Manuel Mata, decano de Castellón: “La ley ofrece un marco que permite a la abogacía anticiparse a las amenazas y actuar de manera proactiva”

Manuel Mata es decano del Colegio de Castellón y presidente de la Comisión de Deontología de la Abogacía.

Esta norma recoge varias conquistas deontológicas para la profesión.

La Ley consta de 24 artículos, y casi la mitad de ellos abordan cuestiones de ética o deontología profesional. Una de las novedades más destacadas de la ley es la prohibición expresa de utilizar como prueba en los tribunales las comunicaciones entre abogados y sus clientes, una práctica admitida por los tribunales que vulneraba principios esenciales y derechos fundamentales como el secreto profesional y el derecho a no autoincriminarse. Para la regulación deontológica esto suponía una verdadera aberración que, ahora, por fin, la ley expresamente proscribe.  Este avance no solo protege a los ciudadanos, sino que refuerza la confianza en la abogacía como garante de la justicia.

También pone deberes a los Colegios y al Consejo.

Sí, establece las garantías institucionales para el ejercicio de la abogacía y las deposita en los Colegios de la Abogacía. Y la obligación de dictar circulares interpretativas en materia deontológica recae en el Consejo General de la Abogacía.

La profesión se enfrenta actualmente a numerosos problemas que plantean dilemas éticos. ¿Va a ayudar esta Ley a afrontarlos mejor?

Sin duda, ahora podemos afrontar mejor pertrechados la precarización de la profesión, los retos de la mercantilización de nuestra actividad con la irrupción de sociedades intermediarias entre los clientes y los profesionales de la abogacía o la irrupción de la inteligencia artificial.