09 marzo 2021
Conciliación y libertad de elección, claves para romper la brecha salarial y profesional en la Abogacía
- Estas son las principales conclusiones del Acto Conmemorativo por el Día Internacional de la Mujer
“El liderazgo no entiende de sexos sino de resultados”. Con esta frase, la presidenta de la Comisión de Igualdad del Consejo General de la Abogacía, Marga Cerro, cerró el Acto Conmemorativo por el Día Internacional de la Mujer con la lectura de las conclusiones de las dos mesas celebradas, recordando además el compromiso con la igualdad de los Colegios profesionales. Junto a ella, M ª Eugenia Gay, decana del Colegio de la Abogacía de Barcelona, lamentó que “la conciliación sigue muy alejada del principio de corresponsabilidad”, y aseguró que “defender el feminismo es luchar por las libertades, reclamar más paridad, equidad y perspectiva de género”.
En las conclusiones de la Jornada celebrada el pasado 5 de marzo, donde además se entregaron los I Premios Igualdad de la Abogacía, queda de manifiesto que la desigualdad sigue siendo una realidad en el mundo laboral, pero además “la actual crisis motivada por la pandemia y sus consecuencias en el sector laboral, son más perjudiciales para las mujeres que para los hombres”, lo que “podría ampliar las brechas de género en el mercado laboral y posiblemente acabar con los avances logrados en los últimos años”.
Por ello, “es imprescindible llevar a cabo mecanismos y acciones desde las instituciones públicas y privadas, para paliar los efectos de la desigualdad salarial entre hombres y mujeres” y “es además necesario seguir revisando y acometer reformas legislativas con medidas que impulsen la igualdad real y efectiva”.
Junto con la brecha salarial, las conclusiones destacan que existe también una brecha profesional “que es la que se produce por la selección o asignación de materias y áreas del ejercicio de forma diferenciada según el género del profesional”, y esta supone una pérdida importante de remuneración “por ejemplo vía incentivos”.
Para erradicar esta situación, se considera imprescindible “que la Abogacía pueda conciliar y para ello ha llegado el momento, sin más dilaciones, de acometer las reformas legislativas imprescindibles que estamos demandando y que se deben aprobar de forma inmediata ya que nadie puede negarnos nuestro derecho a conciliar.
En este aspecto abundan las conclusiones extraídas de la mesa dedicada al techo de cristal, e insisten en que las mujeres “durante su carrera se ven abocadas a una mayor parcialidad o temporalidad, precisamente para poder compaginar sus obligaciones familiares y laborales”. Ello provoca que “el desarrollo profesional de la mujer se vea ralentizado, y que tengan que sortear mayores obstáculos para alcanzar sus metas”. Además, existe una lógica por la cual se valora, “en forma de complementos salariales, la presencia física en el puesto de trabajo, la disponibilidad o la antigüedad de la persona trabajadora en la empresa; en lugar de otros criterios que se ajustan más al reconocimiento de los méritos individuales como por ejemplo, productividad real o la consecución de unos objetivos concretos”.
Como solución a ésta situación, las conclusiones de la mesa recuerdan que “las nuevas tecnologías permiten crear entornos laborales más dinámicos -a través de la racionalización de la jornada y la flexibilidad locativa- y, por tanto, más compatibles con una conciliación basada en la corresponsabilidad” y consideran que “las acciones positivas -coloquialmente referidas como “políticas de cuotas”- son un recurso previsto en el art. 11 Ley 3/2007, de 22 de marzo (Igualdad), así como en el CEDAW, en vigor para España desde 1984 y por tanto de obligado cumplimiento para los poderes públicos”.