19 diciembre 2018

El magistrado Francisco Vieira recibe la medalla de Colegiado de Honor del ICAM por su compromiso con la Abogacía y sentido de la Justicia

  • “El Colegio de Abogados de Madrid está absolutamente empeñado en reconocer la labor judicial”, ha señalado el decano José María Alonso
  • “Tiene un hondo significado que los abogados me consideren como uno de los suyos”, ha destacado Vieira, para quien “el derecho de defensa constituye la razón de ser de la propia existencia del proceso judicial”

El Colegio de Abogados de Madrid, por medio de su decano, José María Alonso, ha impuesto al magistrado Francisco Javier Vieira Morante la Medalla como Colegiado de Honor del ICAM en atención a la labor desempeñada desde la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid en favor de la Abogacía madrileña.

“Hoy honramos no solo a un juez, sino a alguien que ha alcanzado el parnaso de los jurisconsultos, demostrando su valía como jurista en el ejercicio jurisdiccional, ese que cristaliza en lo que llamamos doctrina legal, aquello que queda como poso del derecho aplicado”, ha señalado el decano Alonso en su laudatio.

Con este acto, que ha reunido en la Biblioteca colegial a numerosas autoridades del ámbito judicial, el Colegio ha querido reconocer la especial sensibilidad que ha mostrado el expresidente del TSJM por las funciones institucionales que tiene encomendadas el Colegio de Abogados de Madrid, corporación con la que el magistrado ha mostrado en todo momento una actitud colaborativa y de apoyo.

“La medalla de honor constituye el mayor reconocimiento, honra y condecoración institucional que con criterios de discrecionalidad, nunca de arbitrariedad, se concede a quien reúna méritos propios y singulares que merezcan su relieve”, ha recordado Alonso, destacando el sentido de la justicia y el profundo conocimiento del derecho mostrados por Vieira, a quien ha calificado como un “jurista integral”, en su trayectoria vital y profesional.

Una trayectoria en la que, según ha explicado el homenajeado, su intención siempre ha sido la de impartir justicia con imparcialidad, objetividad y rigor. “Nunca he buscado ventajas personales, sino favorecer los intereses públicos y lograr una administración de Justicia más eficaz y una mejora de las condiciones de sus trabajadores”, ha afirmado Vieira.

“En esta labor he contado siempre con la colaboración del Colegio de Abogados de Madrid”, cuya labor es esencial para detectar “las disfunciones tanto en el funcionamiento de órganos judiciales como en la actuación de los magistrados para procurar corregirlas o subsanarlas en beneficio de todos: abogados, jueces y ciudadanos”, ha explicado el expresidente del TSJM.

Pues aunque son muchos los jueces, magistrados y funcionarios de la Administración de Justicia que realizan un trabajo eficaz y con calidad a pesar de las dificultades con las que se encuentran cotidianamente, “también hay unos pocos cuya actuación desacredita a la administración de Justicia y cuya actitud debe ser corregida”, ha reconocido Vieira. Para ello, es imprescindible que se comuniquen sus disfunciones a quienes están en condiciones de cambiar o subsanar las deficiencias observadas, función que el Colegio de Abogados de Madrid desarrolla gracias al contacto directo de sus colegiados con la realidad judicial.

“No podemos olvidarnos de la trascendente función que desempeñan los abogados en la impartición de Justicia”, ha subrayado Vieira, para quien el derecho de defensa “constituye la razón de ser de la propia existencia del proceso judicial”.  En su etapa como presidente del TSJM, el magistrado ha podido constatar “la capital trascendencia de garantizar el derecho de defensa como pilar básico en un Estado de Derecho”.

Por todo ello, la distinción como Colegiado de Honor “no puede llenarme de más satisfacción”, ha señalado Vieira, para quien tiene “un hondo significado que los abogados me consideren como uno de los suyos”.

Al final de su laudatio, José María Alonso ha recordado a Vieira que, “en los abogados, los jueces encontrarán siempre una voz apelante y crítica, natural a nuestra tarea, pero siempre leal y respetuosa. Y en alusión a las críticas vertidas diariamente contra el poder judicial, Alonso ha sido muy tajante al afirmar que “el Colegio de Abogados de Madrid está absolutamente empeñado en reconocer la labor judicial frente a una especie de crítica generalizada que no busca la verdad material ni formal, sino el burdo ruido”.

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