18 julio 2019
El ICAM celebra en la sede de la Abogacía Española un acto de homenaje a Juan Picón
- Picón, fallecido el pasado 19 de junio, fue el primer español en asumir la presidencia de un despacho anglosajón (DLA Piper)
- Victoria Ortega se dirigió a los presentes rescatando los valores del directivo de Latham & Watkins y asegurando que “era una persona con pasión, convicción y compromiso”
Socios directores de los principales despachos del país, familiares, amigos y compañeros del sector legal asistieron anoche al homenaje a Juan Picón, organizado por el Colegio de Abogados de Madrid que se celebró en la sede de la Abogacía Española.
La presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega, se dirigió a los presentes rescatando los valores del directivo de Latham & Watkins y asegurando con contundencia que “era una persona con pasión, convicción y compromiso”.
Picón, fallecido el pasado 19 de junio, fue el primer español en asumir la presidencia de un despacho anglosajón (DLA Piper) y, desde 2018, alcanzó el puesto de socio director de la oficina en Madrid y copresidente de la práctica latinoamericana del despacho Latham & Watkins. Colegiado en Madrid desde 1988, el Colegio de Abogados de la capital le debía este homenaje por “ser un profesional de primer nivel que consiguió elevar el nivel de la Abogacía madrileña”, en palabras del decano.
Tras la proyección de un emotivo vídeo sobre la figura de Picón, José María Alonso inauguró el acto, recordando la trayectoria de “un referente para la abogacía madrileña y española que siempre quiso salir de su zona de confort”.
Alonso cedió la palabra al expresidente del Gobierno y actual asesor internacional en Latham & Watkins, José María Aznar. Amigo personal de Picón, Aznar destacó que “los logros de Juan fueron extraordinarios y es un orgullo haberle tenido entre mis personas cercanas. Quiero darle las gracias. Dejará un vacío que nadie ocupará”, concluyó.
Los hijos del abogado, Juan y Carlos, no pudieron evitar emocionarse durante la intervención del expresidente, que dio paso a las palabras de la socia directora de DLA Piper. Pilar Menor apuntó que por las paredes del despacho de Picón vieron crecer a sus hijos. “Primero con fotos de pequeños, después con las cartas al mejor padre”, continuó, recordando que Picón “exigía mucho pero siempre era el primero en estar en primera línea de combate”.
En el evento también intervino el secretario de la Junta de Gobierno del ICAM, José Ignacio Monedero, que, tras rememorar momentos y anécdotas con el que fuera su amigo desde los doce años, dedicó una poesía a Picón: “Podemos llorar porque se ha ido o reír porque ha vivido”, señaló en uno de los versos. Otro de sus amigos y compañeros en DLA Piper, Javier García de Enterría, recordó cómo un día cualquiera haciendo atletismo por El Retiro se convirtió en el inicio de una amistad que duró hasta que la despedida fue inevitable: “Fuimos compañeros de atletismo, despacho y largas conversaciones sobre la vida, la familia y el trabajo”, explicó.
Por su parte, Jaime Pérez Renovales, secretario del Consejo de Administración del Banco Santander, donde Picón inició su carrera profesional, quiso destacar la fortaleza del abogado durante su enfermedad: “siempre intentaba dar ánimos a todos los de su alrededor, incluso cuando él estaba muy enfermo”, apuntó.
Además, los compañeros de Picón en los distintos despachos en los que desarrolló su exitosa carrera profesional, Brian Hartnett (Squire Patton Boggs) y José Antonio Sánchez-Dafos (Squire, DLA Piper y Latham & Watkins), también tuvieron palabras de recuerdo y pusieron de relieve el excelente trato de Juan Picón con sus clientes en una firma “en la que consiguió ser un líder”.
Tras estas intervenciones, el decano José María Alonso entregó una placa-homenaje a la viuda de Picón, María Torralba, por “su compromiso, su excelencia, su liderazgo y su capacidad de transformación en el ejercicio de una profesión en la que se instituyó en referente internacional de primera magnitud en un tiempo nuevo”.
El acto fue clausurado por la madre del abogado, quien, acompañada de su nieto, confesó desde el atril que no había sido “capaz de mirarle a los ojos durante el vídeo que se había proyectado porque, de lo contrario, no sería capaz de hablar”, consciente de que “estar hablando aquí delante de todos vosotros es lo que a él le hubiera gustado”.