18 julio 2017
Evolución social y del empleo en Europa
La Comisión Europea acaba de publicar la edición de 2017 de su estudio anual sobre la evolución social y del empleo en Europa (ESDE). La edición de este año confirma las tendencias positivas en el mercado de trabajo y en el ámbito social, así como un crecimiento económico constante. Con más de 234 millones de personas que tienen un puesto de trabajo, el empleo en la UE nunca ha sido tan elevado como en la actualidad, y la tasa de desempleo es la más baja desde diciembre de 2008. Desde 2013, se han creado diez millones de puestos de trabajo en la UE. Sin embargo, más allá del progreso social y económico general, los datos revelan que las generaciones más jóvenes soportan una carga particularmente elevada: suelen tener más dificultades para encontrar trabajo, están más expuestos a formas de empleo atípicas y precaria, incluidos los contratos temporales, lo que puede dar lugar a una menor cobertura de protección social. También es probable que reciban pensiones más bajas, respecto a los salarios. Por eso el estudio ESDE de 2017 se centra en la equidad intergeneracional: tenemos que asegurarnos de que todas las generaciones puedan beneficiarse de la actual evolución económica favorable.
El informe muestra que, a pesar de una mejora constante del nivel de vida en la UE, los jóvenes no se benefician de esta evolución positiva tanto como las generaciones de más edad. Además, a lo largo del tiempo la participación de los grupos de edad más jóvenes en la renta del trabajo ha disminuido. Estos retos afectan a las decisiones de las parejas jóvenes, incluso en lo que respecta al hecho de tener hijos y de comprar una casa. A su vez, esto puede tener consecuencias negativas sobre las tasas de fertilidad y, en consecuencia, sobre la sostenibilidad de los sistemas de pensiones y el crecimiento.
Se prevé que la población en edad de trabajar disminuya un 0,3 % cada año hasta 2060. Esto significa que una mano de obra menos numerosa tendrá que mantener el actual camino hacia el crecimiento. También significa que, al mismo tiempo, un número menor de contribuyentes cotizará a los sistemas de pensiones —en muchos casos con cotizaciones inferiores o irregulares, ya que no corresponderán a un trabajo a tiempo completo ni/o a un trabajo clásico—, mientras que más pensionistas dependerán de ellos. Por consiguiente, parece que los trabajadores jóvenes de hoy y las generaciones futuras se enfrentan a una doble carga resultante del cambio demográfico y de la necesidad de garantizar la sostenibilidad de los sistemas de pensiones.
Fuente: http://europa.eu/rapid/press-release_IP-17-1988_es.htm