21 agosto 2013

Iñaki Langa se mete en “Camisa de once varas” y gana el concurso de microrrelatos de julio

El bilbaíno Iñaki Langa ha sido el ganador del concurso de microrrelatos sobre abogados correspondiente al mes de julio con un relato titulado “Camisa de once varas”.

Es la segunda vez que Langa participa en este certamen convocado por el Consejo General de la Abogacía Española y la Mutualidad de la Abogacía. En la primera ocasión, su historia fue una de las seleccionadas, lo que le animó a participar una segunda vez, esta con mayor éxito.

Para Iñaki, un licenciado en Derecho que trabaja en la administración autonómica vasca, este concurso supone todo un reto. “Hacía tiempo que venía leyendo en la revista Abogados relatos de este concurso. Me resultaba interesante participar, pero me parecía un reto difícil por la cantidad de condicionantes que tiene: la limitación de palabras, las cinco obligatorias, que sean palabras tan dispares, el tema…El hecho de que me seleccionaran el primer relato me animó a repetir y en julio que tuve vacaciones, escribí el segundo. Y ya tengo preparado también el de agosto”, dice.

A todos esos condicionantes, él le añade uno más para complicar el reto: incluir siempre la palabra “ertzaintza”, que en el primer relato le salió espontáneamente y ahora ha decidido dejar como fija.

Iñaki, que no está habituado a escribir ficción, sino más bien “informes de leguleyos”,  aborda esta tarea como si fuera a elaborar el arroz con bogavante del que habla en su relato. “Primero hay que tener la idea. Luego hay que resumir, pulir y dejar el relato reposar”. Escribe varios borradores y corrige mucho antes de dar por buena la historia. “De hecho al relato ganador le hubiera hecho alguna corrección posterior, por ejemplo habría cambiado el final  ¡Espero que no me quiten el premio!”

“No soy de marisco, pero supongo que dará para más de un bogavante”, concluye.

RELATO GANADOR

CAMISA DE ONCE VARAS

Curioso, comienza la audiencia antes de tiempo. No celebra el juez habitual. Mejor, nos trataba cual sargento chusquero. El nuevo magistrado desconcierta. Aunque considerado con los letrados, no respeta el procedimiento. Interroga a mi cliente (pasajero de primera gravemente intoxicado en un vuelo transoceánico): “¿Qué le sirvió la azafata?”. “Arroz con bogavante”. Inmediatamente, para estupor general, acuerda como prueba para mejor proveer “degustación de marisco, en restaurante de máxima categoría, con cargo a las compañías demandadas”. En plena protesta de éstas, irrumpe en la sala el titular del juzgado con la Ertzaintza y sanitarios: “Pero Don Marcelo, ¿otra vez suplantándome?”. Mientras alguien explica que la presión del cambio de la abogacía a la judicatura le trastornó, se lo llevan al psiquiátrico entre gritos desgarradores. Entonces me zarandean. Es mi mujer: “¡Despierta!. Hoy presides tú el Tribunal. Dormías mejor cuando solo eras abogado. ¡Despierta, Marce!”.

 

 

 

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