27 julio 2012
“Buena jugada”, de Ferrán Varela, es el microrrelato ganador del mes de junio
“Buena jugada”, el microrrelato de Ferrán Varela Navarro ha resultado el texto ganador correspondiente al mes de junio dentro del IV Concurso de Microrrelatos sobre Abogados- convocado por la Abogacía Española y la Mutualidad de la Abogacía.
El autor, un joven barcelonés de 24 años recién licenciado en derecho, se encontraba trabajando en el momento de conocer que con este premio se hacía con los 500 euros que el concurso entrega mensualmente al ganador. Varela, que recibió muy ilusionado la noticia, conoció el concurso a través de la revista Abogacía y lleva participando desde enero enviando mensualmente un microrrelato.
En esta ocasión, se ha inspirado en su afición a los juegos de estrategia para construir a partir de una partida de ajedrez la microhistoria ganadora a la que ha añadido, como no podía ser de otra manera las cinco palabras obligatorias del mes.
Así, el campeón de junio ha recibido una propina para disfrutar del verano con chancla y a lo loco y el motivo no ha sido ni una herencia ni su cumpleaños. ¿Habrá tirado algún petardo para celebrarlo?
El relato premiado y otros seleccionados por el jurado de entre los recibidos en el mes de junio pueden leerse en www.abogacia.es y www.mutualidadabogacia.com dentro del microsite dedicado a este concurso que albergan ambas páginas web.
“Buena jugada”
Ignacio Astorga, exitoso empresario y ávido jugador de ajedrez, había fallecido. Las excentricidades que le caracterizaban le convirtieron en mi peor rival en el tablero. Podríamos decir que su estrategia era poco ortodoxa. En una ocasión acudió a una partida con una chancla colgando de cada oreja para desconcertarme. En otra, gritó “¡Feliz cumpleaños!” tan fuerte que del susto tiré las fichas del tablero. No era mi cumpleaños. La última vez lanzó un petardo bajo la mesa antes de que yo realizase un movimiento crucial. Desde entonces jugábamos por carta. Y ahora se me presentaban un abogado y un notario diciendo que me había nombrado heredero, siempre y cuando moviese mi caballo a D-7 en nuestra partida inacabada. ¡Qué rastrero! Mi título de campeón no tiene precio. Lo moví a E-6. Entonces el notario me entregó una nota. Decía “Ni herencia, ni partida. Torre a D-3. Jaque mate”.