03 marzo 2014
A. Guillemes logra que una mujer con discapacidad defendida de oficio recupere su inversión en preferentes
D.C.Z. invirtió todos sus ahorros en preferentes. Y los perdió. A causa de su discapacidad -sufre esquizofrenia paranoide-, tiene graves problemas de comprensión y no entendió en qué estaba invirtiendo. Gracias a Antonio Guillemes, su abogado de oficio, un juzgado de Valencia ha ordenado a la entidad bancaria que le devuelva el dinero de la inversión. Antonio logró que D. confiara en él desde el primer momento a base de paciencia y comprensión, explicándole los pasos del procedimiento de forma que ella pudiera entenderlo. Y preparándose a fondo. En definitiva, siguiendo su lema: “tratar a cada cliente como si fuera el único del despacho”.
Pregunta.- ¿Cómo llegó este caso a sus manos? ¿Qué pasos siguió hasta conseguir la resolución favorable del Juzgado número 6 de Valencia?
R.- El caso me llegó a los pocos meses de entrar en el Turno de Oficio. Era una situación compleja. Mi clienta posee un alto grado de discapacidad – esquizofrenia – que le impide trabajar, y sus principales ingresos son la pensión por minusvalía y la ayuda de su familia. Pese a ello, consiguió reunir unos pequeños ahorros y destinó una parte importante a la contratación de preferentes -aunque no sabía exactamente en qué consistían-, por lo que por una cuestión personal y material estaba muy afectada por la situación. El primer paso fue recopilar toda la información posible, estudiar la situación y la estrategia jurídica que íbamos a llevar, e iniciar el procedimiento. Se alargó más de lo esperado debido a que solicitamos una prueba pericial caligráfica al juzgado. Afortunadamente conseguimos obtener la sentencia que estimaba nuestras pretensiones.
P.- Su clienta tiene dificultades para comprender algunas cosas a causa de su discapacidad. ¿Fue especialmente difícil para usted lograr que comprendiera los procedimientos?
R.- En el Turno de Oficio nos toca abordar situaciones muy variadas, desde gente que solo busca que alguien le preste atención a personas con auténticos dramas. Creo que lo que hay que hacer es entender el contexto del cliente, aplicar sentido común y tener paciencia. Siempre que traté con mi clienta vino acompañada, o bien de su madre o bien de su hermana. Quitando las cosas normales del día a día, como por ejemplo compras en el supermercado, peluquería, o ir a sitios donde la conocen, al resto de asuntos la acompaña la familia ya que no comprende muchas cosas. No tuve dificultades en que entendiera el procedimiento, trataba de explicarle todos los pasos del proceso a medida que iban ocurriendo, resolviendo sus dudas y tuve la suerte de que la clienta confió en mí totalmente. Eso facilitó todo. Traté de entender su situación, tener paciencia y explicarle las cosas de una manera fácil para que ella lo pudiese entender o al menos que le quedasen resueltas las dudas que tenía del procedimiento.
P.- ¿Es especialista en temas de preferentes o tuvo que prepararse especialmente este caso?
R.- Al ser mi primer caso de preferentes, tuve que prepararme especialmente para el procedimiento. De todos modos ya había llevado anteriormente algún que otro caso contra entidades bancarias y eso siempre es de gran ayuda a la hora de afrontar un asunto tan particular como este. A raíz de este primer asunto me han entrado más relacionados con preferentes, que espero sean favorables para mis clientes, ya que no se han querido acoger al sistema de mediación porque se consideran engañados y eligen esta vía.
P.- ¿Por qué estudió Derecho? ¿Por qué se hizo abogado?
R.- Elegí estudiar Derecho porque me gustaba, aunque al principio no tenía muy claro si finalmente ejercería como abogado. Tras valorar distintas opciones al terminar la carrera me decanté por la abogacía. En un primer momento reconozco que me costó adaptarme a la profesión, pero con el paso del tiempo cada día siento más pasión por este oficio.
P- ¿Desde cuándo es abogado y desde cuándo está en el Turno de Oficio?
R.- Soy abogado desde hace cinco años y llevo dos ejerciendo en el Turno.
