07 febrero 2018
Jesús Lorenzo Aguilar, abogado: “La mediación es tender puentes desde la vocación de servicio público”
Por Ana Sanz Martín
Jesús Lorenzo Aguilar es abogado, mediador e investigador en el ámbito de la Mediación y del Derecho. Actualmente es director general de la Asociación Española de Mediación (ASEMED). El Ministerio de Justicia acaba de concederle la Cruz Distinguida de 1ª clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort. Ha realizado el Doctorado en Derecho Penal y Criminología, Máster en Mediación y Máster en Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas. A lo largo de su trayectoria profesional ha dirigido varios congresos de Mediación y Derecho. Actualmente compagina su labor de mediación con la docencia como profesor y como director de la Escuela de Formación en Mediación de la ASEMED.
En su faceta literaria es autor de numerosas publicaciones y textos jurídicos, así como un libreto teatral sobre mediación El mediador en conflicto, y dos novelas ambientadas en la guerra civil española: La Conspiración de Santa Quiteria y La venganza de Nin, recientemente publicada.
LLÉVATE UN EJEMPLAR DEL ÚLTIMO LIBRO DE JESÚS LORENZO AGUILAR
- Durante la presentación de La Venganza de Nin dijo que esta novela comenzó a gestarse en su cabeza hace 25 años, durante un periodo en el que vivió en Rusia. ¿Cómo surgió escribir sobre Alexander Orlov y Andreu Nin? ¿Qué destacaría de ellos?
La desaparición y muerte de Andreu Nin fue una de las conspiraciones más destacadas que se produjeron en el S.XX para descabezar un partido político, en este caso el P,O,U,M. Hay que destacar que esta operación de los servicios secretos soviéticos se realizó por orden del propio Stalin, al que conocía personalmente, ya que no hay que olvidar que Nin ocupó importantes cargos en el PCUS. Orlov fue una herramienta en las manos de Stalin para ejecutar su plan.
Andreu Nin era una persona recta, con sus luces y sus sombras, como todo humano, pero que antepuso sus principios e ideología a su propia vida, y siempre actuó en defensa de los más débiles, aunque algunos de sus comentarios podamos verlos en esta época como desacertados.
Orlov era una persona muy inteligente que supo navegar entre dos aguas, en un mundo de mentiras, traiciones y falta de escrúpulos, como fue en la guerra civil, que sacó lo peor de cada persona. De todas maneras no tenía otra opción que cumplir a rajatabla las órdenes que le daban desde Moscú, ya que le iba la vida en ello. De hecho, si no hubiese escapado a Canadá y EEUU, estoy convencido que hubiese desaparecido en la Gran Purga estalinista.
- La novela trata sobre espionaje y servicios secretos, ¿qué hay de ficción y qué hay de realidad en La Venganza de Nin?
La novela relata unos hechos que ocurrieron en realidad, con un marco histórico y un conflicto absolutamente ciertos. Sin embargo, como en todo relato basado en informaciones de terceros algunos hechos pueden ser controvertidos.
- En esta novela vuelve a sumergirse en la Guerra Civil, como ya hizo en su novela La Conspiración de Santa Quiteria, ¿por qué esta etapa de la historia de España?
Siempre me ha fascinado estudiar la conducta humana en épocas de crisis y situaciones de violencia, y la guerra civil española fue la mayor crisis que España vivió en el S. XX, con unas consecuencias de violencia inimaginables hasta ese momento en nuestra historia. Además debemos recordarla para no volver a vivirla, ya que muchos de los orígenes de aquella situación se están volviendo a repetir de nuevo, y es bueno que nuestra sociedad tome conciencia de ello, ya que nuestra memoria es frágil. Debemos recordar que en el caso de Cataluña, el Gobierno catalán en pleno, poco tiempo antes de la guerra civil, entró en prisión por declarar la independencia, como ahora ha pasado. Quiero resaltar que la mayor parte de la novela se desarrolla en Barcelona, donde se gestaron muchos de los momentos más importantes de la guerra civil.
- ¿Cómo puede sacar tiempo para compaginar la abogacía y escribir novelas?
Ese es un secreto sencillo. Acostarse temprano y levantarse también temprano. La mayoría de los días, cuando muchas personas van a trabajar, yo ya he realizado una parte importante de mi jornada laboral.
- Ha escrito junto a Juan Carlos Alcaraz un libreto teatral sobre mediación El mediador en conflicto, en el que el protagonista logra reorientar su vida gracias a la mediación, ¿La mediación puede ayudarnos a resolver conflictos de cualquier índole? ¿Para qué casos cree que es más útil?
El mediador en conflicto es una obra con moraleja: cuando ayudamos a otros, nosotros mismos nos hacemos mejores. Y la mediación es eso, ayudar a los demás, tender puentes para que transcurran otros, y hacerlo desde la vocación del servicio público y el fomento de la cultura de la paz, que es los principios que desde la Asociación Española de Mediación defendemos desde nuestra fundación.
La mediación es una herramienta que puede ser utilizada para resolver conflictos de cualquier índole, siempre que las partes en conflicto intervengan en ella atendiendo al principio de la buena fe y de forma voluntaria y con igualdad de armas y en las mismas condiciones.
