13 noviembre 2015
Publicada una Guía para asesorar a los reclusos en la defensa de sus derechos laborales
Coincidiendo con el inicio de la XVII edición de los Encuentros Estatales Jurídico Penitenciarios, el jueves 12 de noviembre, ha sido presentado en la sede del Colegio de Abogados de Pamplona el libro “Trabajo en prisión. Guía práctica sobre los derechos laborales de las personas presas“ elaborado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, con la colaboración del Consejo General de la Abogacía Española, Fundación Agape y Editorial Atrapasueños. Se trata de una obra que aborda una realidad casi desconocida, la del trabajo en las cárceles, y que pretende abrir una vía de reflexión sobre el tema.
Mucho trabajo, sueldo muy bajo
El libro ha sido presentado por su autor, Valentín Aguilar, coordinador general de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, que ha estado acompañado por el decano del MICAP, Alfredo Irujo, y por Carlos García Castaño, presidente de la Subcomisión de Derecho Penitenciario del Consejo General de la Abogacía Española. Se trata de un libro que no sólo está destinado a la abogacía, sino que pretende llegar a las manos de los reclusos para que conozcan sus derechos laborales y puedan reivindicarlos, según Aguilar, quien recordó que trabajan en los centros penitenciarios dependientes de la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias unas 12.000 personas, lo que supone alrededor del 40% de la población penitenciaria que está en condiciones de hacerlo.
El autor indicó que estos presos trabajan bien en uno de los 131 talleres situados en 53 centros penitenciarios u ocupados en alguno de los servicios penitenciarios como alimentación, panadería, economatos, mantenimiento y actividades auxiliares. Se encuentran afiliados al régimen general de la Seguridad Social y las retribuciones están referenciadas al Salario Mínimo Interprofesional. “Teóricamente, las retribuciones oscilan los 2,59 y 3,77 euros de un operario base, que pueden subir en algunos puestos de la categoría superior a 4,39 y 4,51. Según Instituciones Penitenciarias el importe medio ronda los 300 euros mes, pero los trabajadores dicen que no supera los 150 euros de media” apuntó Valentín Aguilar, que consideró que no es exagerado hablar de explotación laboral.
Añadió que se busca facilitar la inserción laboral a través de la práctica laboral, “pero también obtener una reducción de gastos por parte de la Administración. Así los 1.763 trabajadores de las cocinas de todos los centros penitenciarios permiten que el importe de ración de 3,77 euros por día e interno, ahorrando costes por ejemplo en relación con Cataluña que, con el servicio externalizado, abona entre 12 y 14 euros por persona”.
Los reclusos desean trabajar porque así consiguen algunos ingresos con los que apoyar a la familia o cubrir sus gastos en prisión, además de lograr con más facilidad permisos, tercer grado… “No obstante, el trabajar les genera problemas no siempre de pequeña entidad, como por ejemplo la incompatibilidad para asistir a la escuela o a programas específicos de tratamiento”, advirtió Aguilar.
En la obra se describe cómo muchos de los derechos establecidos en la regulación especial RD 782/01 no siempre han sido respetados, e incluye sentencias que reconociendo vulneraciones estiman demandas por horas extraordinarias trabajadas, falta de descanso, opacidad en los criterios de selección de los aspirantes al puesto de trabajo, declaración de nulidad de los ceses realizados, etc.
Valentín Aguilar advirtió que “no debe de perderse de vista que el hecho de interponer quejas o denuncias por la situación laboral no es fácil, pues al desconocimiento de los derechos de las personas privadas de libertad se suma que el responsable del trabajo en el centro penitenciario es el director, por lo que se temen represalias por el ejercicio de acciones judiciales laborales”. Además, afirmó que “la actuación de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social para investigar es escasa, habiéndose detectado situaciones en la que ésta no interviene. De igual modo la presencia de los sindicatos es inexistente, por lo que se hace necesaria su presencia”.