P.- ¿Por qué se apuntó al Turno? ¿Qué le aporta profesional y personalmente?
R.- Me apunté porque decidí ejercer por mi cuenta. Siempre tuve claro que deseaba trabajar para mí, sin jefes ni límites. El Turno de Oficio me podía aportar una experiencia que aún no tenía y, además, unos mínimos ingresos para empezar mi carrera profesional, ya que al principio de mi andadura no contaba con muchos clientes privados. El Turno aporta dos cualidades que valoro mucho en general y en nuestro oficio en particular: experiencia profesional y enriquecimiento personal. Profesionalmente, en mi caso, me permitió poder dar el salto y comenzar a llevar yo solo todo el procedimiento, desde el primer contacto con el cliente hasta su finalización, teniendo que tomar decisiones por mí mismo y asumiendo la responsabilidad que ello conlleva. A nivel personal, me enriquecen tanto la tipología de asuntos que entran como, desgraciadamente, los dramas con los que nos toca tratar a diario, son situaciones que te hacen crecer personalmente y que realmente dan sentido a nuestro trabajo en el Turno.
P.- Hay una opinión muy extendida que asegura que un abogado es mejor cuanto más cobra. ¿Está de acuerdo? ¿Usted se implica más en los asuntos de clientes de pago que en los del Turno?
R.- No estoy de acuerdo con esa opinión. En todo caso podría decirse que se suele cobrar más cuanto más prestigio tiene el abogado, aunque ni siquiera creo que eso sea siempre así y mucho menos se puede calificar a un abogado como bueno o malo en función de sus honorarios. Mi lema es tratar a cada cliente como si fuera el único del despacho, implicándome igual ya sea privado o del Turno, porque en ambos casos detrás hay personas que necesitan de tu ayuda. No tiene sentido dar un trato diferente, en primer lugar por la convicción personal de tratar todos los asuntos por igual y en segundo término porque todos son clientes, sin distinción alguna.
P.- La Comunidad Valenciana es una de las que más ha recortado en los últimos años las retribuciones a los abogados del TO, hasta un 40%. ¿Se puede trabajar en esas condiciones, cada vez peor pagados y con más trabajo? ¿Se puede garantizar así que el beneficiario de justicia gratuita tendrá una buena defensa?
R.- Independientemente de lo que cobremos y cuándo lo cobremos, somos conscientes de que estar en el Turno es una elección personal y voluntaria, por lo que entiendo que va por separado la defensa del cliente con los honorarios que recibimos. La buena defensa del beneficiario siempre debe estar garantizada por el profesional que le atiende, con independencia de que cobre más o menos. De todos modos, aunque considere que todos los abogados prestamos siempre el mejor servicio a nuestro cliente, sí que es cierto que con los recortes en los honorarios del turno se hace cada vez más complicado trabajar, puesto que no se valora correctamente ni nuestro trabajo, ni las horas que destinamos a cada caso, lo que complica la situación de los abogados que estamos en el Turno.
P.- ¿Cree que el dinero recaudado con las tasas judiciales sufraga la Justicia gratuita?
R.- No, las tasas no sufragan la justicia gratuita, pero sí que impiden el acceso de los ciudadanos a la justicia.
EN PRIMERA PERSONA
Tengo 31 años. Nací en Almería el 28 de enero del 1983, pero desde niño resido en Valencia. Vivo con mi pareja y no tengo hijos. Mis aficiones principales son leer, la Bolsa y hacer deporte, principalmente correr. Las películas jurídicas que más me han gustado son “Legítima Defensa” de F. Ford Coppola, “Philadelphia” de Jonathan Demme y un clásico: “12 hombres sin piedad”, de Sidney Lummet. En cuanto a novela, aunque no tenga que ver con asuntos jurídicos, me marcó “Hacia rutas salvajes” de Jon Krakauer. No me sé ningún chiste de abogados digno de ser contado. Mis amigos me suelen hacer bastantes consultas “por la cara”, pero a la hora de llevarles algún asunto siempre me han pagado, aunque sea por los gastos ocasionados.