04 diciembre 2024

María Auxiliadora Trujillo: “El menor migrante sigue sin ser reconocido ni como niño ni como titular de derechos”

-Por Mercedes Núñez Avilés-

La atención a la infancia migrante es un desafío social de enorme magnitud. Esta trabajadora social, conocida como “Señorita Maru” por los menores que llegan solos a España, lo sabe muy bien. Con más de 40 años de experiencia, reflexiona sobre los aprendizajes y retos que han marcado una trayectoria en la que ha logrado transformar sistemas de protección y combatir estigmas. Por su compromiso, este año ha recibido el Premio Derechos Humanos “Nacho de la Mata”, otorgado por la Abogacía.

¿Qué la motivó a especializarse en la atención de menores migrantes no acompañados?
Curiosamente no busqué este ámbito, sino que me lo encontré. En 2001 fui asignada al centro Ángel Ganivet en Granada, un espacio de primera acogida para menores. Entonces no estábamos preparados para comprender este fenómeno; se veía como un problema ajeno, centrado en la devolución a Marruecos o la creación de centros allí. Mi experiencia con estos menores me llevó a profundizar en su realidad, realizar estudios de posgrado, participar en foros y viajar a Marruecos para entender mejor su situación. En ese camino, conocí a referentes como Nacho de la Mata.

¿Qué cambios ha notado en más de 40 años de experiencia?
Hoy, la migración infantil no es un fenómeno nuevo. Hay avances normativos, más recursos y cierta mejora en el trato institucional y la coordinación. Sin embargo, seguimos sin reconocer a estos menores como niños y titulares de derechos. Aún se les percibe como un problema. La reciente polémica sobre el reparto de menores llegados a Canarias refleja este rechazo. Persisten problemas graves: falta de abordaje en salud reproductiva, violencia sufrida durante su viaje, trabas en la regularización, dificultades con la determinación de la edad y ausencia de protección adecuada al cumplir la mayoría de edad. Muchos terminan en la exclusión social.

¿Cuáles han sido los mayores retos que ha encontrado?
He centrado mi carrera en estudiar y mejorar el sistema de protección de la infancia en movilidad. Aunque ya estoy jubilada, actualmente colaboro con el programa ÖDOS, que lidera la Fundación EMET Arco Iris en Córdoba, que trabaja con mujeres acompañadas de niños. Busco combatir la estigmatización de los chicos, la invisibilidad de las niñas que solo aparecen de forma sensacionalista en medios y en condición de menores en redes de trata. He pretendido acabar con el desconocimiento sobre menores que llegan con adultos que no son sus progenitores. Mi desafío ha sido garantizar una protección integral y real para todos ellos.

¿Cómo les afecta la estigmatización social y cómo combatirla?
Implica rechazo, iniciado desde su llegada al asociarlos con delincuencia, drogas o falta de integración. Hoy, la islamofobia y el racismo agravan este problema. Para combatirlo, necesitamos sensibilizar a la sociedad, exigir a las administraciones una apuesta seria por la inclusión social de la infancia en movilidad y responsabilizar a medios de comunicación y redes sociales para que respeten y visibilicen estas realidades. Proteger a la infancia es una responsabilidad ética y legal compartida por gobiernos, instituciones, ONGs, escuelas y familias.

¿Alguna historia de un menor migrante ha marcado su vida?
Muchas historias me han impactado profundamente. Recuerdo a Mustafa, un niño al que traje de un centro a mi casa los fines de semana; a Hicham, que vivió conmigo cinco años tras cumplir 18; o a Joseph, quien intentó entrar a España 19 veces escondido bajo un camión y ahora trabaja en un locutorio. También las primeras niñas nigerianas que conocí: una víctima de trata y otra que llegó para abortar. Sus historias son de penurias, rechazos, traumas, violaciones, soledades, expulsiones, maltrato, social e institucional, pero también de resiliencia. Un niño subsahariano llegó hablando solo su idioma local y fue separado de su tío, aunque lograron reencontrarlos, mostrando una evolución positiva.

¿Qué aprendizajes personales ha adquirido a lo largo de este trabajo con la infancia en movilidad?

La infancia migrante me ha brindado valiosas lecciones. Estos niños, enfrentando retos y desigualdades, enseñan más sobre injusticia que años de estudio. Escucharlos genuinamente es esencial para acompañarlos y garantizar su derecho a ser oídos, evitando que sea solo un trámite burocrático. Gracias a ellos, soy quien soy hoy.

TRAYECTORIA DE MARÍA AUXILIADORA TRUJILLO EN IMÁGENES

 

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