24 marzo 2014
Una delegación de la Abogacía, encabezada por Carnicer, en la capilla ardiente de Suárez
El presidente del Consejo General de la Abogacía, Carlos Carnicer, ha visitado esta tarde la capilla ardiente con los restos mortales de Adolfo Suárez, acompañado por, Victoria Ortega, secretaria general de la Abogacía Española; Jesús López-Arenas, vicesecretario general; Oriol Rusca, vicepresidente 2º y decano de Barcelona; Mariano Durán, vicepresidente 5º y decano de Valencia y Pere Huguet, vicepresidente 11º y decano de Reus.
La delegación de la Abogacía ha mostrados su condolencias a Adolfo Suárez Illana, abogado y miembro de la Comisión Internacional del Consejo General Abogacía Española que preside Mariano Durán.
Carnicer había expresado públicamente a primera hora de la mañana el pesar de la Abogacía Española por la muerte de “un hombre de Estado, de diálogo y de consenso esencial para la democracia y la consolidación del Estado de Derecho”. Hay que recordar que Adolfo Suárez recibió en 2002 la Gran Cruz al Mérito en el Ejercicio de la Abogacía, junto a Joaquín Ruiz-Giménez. “Me vienen a la memoria las palabras de Adolfo Suárez al recibir esta condecoración, que tienen plena vigencia en la actualidad: “Se ha dicho que quien ignora la historia está condenado a repetirla, pero no olvidemos que el conocimiento de los errores pasados no inmuniza contra su repetición”, ha escrito Carnicer en su blog. “El mejor homenaje que podemos hacer a Adolfo Suárez es que seamos capaces entre todos de alcanzar pactos para fortalecer el Estado de Derecho, imprescindible para que la Justicia sea una realidad”, añade.
LUTO OFICIAL
El Boletín Oficial del Estado ha publicado este lunes, 24 de marzo, un real decreto por el que se establecen tres días de luto oficial por la muerte del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, tal como anunció el domingo el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy.
“Se declara luto oficial desde las 00 horas del día 24 de marzo hasta las 24 horas del día 26 de marzo, durante los cuales la Bandera Nacional ondeará a media asta en todos los edificios públicos y buques de la Armada”, dice el texto firmado por el Rey y el presidente del Gobierno.
A partir de ese momento se ha puesto en marcha el protocolo previsto para estas ocasiones, aprobado por José Luis Rodríguez Zapatero. Hasta el miércoles, todas las banderas de los edificios públicos españoles, incluidas embajadas, consulados, gobiernos autonómicos y locales, ondearán a media asta, según han explicado a Europa Press fuentes gubernamentales.
Asimismo, quedarán suspendidos los actos que conlleven celebraciones, norma por la que están concernidas todas las instituciones públicas.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, compareció en el Palacio de la Moncloa para leer una breve intervención en la que destacó que Adolfo Suárez fue el mejor punto de encuentro entre los españoles, durante la Transición, siempre de la mano del rey Don Juan Carlos.
La capilla ardiente de Adolfo Suárez está instalada en el Congreso de los Diputados desde las 10.00 horas y se ha abierto al público a las 12.30, según han informado fuentes gubernamentales.
Esta será la tercera vez que el Congreso de los Diputados acoge una capilla ardiente en la Historia de la democracia. El protocolo de este tipo de actos establece que tras el velatorio privado para la familia y amigos, el cuerpo sea trasladado al Congreso, donde quedará instalado en el Salón de Pasos Perdidos.
Así ocurrió cuando falleció el expresidente del Gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo. La capilla ardiente de Gabriel Cisneros fue la primera en la historia de la democracia que se instaló en la Cámara Baja. Aquel 27 de julio de 2007, los restos mortales de este padre de la Carta Magna fueron instalados en el vestíbulo de Isabel II de la Cámara Baja. Un año más tarde, el 4 de mayo de 2008, se instaló la capilla ardiente de Calvo-Sotelo, esta vez en el Salón de Pasos Perdidos.
No ocurrió así cuando fallecieron los también padres de la Constitución Manuel Fraga, Gregorio Peces-Barba y Jordi Solé Tura, y también el expresidente de la Cámara Baja Félix Pons, pues así lo decidieron sus familiares, que declinaron el ofrecimiento para instalar en la Cámara la capilla ardiente.