05 marzo 2019
Plan de Acción para la Economía Circular
La Comisión Europea ha publicado un informe exhaustivo sobre la aplicación del Plan de Acción para la Economía Circular adoptado en diciembre de 2015. El informe presenta los principales resultados de la aplicación del Plan de Acción y esboza los retos pendientes para allanar el camino hacia una economía circular competitiva y neutra desde el punto de vista del clima, en la que se reduzca al mínimo la presión sobre los recursos naturales y de agua dulce, así como sobre los ecosistemas. Las conclusiones del informe se debatirán durante la Conferencia anual de partes interesadas en la economía circular, que se celebra en Bruselas esta semana.
Tres años después de su adopción, el Plan de Acción para la Economía Circular puede considerarse plenamente cumplido. Sus 54 acciones ya han sido ejecutadas o se están ejecutando. Según las conclusiones del informe, la aplicación del Plan de Acción para la Economía Circular ha acelerado la transición hacia una economía circular en Europa, lo que, a su vez, ha contribuido a que la UE vuelva a crear empleo. En 2016, los sectores pertinentes para la economía circular empleaban a más de cuatro millones de trabajadores, lo que supone un aumento del 6% con respecto a 2012.
La circularidad también ha creado nuevas oportunidades de negocio, dado lugar a la aparición de nuevos modelos empresariales, y fomentado nuevos mercados, dentro y fuera de la UE. En 2016, las actividades circulares como la reparación, la reutilización o el reciclaje generaron un valor añadido de casi 147.000 millones de euros y fueron objeto de una inversión de aproximadamente 17.500 millones de euros.
Para acelerar la transición a una economía circular, es necesario invertir en innovación y prestar apoyo para adaptar la base industrial europea. A lo largo del período 2016-2020, la Comisión ha redoblado sus esfuerzos en ambos sentidos, destinando en total más de 10.000 millones de euros de fondos públicos a la transición.
La presencia de sistemas sólidos y eficaces de gestión de los residuos es esencial para la economía circular. Para modernizar los sistemas de gestión de residuos en la Unión, en julio de 2018 entró en vigor una nueva normativa sobre residuos. Esta abarca, entre otras cosas, nuevas tasas de reciclado ambiciosas, un régimen jurídico clarificado de los materiales reciclados y medidas reforzadas de prevención y gestión de residuos, incluidas las relativas a los desechos marinos, los residuos alimentarios y los productos que contienen materias primas fundamentales.
La transición hacia una economía más circular exige que los ciudadanos se comprometan activamente a cambiar sus patrones de consumo. El método de la huella ambiental de los productos (HAP) y el de la huella ambiental de las organizaciones (HAO), creados por la Comisión, pueden permitir a las empresas hacer afirmaciones ecológicas fidedignas y comparables, y a los consumidores elegir con conocimiento de causa.
El compromiso de las partes interesadas es vital para la transición. El enfoque sistémico del Plan de Acción ha facilitado a las autoridades públicas, a los agentes económicos y sociales y a la sociedad civil un marco que reproducir para fomentar las asociaciones entre los sectores y a lo largo de las cadenas de valor. El papel de la Comisión a la hora de acelerar la transición y los principales esfuerzos internacionales en favor de la circularidad también han merecido reconocimiento en el Foro Económico Mundial de 2019, en el que la Comisión recibió el premio Circulars Award en la categoría de sector público.
La economía circular es ahora una tendencia mundial irreversible. Aun así, todavía hay que trabajar mucho para intensificar la actuación mundial y de la Unión Europea con objeto de cerrar completamente el círculo y aprovechar la ventaja competitiva que aporta a las empresas de la UE. Se necesitarán mayores esfuerzos para aplicar la legislación revisada sobre residuos y fomentar mercados para las materias primas secundarias. Asimismo, esta labor, que comenzó en la UE en relación con varios temas (sustancias químicas, medio ambiente no tóxico, etiquetado ecológico y ecoinnovación, materias primas fundamentales y fertilizantes), deberá acelerarse para que Europa puede aprovechar todas las ventajas de la transición a una economía circular.
Los contactos con las partes interesadas sugieren que se podrían investigar ámbitos aún no contemplados en el Plan de Acción para completar el programa de la economía circular. Basándose en el ejemplo de la Estrategia europea para el plástico en una economía circular, muchos otros sectores con un elevado impacto ambiental y potencial de circularidad como las tecnologías de la información, los equipos electrónicos, la movilidad, el entorno construido, la minería, el mobiliario, los alimentos y bebidas o los textiles podrían beneficiarse de un enfoque holístico similar para ser más circulares.
Fuente: http://europa.eu/rapid/press-release_IP-19-1480_es.htm