20 julio 2020
Teletrabajo y abogacía: obligados a entenderse
¿Has querido alguna vez trabajar desde su casa, tranquilamente, ahorrándote desplazamientos a la oficina y sin tener que “aguantar” presencialmente a tus compañeros? Pues este sueño de algunos (o muchos) trabajadores se convirtió en realidad con la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo, obligando a muchas empresas a implantar, de forma inmediata, el teletrabajo. Y entre estas empresas, los despachos de abogados no iban a ser una excepción.
Esta implantación del teletrabajo en la abogacía ha provocado que, en algunos casos, se hable del “salto digital” que se ha producido en este sector durante el período del estado de alarma. ¿Es real este salto? ¿Estaban todos los despachos –o al menos la mayoría- preparados para afrontar el teletrabajo? Porque el teletrabajo, y el “salto digital” que conlleva, no suponen solo realizar desde tu casa las tareas que habitualmente hacías en la oficina. Implican también un cambio de mentalidad, asumir –y desarrollar- procesos nuevos que van más allá de un traslado de oficina.
TELETRABAJO EN LOS DESPACHOS DE ABOGADOS: IMPLANTACIÓN Y PRODUCTIVIDAD
Respecto a la implantación del teletrabajo en los despachos de abogados, Jordi Estalella, socio de Alterwork (consultora especializada en transformación digital en departamentos jurídicos de empresas, despachos y firmas de servicios profesionales), habla de tres dificultades principales: “la gestión de equipos remotos, la gestión del tiempo personal y adaptar las formas de comunicación al canal virtual”. Por su parte Delia Rodríguez, socia directora de Vestalia Asociados, destaca que en su despacho, “tras unas semanas de adaptación logística y con la ayuda de un protocolo de trabajo diseñado a tal efecto, la instauración de este nuevo sistema ha ido como la seda”. También subraya el cambio de “chip” en los clientes, augurando que en el futuro muchos preferirán no tener desplazarse a las reuniones con su abogado. Vanesa Alarcón, abogada directora de Avatic Abogados –despacho especializado en la prestación de servicios para empresas digitales o centradas en las nuevas tecnologías- explica que en su despacho, por su naturaleza, no han tenido “ninguna dificultad para adaptarse e implementar el teletrabajo, puesto que ya estaba preparado para trabajar de forma remota”. A su juicio, la principal dificultad se ha producido más bien con relación a la atención de algunos clientes. Desde Cuatrecasas –firma en la que prácticamente el 100% de los profesionales de trabaja en remoto desde el 12 de marzo- destacan el refuerzo técnico que han efectuado, lo que permite que a todo el equipo trabajar desde sus hogares de forma remota y segura.
Una de las grandes dudas sobre el teletrabajo es cómo afecta a la productividad de la empresa. Pese a que puede existir una creencia popular de que esta es menor al trabajar desde casa, quienes la están desarrollando no comparten esta idea. Así, Delia Rodríguez destaca que “la productividad se ha mantenido, o incluso ha crecido, pues, a pesar del aumento de volumen de trabajo, se han cumplido exitosamente y en tiempos los objetivos individuales y de grupo”. Comparten esta opinión Jordi Estalella y Vanesa Alarcón. Aunque también apuntan algún problema. Alarcón sí ha notado paralización de proyectos por parte de algunos clientes. Por su parte, Estalella señala que “el tiempo durante el teletrabajo es elástico y se confunde con el personal”.
En este sentido, Delia Rodríguez apuesta por la regulación de los horarios, “tanto en cuanto se refiere a los abogados que componen un despacho como a los clientes en relación a la franja de atención al público”. Por su parte, en Alterwork son partidarios de regular lo menos posible el teletrabajo y conceder la potestad al trabajador y a la empresa para que negocien y decidan lo que crean más conveniente para ambos. En Avatic Abogados creen que “las empresas también deben tener un código ético y de buenas prácticas que no solo regule las obligaciones de los trabajadores para poder teletrabajar, sino también cuáles son sus derechos”, permitiendo la conciliación efectiva y la desconexión digital de los trabajadores. Vanesa Alarcón apuesta por incentivar la combinación entre lo presencial y lo digital porque, desde su punto de vista, “el trabajo presencial al cien por cien no es viable, hoy en día, de igual modo que no es viable el trabajo telemático al cien por cien. Somos seres sociales y el contacto humano tampoco debe perderse”.
TELETRABAJO Y “SALTO DIGITAL”
¿Se ha producido en la abogacía el “salto digital” del que se habla en algunos medios? No es de esta opinión Jordi Estalella, quien habla de que se ha dado un “paso digital, pero no un salto”. Según su experiencia, “han empezado a utilizarse plataformas de comunicación virtual, se han adaptado algunos procesos administrativos y poca cosa más. El verdadero salto –explica- se produce cuando el hecho digital modifica la estructura, se trabaja con documentos colaborativos y el email deja de utilizarse como canal de comunicación interno, entre otros cambios profundos”. Tampoco en la experiencia de Vanesa Alarcón ha habido salto digital, sino “un pequeño empuje para acabar de organizar algunas cosas”.
En cambio, este salto sí se ha producido en el caso de Delia Rodríguez, que subraya que en este salto también han influido los clientes, quienes durante el confinamiento, al no poder visitar físicamente los despachos de abogados y ante la necesidad de un asesoramiento, han optado por valorar más que nunca la especialización sin límites geográficos.
¿EL TELETRABAJO HA LLEGADO PARA QUEDARSE?
¿Qué va a pasar con el teletrabajo en el sector de la abogacía una vez que la situación termine de normalizarse? En opinión de Estalella, muchos despachos han constatado las ventajas del teletrabajo, por lo que “se han puesto como objetivo mejorar las plataformas de comunicación y los procesos para adaptarlos al trabajo a distancia” y así continuar desarrollando el teletrabajo como modalidad complementaria al trabajo presencial. Vanesa Alarcón cuenta que, aunque no tenían implementado el teletrabajo, sí estaban preparados para ello y, a partir de ahora, van a apostar por el teletrabajo, por conciliación pero también por prevención de la salud. “Si se producen rebrotes, vamos a ser cautos y a teletrabajar, sin ningún problema”, afirma. También es de esta opinión Delia Rodríguez, quien opina que “el encanto del día a día en un despacho es irremplazable”, pero a partir de septiembre (en estos momentos, todavía teletrabajan), “con total seguridad implantaremos de forma fija el teletrabajo los viernes por la mañana”, valorando ampliarlo en función de cómo se desarrolle el cambio.
Herramientas de la Abogacía para facilitar el teletrabajo