Actualmente estamos asistiendo a un cambio de paradigma en la sociedad que va a permitir importantes cambios legislativos que van a dar más importancia a la mediación en el marco legal de resolución de conflictos, sobre todo en asuntos de jurisdicción voluntaria, aunque la propuesta de ASEMED es de máximos y aspiramos a que sea difundida entre las partes en conflicto en todos los casos de derecho civil a través de medidas informativas previas que permitan a las partes elegir ir a mediación o a un procedimiento judicial una vez tengan una información profunda sobre los beneficios que les puede ofrecer la mediación. Y aquí los abogados son imprescindibles. En EEUU, por ejemplo, es impensable que un abogado no tenga una formación sólida en mediación para poder triunfar en su profesión. Pero eso no significa que la mediación sea la panacea y deba ser utilizada siempre, solamente digo que debe ser valorada en todo conflicto, en un momento previo al procedimiento judicial, la oportunidad de su utilización.
- ¿Es imprescindible la especialización en el ámbito de la mediación?
Efectivamente así es. Y los abogados lo tenemos más fácil que otros profesionales que provienen de otros campos formativos. Los abogados tenemos la ventaja de estar constantemente en el mundo de la conflictología entre partes, dominamos la redacción de actas, algo muy importante en la mediación, y somos buenos estrategas en los planteamientos de resolución de conflictos. Pero es necesario que estemos convencidos de que la mediación es un buen yacimiento de desarrollo profesional y no la despreciemos porque se pueda ejercer por otras profesiones. Hay campos, como la mediación familiar, o la penal y penitenciaria o en accidentes de tráfico y circulación, o la mediación organizacional como herramienta a aplicar en los planes de compliance para empresas, en las que los abogados tenemos una ventaja intrínseca por nuestra propia formación de origen, pero que no estamos sabiendo sacar ventaja de ello por esa mala conciencia de que la mediación es algo secundario que deben desarrollar otros profesionales menos cualificados.
- ¿Qué opina sobre las aplicaciones web que ofrecen servicios de mediación?
En la situación actual, los mediadores necesitamos herramientas de apoyo que nos permitan desarrollar nuestra labor de manera más cómoda. Desconozco como lo hacen otros compañeros, pero para mí, sólo con las mediaciones concursales que administro, no sé qué haría si no dispusiese de la herramienta www.mediandocon.com que me permite organizarme, guardar actas, señalar sesiones, ser mi base de datos, mi agenda, etc. Es un apoyo imprescindible a mi labor profesional.
- ¿Le inspiran los casos que lleva como mediador para escribir sus novelas?
En mediación he visto el alma humana. Lo bueno y lo malo de nuestros instintos personales. Por ejemplo, en el programa de Mediación Penitenciaria de ASEMED que tengo el honor de coordinar en 41 centros penitenciarios en los que ahora estamos, y que no se podría llevar a cabo si no fuese por mis compañeros y compañeras mediadores que día a día ponen su tiempo y su dinero para cubrir el programa, he podido conocer personas de toda índole y me ha permitido entender que la peor persona del mundo es capaz de realizar los mejores actos personales para ayudar a sus semejantes, si se dan unas condiciones determinadas. He podido constatar que, excepto en casos de patologías o dependencias graves, con carácter general, nadie es bueno o malo intrínsecamente, sino que puede hacer buenas o malas acciones según la situación personal en la que se encuentre o en las circunstancias ambientales que le rodeen.
Todo ello me inspira para fraguar la personalidad de los personajes de mis novelas.
- ¿Cómo pueden los abogados fomentar la mediación en España?
De muchas maneras. Por ejemplo dándole la importancia que realmente tiene y que muchas veces no conseguimos ver. Como dije antes, los abogados que no tengan la habilidad de ver que la mediación se va a implantar cada vez más en nuestra sociedad, podrán tener una mayor dificultad para un correcto desarrollo profesional y de empleo.
Es necesario que los abogados evalúen, cuando les llega un asunto a su despacho profesional, la posibilidad de acudir a la mediación e informar de ello a sus clientes, ya que si consiguen una solución rápida al problema de este, su reputación profesional se verá reforzada y eso redundará en un mayor desarrollo profesional.
- ¿Qué es más satisfactorio, alcanzar un buen acuerdo de mediación o lograr un éxito literario?
Ambas situaciones son muy satisfactorias pero diferentes. Con la mediación pretendo ayudar a las partes y por ende a la sociedad. En la mediación se ventilan sentimientos y se buscan soluciones satisfactorias por las partes, y el mediador ayuda a que esto se produzca. Cuando se produce un acuerdo tienes la satisfacción de que has realizado un trabajo bien hecho. Cuando publico una novela, mi intención es entretener y ofrecer algo a mis lectores que les permita olvidarse de los problemas cotidianos y, si se produce, que obtengan la moraleja que pretendo trasladarles. Pero desde luego, ambas sensaciones son muy gratificantes. Por eso siempre aconsejo a las personas que conozco o de mi entorno que se hagan mediadores y que escriban una novela, un relato o un cuento: les dará otra perspectiva de la vida.