26 junio 2019

Niños Mutantes, músicos y abogados: “Las tablas del estrado son mucho más duras que las del escenario, no hay duda”

Por María José Cámara

El grupo granadino Niños Mutantes se encuentra inmerso en la grabación de su undécimo álbum, que verá la luz el año que viene. Sin ensayos previos y buscando no caer en sonidos ya aprendidos, estos “niños grandes” realizan una música “terrenal”, de estilo indie rock, marcada por la esencia del sur.

Miguel Haro, bajista, y Juan Alberto Martínez, voz y guitarra, compaginan su faceta musical con su actividad profesional como abogados. “Antes parecíamos un poco Superman, teníamos dos trajes muy diferentes según la faena”, comentan entre risas estos letrados cuyo ritmo que no deja indiferente ni en estrados ni en festivales.

 1. “Casa fundada en 1994” es vuestra presentación en Twitter. ¿Cómo fueron sus
cimientos?

Fueron unos cimientos fuertes, asentados en la amistad de tres amigos que se conocieron en el instituto de un barrio obrero de Granada con mucho arte. Teníamos las mismas inquietudes, compartíamos gustos y pasión por la música. Luego vino el grupo. Siempre presumimos de Niños Mutantes como un grupo de amigos que hacen música, y aunque hemos tenido nuestras crisis, hasta la fecha,  hemos sabido superarlas y hacernos más fuertes.

2. El nombre del grupo no deja a nadie indiferente, ¿tenéis más de niños o de mutantes?

A estas alturas, cualquiera podría decir que tenemos más de mutantes que de niños, pero se equivocaría. Seguimos con la misma ilusión que al principio y andamos metidos en nuevos proyectos para reinventarnos. Nunca hemos sido autocomplacientes

3. ¿Y el  sonido es de otro planeta?

Nuestro sonido es más terrenal, no creemos que sea de otro planeta. Lo que sí es extraterrestre es la cantidad de grupos de primer nivel que surgen en Granada de todos los estilos

4. ¿Cómo se compagina la faceta musical con la práctica de la abogacía?

Hasta ahora hemos conseguido compaginar bien ambas actividades, pero trabajando mucho y descansando poco. La faceta jurídica nos ayuda a relativizar el éxito en los escenarios, y la cara musical nos ayuda a afrontar los juicios con más soltura. Al fin y al cabo, un estrado se parece mucho a un escenario. Pasar de estar en un festival con diez mil personas delante, y al día siguiente en el juzgado, nos ha dado mucho equilibrio, por raro que parezca.

5. ¿En qué escenario se experimenta mayor adrenalina, ante el juez o con el público?

Juan Alberto Martínez, voz y guitarra

La verdad es que son adrenalinas distintas. En principio, ante el público sueles ponerte menos nervioso, al ser una responsabilidad compartida.  Es muy poco probable que todo vaya mal en un concierto. Lo que sí experimentas es una cierta excitación, que siempre viene bien para mejorar la interpretación y que sea más “sentida”. Sin embargo, ante el juez estamos solos ante el peligro, y además tienes enfrente a un compañero intentando que tu guitarra desafine o quitarte el micrófono, y no hay aplausos. Las tablas del estrado son mucho más duras que las del escenario, no hay duda.

6. ¿Qué puede aportar la música a la profesión?

La música, como arte, siempre está en continua renovación, buscando nuevos caminos para llegar al resultado de la emoción de las personas. En este sentido, la abogacía y, sobre todo, el sistema judicial, tienen mucho que aprender. Hay mucha resistencia a los cambios y se piensa poco en el ciudadano como objetivo central del sistema. Perviven demasiados residuos del pasado que no tienen mucho sentido. El lenguaje y la escenografía tienen que cambiar para no marcar distancias con la sociedad, ya que estamos a su servicio.

7. ¿La abogacía os sirve de fuente de inspiración?

De modo directo no, pero los artistas somos personas muy permeables y toda experiencia vital termina saliendo en nuestras canciones de alguna forma. La profesión de abogado permite conocer muchas debilidades humanas, respuestas en situaciones límite, y eso es materia muy interesante, porque nosotros hablamos de emociones.

8. ¿Una banda sonora para actuar en sala?

El Bolero de Ravel, que empieza muy tranquilo mostrando de forma suave sus argumentos, a los que va sumando cada vez más pruebas, para termina sus conclusiones de forma colosal, y que Dios reparte suerte… (risas).

Miguel Haro, bajista

9. ¿Chaqueta de cuero o traje y corbata?

Preferimos la chaqueta de cuero, aunque no es una prenda que usemos mucho, al traje y corbata. Antes parecíamos un poco Superman, teníamos dos trajes muy diferentes según la faena. Ahora vamos buscando una estética que nos permita no sentirnos disfrazados de abogado o de rockero, una vía intermedia que por extraño que parezca no es imposible.

10. ¿Cómo se presenta el futuro, veremos nuevos proyectos pronto?

El año que viene tendremos material nuevo. Hemos empezado ya la grabación del que será nuestro undécimo álbum. Lo estamos haciendo con diferentes productores y en diferentes estudios de grabación, sin ensayos previos y buscando no caer en sonidos que ya tenemos aprendidos. Por ahora estamos muy contentos con los resultados, está siendo una experiencia apasionante.

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