23 enero 2014
Un 23% de las personas sin hogar tiene discapacidad, según la Fundación RAIS
Casi una de cada cuatro personas sin hogar (23%) tiene algún tipo de discapacidad, según el estudio ‘Discapacidad en el ámbito de la exclusión social’, elaborado por la Fundación RAIS para la Fundación ONCE, que incide en que la prevalencia de la discapacidad en el colectivo es “cinco veces mayor” que en el resto de la población en edad similar, informa Europa Press.
“Hay un círculo perverso entre discapacidad, pobreza y exclusión, que se generan o agravan mutuamente”, ha explicado la directora de Formación y Empleo de Fundación ONCE, Sabina Lobato, que se ha mostrado convencida de que la publicación de los datos aportados por la investigación ayudará a que el problema “no sea invisible”. “Si no se conoce, no se puede actuar”, ha asegurado.
Así, el documento señala el consumo de sustancias tóxicas, los malos tratos y los efectos de vivir en la calle como la principal causa (38,6 %) del desarrollo de discapacidades o del agravamiento de estas, seguida de otras enfermedades “no laborales” (32,9%).
Enfermedades congénitas (8,6%), accidentes de tráfico (7,1%), domésticos (4,3%) o laborales (4,3%) son otras de las causas que, según indica el informe, pueden llevar a estas personas a desarrollar una situación de discapacidad que provoque o se vea agravada por el hecho de no disponer de un hogar.
De hecho, la incidencia de enfermedades crónicas en personas sin hogar que tienen algún tipo de discapacidad (86,4%) o han sufrido algún tipo de accidente o intoxicación durante el último año (39,6%) es más de dos veces mayor que en personas sin discapacidad que también viven en la calle (39,5% y 18,8%, respectivamente).
Esto provoca, según destaca el estudio, que mientras el 62% de las personas sin hogar aseguran haber buscado trabajo durante la última semana, este porcentaje se reduzca más de la mitad en el caso de las personas con discapacidad (30%).
NO BUSCAN TRABAJO
“La mayoría de las personas sin hogar no tienen, en su mayoría, trabajo, pero aquellas que tienen además discapacidad prácticamente no lo buscan. De hecho, la mayoría de ellos dejaron de trabajar cuando desarrollaron los síntomas”, según ha destacado el responsable del estudio Miguel Pérez Lobato, que ha señalado la pérdida de esperanza como la principal causa.
De forma paralela, el 89% de quienes tienen una discapacidad (valorada por los profesionales de la Fundación RAIS) y viven en la calle no disponen del certificado que la acredite, a pesar de que la diferencia de ingresos respecto a los que sí la tienen sea de casi la mitad.
A su vez, la falta de empleo incide en el tiempo medio que permanecen las personas sin hogar en esta situación, que entre los que no tienen discapacidad es de 3,5 años, mientras el de quienes sí la tienen es de 6,5 años.
Por todo ello, el vicepresidente de la Fundación RAIS, Óscar López Maderuelo, ha incidido en la necesidad, por un lado, de analizar los mecanismos internos que llevan a las personas a la situación de “severa exclusión social” que viven quienes sufren de forma simultánea la discapacidad, la pobreza y la falta de hogar.
“Intervenir cuando estos factores se producen, cuando falta empleo, formación o condiciones residenciales aceptables es complejo, no queremos pensar cuando todas ellas coinciden y se juntan con la discapacidad”, ha asegurado.
Por ello, tanto los responsables de la Fundación ONCE y la Fundación RAIS, como el director general de Políticas de Apoyo a la Discapacidad, Ignacio Tremiño, han subrayado la necesidad de fomentar la colaboración entre las organizaciones que trabajan con distintos sectores de población afectados por alguna de estas situaciones, así como de adaptar los servicios sociales a los casos en que se producen estas se producen de forma conjunta.
Asimismo, Tremiño ha insistido en la importancia de que la Administración vaya “de la mano de las ONG” en la elaboración de sus políticas porque, según ha explicado, “son las que mejor conocen la situación en la calle”.
En este sentido, ha valorado positivamente el trabajo de la Fundación ONCE y las empresas de su corporación, que en 2013 crearon un total de 7.000 puestos de trabajo para personas con discapacidad, y ha indicado que el aumento del 14 por ciento del empleo en este colectivo durante el último año se debe también a la recuperación de las ayudas a la discapacidad que, a su juicio, “es uno de los aspectos más positivos de la reforma laboral” llevada a cabo por el Gobierno.