jair Bolsonaro, declaró en su campaña para la presidencia que quería “poner punto y final a todos los activismos en Brasil”. Confirmó su deseo de acabar con la actuación de las organizaciones de sociedad civil. Hay una postura en el gobierno actual de excluir a la sociedad civil organizada del debate público.El trabajo de más de 820.000 ONG´s está afectado por la carencia y ausencia de poder público. En los gobiernos pasados existía una sociedad entre muchas entidades y órganos del gobierno federal como la Caja Económica, Petrobras, Banco de Brasil y otras estatales para la realización de proyectos con las ONG´s. Ahora estas están criminalizadas. Silenciar a la sociedad civil organizada es una práctica recurrente en regímenes autoritarios. Es una lástima ver que esto está sucediendo en Brasil. Por todos esos motivos no contamos con apoyo gubernamental.