11 julio 2017
El futuro de las finanzas de la UE: el Grupo de Alto Nivel presenta sus propuestas para simplificar el acceso a los fondos de la UE
El grupo de expertos independientes en política de cohesión ha presentado su informe final sobre un marco simplificado para los fondos de la UE a partir de 2020. Aunque los resultados de la política de cohesión de la Unión son indudablemente positivos, la gran cantidad de normas existente en la actualidad no siempre se lo pone fácil a las autoridades locales que gestionan los fondos de la Unión ni a las empresas que tratan de obtener financiación de la UE. La simplificación es, pues, clave, y la Comisión Europea debe estudiar cómo seguir simplificando el acceso a los fondos de la UE en el marco presupuestario posterior a 2020.
Este es el mensaje principal que el Grupo de Alto Nivel sobre Simplificación intenta aportar al debate sobre el futuro de las finanzas de la UE que la Comisión abrió el 28 de junio con un documento de reflexión específico, el último de una serie de cinco documentos de reflexión emitidos después de la publicación, el 1 de marzo, del Libro Blanco sobre el futuro de Europa de la Comisión.
El presidente del Grupo de Alto Nivel, Siim Kallas, ha declarado: «Simplificar el acceso a los fondos de cohesión y su utilización contribuirá, sin duda, a acercar la UE a los ciudadanos».
Según el Grupo, la arquitectura actual de las normas es efectiva, pero necesita una buena limpieza. Debería mantenerse la gobernanza compartida de la gestión, para garantizar la confianza mutua y el compromiso con objetivos comunes de crecimiento y empleo. Pero las normas son más sencillas cuanto menos numerosas, por lo que el Grupo señala normas que pueden eliminarse o reducirse radicalmente.
Deberían armonizarse las normas de diferentes fondos e instrumentos de la Unión en lo que respecta a las ayudas estatales, la contratación pública y los métodos para reembolsar gastos, con el fin de facilitar las sinergias y permitir a los beneficiarios recurrir a diferentes fuentes de financiación de la UE para el mismo proyecto. Por ejemplo, la aplicación de las mismas normas en la política de cohesión y en el marco del Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (FEIE) permitiría que las pequeñas empresas accedieran más fácilmente a las ayudas.
Los Estados miembros y las regiones deberían tener a su disposición un marco aún más sencillo, siempre que cumplieran una serie de criterios: sistemas de gestión y control fiables; importante cofinanciación nacional para incentivar un gasto responsable; y detección de las reformas estructurales clave que permitan poner en marcha unos pocos ámbitos prioritarios y centrarse en ellos para poder garantizar los resultados.
El Grupo sugiere que las normas de la UE deberían limitarse así a prioridades de inversión estratégica y a principios relativos al gasto. Los fondos de la Unión se distribuirían a través de los mecanismos administrativos nacionales existentes, y la labor de auditoría de la Comisión se vería reducida. Los Estados miembros y la Comisión acordarían las reformas estructurales que deben realizarse y los resultados concretos que ponen en marcha los reembolsos.
Ya ha quedado demostrado que con la simplificación se consiguen buenos resultados: el comisario Oettinger ha presentado tres informes sobre la ejecución del presupuesto de la UE para 2016. Una de las lecciones que se extrae de ellos es que la simplificación de las normas de la UE facilita a las autoridades locales, los agricultores y las empresas la utilización de los fondos de la UE de manera eficaz y correcta. En este mismo sentido, en septiembre de 2016 la Comisión propuso simplificar las normas con arreglo a las cuales los Estados miembros y otros beneficiarios reciben dinero de la UE.
Fuente: http://europa.eu/rapid/press-release_IP-17-1921_es.htm