10 mayo 2019
Un fin de semana en Castilla y León
Después de cuatro días intensos de Congreso, es tiempo de descansar y de disfrutar de todo lo que Castilla y León te pude ofrecer. Y es que la comunidad autónoma más extensa tiene muchos rincones que descubrir. ¿Nos vamos de visita?
ÁVILA
Sin duda, todo el mundo conoce –aunque sea de oídas y de haber visto fotos- la Muralla de Ávila. Y no es extraño, porque se trata del recinto amurallado mejor conservado del mundo. Obra medieval (de la que no está clara la fecha de construcción), es visitable en buena parte de su trazado y accesible a todos los ciudadanos. Pero Ávila, declarada Patrimonio Cultural Mundial por la UNESCO en 1985, ofrece mucho más a sus visitantes. Por ejemplo, su Catedral, considerada como la primera catedral gótica de España. O el Convento y Museo de Santa Teresa, cuya iglesia está levantada sobre la casa natal de Teresa de Cepeda y Ahumada. O multitud de iglesias, palacios y conventos (Más información sobre la ciudad de Ávila)
La provincia de Ávila cuenta también con muchos otros lugares de interés y con interesantes contrastes entre sus diferentes paisajes. Si nos atenemos a poblaciones que cuentan con algún lugar declarado Bien de Interés Cultural (BIC), destacarían algunas como Madrigal de la Altas Torres, que representa un caso único de villa medieval fortificada que se encuentra en una llanura; localidad en la que nació Isabel la Católica y en la que murió Fray Luis de León, podemos contemplar los restos de la muralla, el palacio de Juan II, y su iglesias y monasterios. O Guisando, localidad rodeada de pinares, que es un magnífico ejemplo de armonización de las relaciones entre el espacio urbano y el espacio natural, motivo por el que la villa fue declarada Bien de Interés Cultural como conjunto histórico. Pero si lo que queremos es visitar los famosos ‘Toros de Guisando’ debemos trasladarnos hasta la localidad de El Tiemblo. Y no podemos dejar de mencionar Arévalo, ciudad de larga historia. Otras localidades destacables son Arenas de San Pedro o Candeleda.
Si hablamos de naturaleza, Ávila también mucho que ofrecer. Por ejemplo, la Sierra de Gredos, declarada parque regional en 1996. Destaca especialmente por su relieve y, además, desde el punto de vista biológico, su hábitat y diversidad convierten a este espacio en uno de los más interesantes de toda Europa. Conserva numerosas huellas de las épocas del glaciarismo, entre las que destacan sus lagunas, como la Laguna Grande y el conjunto de Las Cinco Lagunas. Si te gusta el senderismo, este es uno de los mayores atractivos de la provincia, con rutas para todos los públicos: desde las rutas más sencillas, aptas para niños, accesibles para personas con movilidad reducida, hasta las más exigentes rutas de montaña. Cabe destacar dos rutas de Gran Recorrido, incluidas dentro de la Red Europea, como son la GR10.3 a su paso por el Valle del Alberche y la impresionante y bellísima GR180 que atraviesa todo el sur de la provincia y nos permite conocer el Valle del Tiétar. La Subida a la Laguna Grande de Gredos, las rutas del Valle de Iruelas o el Camino de Santiago a su paso por La Moraña también forman parte del infinito mundo de posibilidades que la provincia ofrece para los amantes de la naturaleza y los paseos.
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BURGOS
Burgos, con una situación geográfica privilegiada, es una urbe moderna, pero cuajada de paseos, parques y jardines. Además, es rica en historia. La Catedral de Burgos, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, está considerada como una de las cumbres del arte gótico europeo. Destaca por sus agujas, pero también por sus fachadas. A pocos kilómetros de la capital no dejes de visitar los yacimientos arqueológicos de la Sierra de Atapuerca, que son el mayor foco de conocimiento mundial sobre la evolución humana, cuyas excavaciones comenzaron en 1978 y que fueron declarados Patrimonio Mundial por la Unesco en 2001. Además, la capital burgalesa es paso obligado para millones de peregrinos que realizan el denominado Camino de Santiago Francés. Volviendo al patrimonio histórico de Burgos, la ciudad acoge en el interior de un recinto amurallado un conjunto de iglesias entre las que destacan entre otras la de San Esteban –hoy Museo del Retablo-, la iglesia de San Gil y la iglesia de San Nicolás. Tampoco debes dejar de visitar el Monasterio de las Huelgas y la Cartuja de Miraflores.
