16 marzo 2015
Siria: más de cuatro años de un conflicto sin vistas a una solución
El conflicto sirio cumple un año más. El futuro de los 3,9 millones de refugiaos sirios pinta muy oscuro, su situación cada vez es más delicada.
La guerra de Siria ha provocado la mayor crisis de desplazados internos del mundo, con 7,6 millones de personas que han tenido que huir de sus hogares para trasladarse a zonas seguras, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
La mayoría se encuentran en Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto, pero aunque estén en países diferentes todos pasan por una situación similar: las escasas oportunidades para reiniciar sus vidas en el exilio. Un ejemplo son los refugiados sirios en el Líbano, donde más de la mitad centran su día a día simplemente en sobrevivir.
Pero esta situación que viven en el Líbano no es más que la punta del iceberg. En Jordania dos tercios de los refugiados viven por debajo del umbral de la pobreza. Turquía se ha convertido en el mayor país de acogida de refugiados en todo el mundo y ha gastado más de 6.000 millones de dólares en asistencia directa a los refugiados.
Dice el refrán que la esperanza es lo último que se pierde, pero en el caso de los refugiados sirios la desesperación parece cada vez más cercana. Miles de ellos han tratado de llegar a Europa, pero sólo el 2% han podido encontrar asilo allí.
Las solicitudes de asilo a España se incrementaron un 31,64% el año pasado hasta alcanzar las 5.941, la cifra más alta desde que comenzó la crisis económica. Un total de las 1.680 solicitudes de 2014 fueron presentadas por sirios, frente a las 721 de 2013. Sin embargo, solo cuatro personas de estas más de 700 obtuvieron el estatus de refugiado y 146, la protección subsidiaria, una medida temporal, según datos de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
Más de 12 millones de sirios necesitan recibir ayuda para mantenerse con vida. Casi 8 millones se han visto obligados a abandonar sus hogares. Aproximadamente 4,8 millones que están en el interior del país se encuentran en lugares de difícil acceso, incluyendo a 212.000 personas atrapadas en zonas sitiadas.
La situación de los niños es más escalofriante aún. Más de 2,4 millones no asisten a la escuela. Entre los refugiados, casi la mitad de los niños que viven en el exilio no están recibiendo una educación.
Hoy en día hay más sirios bajo el amparo de ACNUR que cualquier otra nacionalidad en el planeta. Sin embargo, a finales del año pasado, apenas se había recaudado el 54 por ciento de los fondos necesarios para ayudar a los refugiados que se encuentran fuera de Siria.
Situación de los abogados
El conflicto sirio está afectando también a los abogados. En 2011, la Abogacía Española expresó al gobierno sirio su protesta por la detención de abogados de aquel país árabe por motivos políticos. El presidente del Consejo General de la Abogacía Española, Carlos Carnicer, remitió una carta al embajador de Siria en España denunciando la detención de abogados y solicitó su inmediata puesta en libertad.
La Unión Internacional de Abogados (UIA) se unió a la protesta de la Abogacía Española y destacó su “profunda preocupación” por los arrestos de numerosos abogados sirios debido a sus opiniones o por su compromiso en la defensa de los ciudadanos y de los derechos humanos.
Lejos de quedarse ahí, en 2012 entregaron una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en la que expresaron su “más enérgica condena” a la represión llevada a cabo por el Gobierno de Siria contra los letrados de este país, y al mismo tiempo manifestaron su “fuerte apoyo a estos abogados que están comprometidos con la disidencia pacífica, o que representan a personas que quieren cambiar su país”.
Esa carta fue también remitida por diversas Abogacías internacionales, a iniciativa de la UIA, al considerar que “es hora de que la comunidad legal internacional se pronuncie al unísono en apoyo a los abogados sirios que manifiestan su discrepancia de manera pacífica o que representan a personas que participan en estas actividades”.
En una entrevista concedida a Amnistía Internacional en 20l4, el letrado Khalil Matouq subrayó que la situación de un abogado de derechos humanos en Siria es cada vez más insoportable. “He perdido a varios colegas letrados que no han conseguido salir con vida de prisión”
En las zonas asediadas, los abogados tienen como misión principal defender a presos de conciencia ante los tribunales y prestar asistencia jurídica a detenidos bajo custodia. Asimismo ayudan a gente proporcionándoles provisiones alimentarias o donaciones económicas y ofrecen asistencia jurídica a las comunidades de desplazados, explicaba Matouq.
Destacó que tienen miedo, pero que seguirán trabajando porque consideran que lo que pueden ofrecer merece el esfuerzo de luchar y porque al hacerlo “estamos afirmando nuestra humanidad”.
Casi un año después la situación sigue en el mismo punto, no se atisba ninguna mejora. Ser abogado en Siria se ha convertido en una autentica profesión de alto riesgo.