Internacionalizar las ‘boutiques’ de abogados: evento en EE UU con ICEX y la Abogacía Española

Por Lupicinio Rodríguez, abogado y socio director de Lupicinio Abogados

ICEX y el Consejo General de la Abogacía Española han propiciado casar un encuentro profesional entre más de treinta Firmas Americanas de todos los tamaños y quince Firmas Españolas de mediana o pequeña dimensión.

Esta iniciativa merece toda suerte de parabienes, pues supone un hito adicional en el esfuerzo de algunas instituciones españolas para romper inercias monopolistas en el mercado de servicios jurídicos. Se trata de reforzar a los abogados españoles que no pertenecen a las constelaciones “mágicas” (magic circles) en un contexto de crisis profesional de gran impacto y dimensión.

El esfuerzo organizado y templado con gran inteligencia emocional de los responsables de las Jornadas de Internacionalización de la Abogacía, produjo un resultado tan predecible como satisfactorio. Las Firmas Americanas presentes tuvieron la oportunidad de constatar que existe una alternativa –y no solo en provincias- a las grandes Firmas de Abogacía de Madrid y Barcelona.

Yo traté de construir un mensaje institucional de la Asociación que presido ( Asociación para la Ética y Calidad en la Abogacía –Scevola-) desde tres planos.

EFICIENCIA LOCAL.- En lo que a provincias (peninsulares e insulares) se refiere, es más operativo y económicamente más eficiente contratar firmas locales. Las Firmas Españolas presentes en NYC, representan la práctica cobertura del territorio y todas (sin excepción) manejan un estilo internacional en lenguas internacionales.

EFICIENCIA DISCIPLINAR.- Exceptuando las mega-transacciones corporativas que requieren gran número de profesionales en tareas de due diligence, las Firmas presentes en NYC ofrecen una completísima gama de especialidades jurídicas cubierta a menudo por socios de gran experiencia profesional, académica y forense.

EFICIENCIA ECONÓMICA.- En el modelo de despacho medio español, aparecen con frecuencia los profesionales híbridos –corporativos y contenciosos-. Estos abogados, en un contexto de grandes cambios legislativos y jurisprudenciales, ofrecen una simbiótica combinación de habilidades transaccionales y forenses. Este maridaje aporta un gran valor añadido de previsión y garantía en las operaciones transaccionales. No es fácil encontrar este perfil bifronte en las megafirmas.

Pese a que, desde la lógica teórica, las firmas medias y boutiques deberían captar cierta cuota del mercado de las megafirmas esta evolución será lenta y no exenta de obstáculos. La inercia de la costumbre y la fidelidad a pactos o relaciones estables frenarán el éxito del evento.

Como contrapeso, es muy aconsejable que las firmas medianas de vocación internacional, construyan estructuras internacionales asociativas o de subcontratación que aseguran la potencia multidisciplinar, que mantengan una tensión comercial estable y que cuiden las relaciones personales nacidas en este loable evento.

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