03 septiembre 2012
`Abogado de confianza´ se lleva el premio de microrrelatos en julio
`Abogado de confianza´ el microrrelato de Iñaki Olabarría Fernández ha resultado el texto ganador correspondiente al mes de julio dentro del IV Concurso de Microrrelatos sobre abogados, convocado por la Abogacía Española y la Mutualidad de la Abogacía.
El autor, un hombre mallorquín de 36 años que ahora reside en Bilbao, se encontraba en su primer día de trabajo, tras la vuelta de vacaciones, en el momento de conocer que con este premio se hacía con los 500 euros que el concurso entrega mensualmente al ganador. Olabarría, que recibió muy ilusionado la noticia, conoció el concurso a través de la página de abogacía.es, en el que lleva participando desde 2010 y reconoce no haber participado en otro concurso.
En esta ocasión, se ha inspirado en un abogado de una revista internacional que, tras sufrir una profunda crisis de pareja, es despedido por su empresa. Reconoce que las cinco palabras obligatorias le inspiraron rápido la idea de la historia.
Así, el ecuánime ganador ha recibido una cantidad que le servirá de asistencia en el mes de la sinrazón por la subida del IVA y podrá terminar el verano tomándose un yogur o un gazpacho frente a alguna de las playas cercanas a Bilbao para celebrarlo.
El relato premiado y otros seleccionados por el jurado de entre los recibidos en el mes de julio pueden leerse en www.abogacia.es y www.mutualidadabogacia.com dentro del microsite dedicado a este concurso que albergan ambas páginas web.
ABOGADO DE CONFIANZA
La luz gris de la mañana entrando débilmente por la ventana del apartamento, la casa sin recoger y apenas un yogur en la nevera. El despertador no suena. Se ha quedado solo en casa porque su mujer ya no le cree. Su cliente, una conocida revista internacional, confía en él, pero su mujer no. La confianza es imprescindible en la relación entre abogado y cliente, igual que en la pareja. Cuando no hay confianza, el cliente se convierte en el peor enemigo, y la pareja en la mayor sospechosa. La sinrazón de los celos no desaparece ni con la ecuánime asistencia de un mediador. Se acabó mezclando todo, como en el gazpacho: absorbente trabajo, exigente cliente y pareja desconfiada. Sentencia: sospechoso de no quererle y culpable de no demostrarle lo contrario. Noticia de última hora: la revista Playboy despide a su abogado interno de confianza, por llegar tarde a trabajar.