22 mayo 2020

Jacinto Martín: “La epidemia dará lugar a muchos procedimientos que ni siquiera sospechamos que puedan existir”

Recluido en su casa desde días antes del confinamiento obligado al ser grupo de riesgo, el abogado Jacinto Martín Rodríguez, de 89 años, muestra su preocupación ante esta crisis sanitaria y las consecuencias que tendrá en los despachos de abogados.

-Por Nati Villanueva- 

1. ¿Se imaginaba usted que iba a vivir una pandemia como la que estamos viviendo ahora?

En absoluto, en mi larga vida nunca ha habido un acontecimiento social tan importante. A mí me está causando mucha tristeza, inquietud e impresión. A lo largo de mi vida ha habido otras desgracias, claro que sí, pero no recuerdo ninguna tan drástica y dañina como la que tenemos ahora. Me dan mucha pena los ancianos que pasan sus últimos días en residencias y también los sanitarios que están desbordados y sin medios.

2. ¿Cómo está viviendo esta reclusión siendo un grupo de riesgo?

Con mucho miedo e impotencia, porque creo que las autoridades están desbordadas. Los políticos de hoy se aferran solamente a sus poltronas. Me preocupa la falta de capacidad del Gobierno, el daño a la sociedad y a las familias de los fallecidos, que no han podido ni darles una despedida digna. No se puede tardar veinte días en reaccionar, pero ahora hay que estar unidos, ya habrá tiempo de exigir responsabilidades.

3. ¿Qué otros acontecimientos de esta magnitud recuerda?

Nunca he vivido nada igual, ha habido cosas pequeñas, como la crisis de la colza, pero fue una cosa muy limitada y enseguida se le puso remedio. Yo tenia cinco años cuando empezó la Guerra Civil, pero en los pueblos y en las ciudades pequeñas no sentimos nada… Lo único que veíamos era pasar por la puerta de casa, por la carretera, los coches militares con soldados.

4. ¿Se puede decir que la Abogacía es uno de los sectores más castigados a raíz de la declaración del estado de alarma? ¿Son suficientes las ayudas que le está dando el Gobierno?

La Abogacía está sufriendo lo mismo que todos los demás sectores de la sociedad, pero indudablemente aquí están implicados también los clientes de los despachos porque grandes problemas han quedado absolutamente estancados. El Gobierno se ha olvidado de los autónomos, solo ha venido poniendo parches, prometiendo soluciones, y los autónomos, que son el sector laboral más grande de España, están desprotegidos, las medidas son absolutamente insuficientes. Al final o cierras la puerta de tu negocio o lo más que obtienes es un aplazamiento de impuestos con el correspondiente interés aplicado, de forma que es el Estado el que se beneficia de esta situación.

5. ¿Cómo cree que afectará esta crisis a los despachos?

Pues muchísimo, ya lo estamos viendo, tenemos un cerrojazo que está afectando primero a los despachos, pero también a los clientes, porque muchos problemas se podrían solucionar sobre la marcha, pero como no hay marcha es imposible hacerlo. Muchos van a tener que cerrar al no poder afrontar los gastos derivados de los alquileres y nóminas. Y trabajo va a haber porque si ya estábamos saturados antes del virus, ahora la epidemia va a dar lugar a muchos procedimientos que ni siquiera sospechamos que puedan existir, como los que van a surgir entre los damnificados y la administración, porque indudablemente la gestión de la Administración es totalmente nefasta.

6. ¿Cómo está afectando al suyo?

En Maral Abogados, que ya hace tiempo lo lleva mi hijo Rafael, están todos teletrabajando. Hay muchas consultas de clientes relacionadas con dudas de interpretación de la restricción de movimientos regulada en el decreto de alarma, sobre todo relacionadas con el régimen de visitas a menores, suspensión o resolución de contratos, ERTES o despidos. El confinamiento está enquistando y empeorando situaciones complicadas.

7. ¿En qué ha cambiado la Abogacía desde que usted empezó a ejercer hasta ahora? ¿Qué balance hace?

Se ha beneficiado muchísimo con el tiempo, sobre todo con la incorporación de nuevas tecnologías a los despachos y a la Administración de Justicia. Pero la tecnología, para los jóvenes. Yo ya tuve bastante con pasar de la máquina de escribir al ordenador. Sin embargo, no creo que todos los problemas se resuelvan con tecnología. Hay problemas intrínsecos a la justicia que los políticos no tienen interés en resolver y que van más allá del papel cero y de Lexnet.

8. ¿Cree que estas nuevas tecnologías han desvirtuado la relación entre abogado y cliente?

Para nada, al contrario. Sí es cierto que antes era habitual que los abogados recibiéramos a los clientes en nuestra casa porque era donde muchos teníamos el despacho. Pero es indudable que hoy es más fácil comunicarte con tu abogado en cualquier momento y eso es positivo.

9. ¿Qué diagnóstico hace de la Justicia?

Su polilitización es cada vez más clamorosa, y lo hemos visto recientemente con el nombramiento de la exministra Delgado como fiscal general. Tan importante es la independencia y la imparcialidad que se predican del Poder Judicial como la proyección de esa imagen en la sociedad. La lucha por conseguir un asiento en el Consejo General del Poder Judicial y cómo se reparten el pastel los políticos es otra de las cuestiones que no ayudan a esa percepción de independencia judicial.

10. ¿Qué consejo daría los recién licenciados? Si pudiera dar marcha atrás ¿volvería a ser abogado?

Les diría que fueran honrados y fieles a sí mismos; que lleven la abogacía con claridad, honestidad, sinceridad, seriedad y serenidad, virtudes válidas para toda profesión pero especialmente para la nuestra, que es maravillosa. Yo desde luego sí volvería a ser abogado. Y lo dice quien también ha sido profesor de Filosofía, pero no es lo mismo la pedagogía que la judicatura. Yo siempre me preocupé por volcar en mis alumnos los principios de la filosofía para que fueran hombres útiles, formados y responsables en la sociedad, valores que adquieren una dimensión especial en la prestación de un servicio tan importante como es la abogacía.

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