29 octubre 2015
ACNUR: Las vallas sólo sirven para aumentar el riesgo y “la explotación” de los refugiados
El responsable de Protección Internacional del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Volker Türk, ha advertido este miércoles de que las vallas fronterizas como la levantada por Hungría sólo sirven para desviar las rutas hacia vías cada vez más peligrosas y fomentar la actividad de las mafias, incrementando así “la explotación” de los refugiados.
“Esas medidas sólo sirven para cambiar la dirección del flujo de refugiados. Las medidas restrictivas de este tipo, si la gente está desesperada por cambiar su vida no sirven, porque encontrarán otra manera. Además, incrementa la actividad de los traficantes de personas así que la explotación de los refugiados aumenta como resultado”, afirma.
En una entrevista con Europa Press, Türk, que ha participado en el congreso ‘Stop Violent Extremism’ que se celebra estos días en Madrid, ha incidido en que “la mejor forma de regular estos movimientos” no son las vallas, sino habilitar vías seguras y ordenadas de acceso.
“Asegurando que estas personas pueden acceder por vías legales y dándoles más posibilidades de reunificación familiar responderíamos a parte de las razones por las que la gente se mueve. Tenemos muchas personas de Siria que nos dicen que se desplazan porque tiene miembros de su familia en Suecia, en Alemania o en Austria y se quieren reunir con ellos pero no pueden hacerlo porque no pueden acceder a un visado. Por eso lo intentan de otra manera”, explica.
En su opinión, la edificación de vallas como la de Hungría tiene que ver con que “a menudo los países lo miran desde su propia perspectiva” cuando no puede haber una solución viable si cada país pone su propio enfoque. “Lo que necesitamos es una respuesta colectiva de la Unión Europea, es lo que la Unión Europea ha estado intentando hacer con el concepto de ‘hotspot’ y el programa de reubicaciones”, ha añadido.
Precisamente sobre estos ‘hotspots’, los lugares que habrán de crearse en Grecia e Italia para separar a migrantes económicos de refugiados y ordenar la reubicación en otros Estados miembros, el Asistente del ACNUR sobre Protección Internacional considera que “sólo podrán funcionar si se incrementa la capacidad de recepción”, es decir, “si la gente que llega puede realmente quedarse en un sitio hasta que haya destino en el que reubicarse”.
LA PRIMERA ACOGIDA, “PRIORIDAD”
Esto, conforme ha explicado, ha sido la gran “asignatura pendiente” del programa. Los refugiados llegados a Italia, pero sobre todo los llegados a Grecia, donde la respuesta es “absolutamente insuficiente”, no encuentran un lugar donde cobijarse y tratan de continuar camino cuanto antes, engrosando el flujo de refugiados en la ruta de los Balcanes, la más transitada en los últimos meses.
“En las islas griegas la situación es muy mala, así que se mueven a la zona continental pero ahí no hay posibilidad de encontrar refugio y no quieren perder el tiempo, así que se van. En Italia sí hay servicios de recepción en las islas y en el resto del territorio. Está más organizado. Grecia no está nada organizado y eso es lo que debería funcionar ya”, ha afirmado.
En este sentido, explica que la creación de 50.000 plazas de recepción y acogida temporal de refugiados en diversos ‘hotspots’ levantados en suelo griego acordada este lunes, ayudará a ordenar los flujos hacia el resto de Europa, como lo harán las otras 50.000 plazas que se instalarán en los países de la ruta de los Balcanes.
A su juicio, “lo inmediato”, es poner en marcha estos espacios para poder “estabilizar los flujos”, el “gran objetivo”. El ACNUR asume que el desplazamiento de refugiados no va a cesar “de un día para otro” y por eso, incide en la necesidad de “crear sistemas en los distintos lugares preparados para recibir a las personas y redistribuirlas por los Estados miembros de la Unión Europea”, es decir, un mecanismo estable. “La situación ideal sería que no hubiese este constante movimiento, que no tuvieran que ir por su propio pie”, ha afirmado.
Según los cálculos del ACNUR, más de 704.000 personas han entrado por las costas de la Unión Europea en lo que va de año y al menos 3.257 han perdido la vida en el intento. “Hay gente que dice que son flujos migratorios pero la mayoría de la gente que viene son refugiados”, puntualiza Türk.
De hecho, el 84% proceden de los principales países emisores de refugiados y el 53 por ciento del total son sirios. Destaca que por primera vez este año, son más quienes han entrado por la ruta de Europa del Este pasando por Grecia, un total de 548.000 personas, que por el Mediterráneo central con Italia como primer destino. “Con todo, no se puede olvidar que la mayoría de los refugiados se quedan en los países vecinos”, ha añadido.