09 mayo 2019
Lorenzo Silva y Eduardo Torres-Dulce apuestan por una mayor realidad jurídica en la ficción
El taller impartido dentro del Programa Feria “Abogados en la ficción y en la realidad”, en el XII Congreso Nacional de la Abogacía el 9 de mayo a las 11:00 horas, contó con las ponencias de Lorenzo Silva, Premio Planeta y presidente del Consejo Editorial de la revista Abogacía Española del Consejo General y Eduardo Torres- Dulce, ex fiscal general del Estado y miembro de la Comisión Jurídica y del Consejo Editorial del Consejo General de la Abogacía.
Silva comenzó apuntando que la serie “Turno de Oficio” fue el primer fenómeno popular para la audiencia de la profesión de abogado, al margen de la ficción. Por otro lado, indicó que la presencia de los abogados en la ficción es poca y resulta antinatural. “Parece que hacen incluso un esfuerzo para que no intervenga el jurista”, apunta. Además en las novelas negras publicadas se echa de menos al juez de instrucción y a los secretarios judiciales. “¿Cómo se cuenta un interrogatorio sin presencia letrada?”, preguntó al público e hizo la reflexión de que vivimos en un época en tiempo de matemáticas y modelos de algoritmos que condicionan la realidad. Además, en el auge del storytelling, importante hoy día para el relato de la sociedad, sigue habiendo ausencia de juristas.
También, quiso resaltar la creación de “The good wife”, una serie actual que ha contribuido al relato a través de juristas. Con ejemplos como ella, es necesaria una reflexión ética y moral: “el Derecho intenta ser una parte relevante en el relato de las sociedades, respetando los derechos fundamentales”.
Por último, Silva señaló que la realidad jurídica nos está dando mucho material para la ficción española. “Alguien debería trabajarse las grabaciones de Manuel Marchena como director en el Tribunal Supremo para hacer una extraordinaria película”. Él es consciente de que faltan los recursos y la audacia para crear contenidos nuevos. “Si no lo hacemos los juristas lo van a hacer otros y con otros intereses”, finalizó.
Por otro lado, Eduardo Torres- Dulce, ex fiscal general del Estado y miembro de la Comisión Jurídica y del Consejo Editorial del Consejo General de la Abogacía, empezó apuntando que el cine español siempre ha estado ausente y sigue ausente de la realidad española, por acercarse a estereotipos previsibles. Dos novelas le impactaron profundamente “La tapadera” y “Presunto inocente”, porque sus escritores, que habían sido abogados, reflejaban los compromisos reales de un gran despacho.
Otros ejemplos de ficción que reflejan el papel del abogado son “Testigo de Cargo”, donde “su personaje refleja la pasión por el derecho y las estrategias judiciales, la práctica del Derecho y la exigencia del oficio del Derecho”, así como “El caso Winston” en el que se aprende que “hacer Justicia es muy fácil, lo difícil es lograr que se haga lo justo”, apuntó Torres- Dulce. Otros títulos que quiso destacar son “El gran abogado norteamericano”, “Vencedores y vencidos” o “La caja de música”, en la que una joven Jessica Lange defiende a su padre de crímenes de guerra o “Doce hombres sin piedad”, referente no solamente por el Jurado Popular, sino porque había un hombre que hablaba de presunción de inocencia, algo parece que no existe en muchas circunstancias.
Torres- Dulce concluyó apuntando que sigue habiendo un abismo entre la creación y la realidad. “La ficción sobre Abogacía ha sido ofrecida como una mera alienación, necesitamos nuevos temas en ella como la invasión a la intimidad o la custodia compartida para que la sociedad dialogue con nuestra realidad porque una buena narración ofrece siempre un viaje en el que vivir principios, derechos, ideas y valores”, apuntó.