Elena Reig: “Es imprescindible que todos los operadores jurídicos estén formados en igualdad”

• Reig es presidenta de la Agrupación de Mujeres Abogadas del ICA de Alicante, premiada con el I Premio Igualdad de la Abogacía.

La preocupación por los derechos de las mujeres la heredó Elena Reig, presidenta de la Agrupación de Mujeres Abogadas del ICA de Alicante (AMA), de su madre, la diputada constituyente Asunción Cruañes. “Se puede decir que mamé la defensa de las mujeres”, cuenta, recordando emocionada a su madre -fallecida en 2012- que estaba en el Congreso de los Diputados la noche del 23-F, del que se acaba de cumplir el 40 aniversario. Aquella noche se le ha quedado grabada a Reig: “Fue el día peor de mi vida, nosotros tuvimos que escondernos porque en Alicante estábamos en estado de sitio, y no hablamos con mi madre hasta las cuatro de la mañana, cuando la sacaron del Congreso en una ambulancia y la llevaron al hospital porque había tenido un ataque de ansiedad y le había subido mucho la tensión”.

Esa inquietud feminista llevó a Reig a convertirse en abogada y decantarse en 1991 por el derecho de familia y acabar abriendo su propio despacho. “Mi ámbito siempre ha sido el de  la defensa de los derechos de las mujeres”, cuenta.  Y con otras colegas colegiadas en Alicante decidieron en 1998 crear la Agrupación de Mujeres Abogadas del ICA de Alicante (AMA), que ahora ha sido galardonada con el I Premio Igualdad de la Abogacía, compartido con la Agrupación de Mujeres Abogadas de Valladolid.

• ¿Qué les llevó a crear AMA?

Pensamos que era el momento de juntarnos y hacer propuestas para que la abogacía avanzara en igualdad. Si ahora sigue habiendo problemas de desigualdad y de falta de igualdad real, en aquella época eran todavía más evidentes.  Así que creamos la asociación, no sin alguna dificultad, porque un colectivo de mujeres en el ámbito de la abogacía despertaba reticencias. Pero hemos tenido una trayectoria fructífera. Y este premio, del que estamos muy orgullosas, nos anima a seguir trabajando en la defensa de los derechos de las mujeres y la lucha contra la violencia de género.

• Desde el inicio dedicaron gran parte de sus esfuerzos a asistir a víctimas de maltrato.

Sí, en aquella época no había ni juzgados de violencia, el de Alicante fue el pionero y ahí estuvimos nosotras como agrupación. Fuimos pioneras en la puesta en marcha del turno de oficio y en la asistencia jurídica a mujeres víctimas de maltrato.  También elaboramos la guía ‘Qué debe hacer una mujer maltratada ante una agresión’.

• A las víctimas de maltrato les sigue costando mucho denunciar. ¿Qué hace falta para mejorar la asistencia jurídica y acompañarlas en ese proceso?

Es imprescindible que todos los operadores jurídicos, abogados, fiscales, jueces…, estén formados en igualdad y en violencia de género, por supuesto siempre bajo el enfoque de la perspectiva de género. Así las mujeres se sentirán apoyadas y podremos ayudarlas a transitar por ese proceso penal tan duro. De lo contrario no avanzaremos y tendremos sentencias que nos preocupan y nos asustan… Esa es una de nuestras prioridades en la agrupación porque, a pesar de que estamos avanzando, esa sensibilidad no se ha logrado del todo, hay que profundizar más.

• Impulsasteis el cambio de nombre del Colegio de Abogados a Colegio de la Abogacía. 

Sí, entendíamos que la antigua denominación era obsoleta  y no respondía a la realidad del momento que vive nuestro colectivo donde las abogadas somos ya más el 50% del mismo.  Los avances en igualdad deben incluir el uso del lenguaje inclusivo, respetando así todas las sensibilidades de una manera razonable, equilibrada y ajustada al momento en que vivimos.

• Se acerca el 8M. ¿Cuál cree usted que es el principal obstáculo para la igualdad real en nuestro país?

La falta de corresponsabilidad es el gran lastre para las mujeres. La carga de las tareas del hogar y los cuidados sigue recayendo mayoritariamente sobre ellas y esto limita su desarrollo profesional porque renuncian a tiempo de trabajo para dedicarlo a la familia, y produce mayor desigualdad y brecha salarial. Es fundamental conciliar la vida personal y profesional desde la corresponsabilidad.

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