06 marzo 2024
Teresa Peramato: “El negacionismo de la violencia de género por los jóvenes es el principal obstáculo para la igualdad”
Por Mercedes Núñez Avilés
Tras su paso por diversas Fiscalías, Teresa Peramato fue nombrada en 2021 Fiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer. Está convencida de que “todas las manifestaciones de violencia son un atentado a la dignidad de la mujer y un ataque a la igualdad”, como nos cuenta poco antes de recibir el IV Premio Igualdad de la Abogacía. El jurado de estos Premios ha destacado que todo su quehacer diario ha ido dedicado a trabajar en la búsqueda de soluciones para este grave problema social.
¿Por qué se hizo fiscal?
Valoro enormemente el ejercicio de la abogacía, pero yo me situaba más en el otro lado. Me sirvió de ejemplo un fiscal con el que compartí un juicio que, aparte de imponer una condena a dos chavales, apeló a su reinserción. Me hizo ver que la posición del fiscal es transversal y que es muy importante para garantizar los derechos de las víctimas.
¿Cuál cree usted que es, en este 8 de marzo de 2024, el principal obstáculo para alcanzar la igualdad real?
El negacionismo de la violencia de género en los jóvenes es el que más nos preocupa. Que consideren que no existe la desigualdad es una consecuencia de ese negacionismo. Supone un retroceso para la sociedad y empodera aún más a los agresores. Pero se puede combatir ofreciendo datos. Y por supuesto, hay que educar en igualdad desde edades tempranas. Los roles que transmiten los progenitores a sus hijos se aprenden, es lo que se llama la transmisión intergeneracional de la violencia.
A las víctimas de violencia de género les sigue costando denunciar. La última, asesinada en Ciudad Real, no había denunciado ¿qué hace falta para cambiar eso?
En primer lugar, hay que llegar a las víctimas para que ellas mismas identifiquen todas las manifestaciones de violencia. Tienden a considerar violencia solo la física o aquella que produce un resultado lesivo. Las víctimas tardan en denunciar a su agresor ocho años y ocho meses. Debemos garantizar también el acceso de estas mujeres a todos los recursos para que se sientan protegidas y se mantengan firmes durante el proceso. Por otro lado, hay que trasladar a las víctimas que la justicia funciona, que confíen en ella. El 70 % de los procedimientos acaban en sentencia condenatoria y las órdenes de protección ya están por encima del 70 % de las solicitadas. Solamente con la denuncia se puede parar los pies a los maltratadores.
¿Se puede hacer algo más desde un punto de vista legal para proteger a las víctimas?
El sistema procesal español es decimonónico, la investigación la llevan los jueces. No es el más adecuado para dar la mejor protección a las víctimas y niños. Con un sistema procesal en el que la instrucción se diera al fiscal, conseguiríamos una protección más efectiva. En ese ejercicio conjunto de investigación con la policía podríamos facilitar una mayor información al órgano judicial para adoptar esas medidas de protección.
También hay que avanzar en la especialización de todos los operadores jurídicos. Y necesitamos que los órganos judiciales den una respuesta ágil, sin dilaciones. Para ello, solicitamos más juzgados de violencia sobre la mujer y unidades de valoración integral que nos acompañen en las guardias y más juzgados de lo penal. Solo tenemos 38 juzgados de lo Penal en España y muchos de ellos no son exclusivos.
¿Qué significa juzgar con perspectiva de género?
Es un método analítico que permite al juzgado evidenciar o detectar aquellas situaciones de discriminación entre hombres y mujeres y corregirlas con la respuesta judicial. La justicia tiene que eliminar esos estereotipos. Para eso, en el ámbito penal tiene que darse una investigación exhaustiva y rápida. Cuando hay discriminación, la respuesta tiene que ser proactiva.
¿En España se juzga con esa perspectiva?
Se está avanzando mucho. Tanto en la jurisprudencia del Tribunal Supremo como en la jurisprudencia menor, los fiscales y otros profesionales que intervienen en los procedimientos están aplicando mejor ese enfoque interseccional de género. Es necesario aplicar las tres perspectivas para juzgar: la de género, de la infancia y la del trauma. Hay que tener en cuenta que vienen muy dañadas para enfrentar el procedimiento.