La gran extensión de Burgos ofrece una gran variedad de paisajes y de patrimonio histórico. Quien se acerque a la Ribera del Duero, además de visitar sus afamadas bodegas, debe pasear por las calles de Aranda de Duero y buscar en la comarca asentamientos prehistóricos, yacimientos romanos, castillos, palacios o arquitectura religiosa. Y si te acercas hasta Las Merindades, en el norte de la provincia, te llevarás el recuerdo de sus paisajes, sus bosques y sus ríos de aguas limpias, pero también sus rincones mágicos. Destacan conjuntos monumentales en localidades como Oña, Frías o Espinosa. Y si nos trasladamos a la Sierra de la Demanda, tendrás acceso a zonas de montaña, bosques de robles y hayas, cañones de roca caliza, senderos por las vegas del Arlanza. En la Sierra de la Demanda, además de Atapuerta, están los monasterios de Silos y de San Pedro de Arlanza, o castillos como el de Covarrubias.
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LEÓN
León es hoy un ejemplo de ciudad histórica que ha sabido adaptarse a los tiempos modernos. Sus calles invitan a recorrer la ciudad sin prisa, deteniéndose en cada rincón. Evidentemente, no hay que perderse una visita a su Catedral gótica, los frescos románicos de la Colegiata de San Isidoro, conocidos como la capilla Sixtina del románico, y la fachada más impresionante del plateresco, el Hospital de San Marcos. Puedes pasear por su casco histórico, recorrer el antiguo barrio judío, admirar la muralla romana (a lo largo de la calle de los Cubos, en buen estado de conservación y que mantiene aún 36 torres o cubos lo que a dado nombre a la calle), y contemplar uno de los pocos edificios realizados por Gaudí fuera de Cataluña, la Casa Botines. Y disfrutar del ambiente y de las tapas en el Barrio Húmedo, parte del casco antiguo en torno a la Plaza de San Martín y que es la zona por excelencia de tapeo de la ciudad, con más de 100 bares.
Pero además, la provincia de León tiene una oferta turística muy importante. Desde las famosas Médulas a las Cuevas de Valporquero pasando por una oferta impresionante de patrimonio arquitectónico como en la zona de Sahagún y Tierra de Campos o la zona de Astorga. En El Bierzo no puedes dejar de visitar Ponferrada, una ciudad llena de vida y que es un lugar inmejorable desde el que ir conociendo la hermosa comarca berciana. Y si vas a la Maragatería, su capital, Astorga, es uno de los lugares más conocidos y emblemáticos de todo León, con un gran patrimonio histórico y artístico. En ella perviven restos de su esplendor romano mezclados con edificios que muestran su importancia en la época medieval, en la que se convirtió en lugar de paso de la Vía de la Plata y el Camino de Santiago.
Si te gusta la naturaleza, puedes visitar el Parque Nacional de los Picos de Europa, disfrutar del Camino de Santiago –que tiene en la provincia de León su trayecto más largo-, o hacer alguna excursión por las comarcas de los ríos Bernesga, Torío, Porma o Curueño que junto con Laciana, Babia y Los Ancares, forman parte de la red de Reservas de la Biosfera de España.
PALENCIA
Provincia colindante con Valladolid, su capital –Palencia-, está a poco más de 50 kilómetros de Valladolid. Situada en medio de una gran llanura, la capital palentina conserva el aire de una ciudad típicamente castellana. Se trata de una ciudad llena de atractivos, como su Catedral, denominada “La Bella Desconocida”, que alberga en su interior la figura del patrono de Palencia, San Antolín. Además, merece una visita el Museo de Palencia, ubicado en la Casa del Cordón (único monumento civil renacentista de la ciudad), y en el que podemos ver diferentes piezas arqueológicas que hacen un recorrido por la prehistoria, romanización, cultura celtibérica y época medieval. Uno de los elementos más significativos de la capital palentina son sus soportales, que recorren la Plaza y la Calle Mayor. Y si lo que quieres es ver Palencia desde las alturas, nada mejor que subir hasta el Mirador del Otero, presidido por el imponente Cristo del Otero –obra del escultor Victorio Macho-, una escultura de 30 metros de altura que de divisa desde varios kilómetros ala redonda.
Pero además de su capital, Palencia ofrece mucho más. Sus grandes diferencias paisajísticas hacen de ella un lugar sorprendente para el visitante que además conjuga arte, naturaleza y gastronomía. Para empezar, 70 kilómetros del Camino de Santiago discurren por la provincia palentina, teniendo uno de sus grandes hitos en la localidad de Fromista, conocida como la Villa del Milagro, y cuya iglesia de San Martín (siglo XI) es uno de los mejores ejemplos de arquitectura románica de todo el mundo. Además, Carrión de los Condes fue uno de los principales puntos de atención del Camino en la época Medieval, con sus numerosos hospitales, monasterios e iglesias. Del norte al sur de la provincia podremos disfrutar de sus bellas poblaciones y sus recursos artísticos, con especial atención al Románico, pero sin dejar de contemplar el arte Mudéjar, el Visigodo o el Judío.
En clave de naturaleza, no debes perderte la Montaña Palentina. Allí, uno de sus enclaves más singulares son las denominadas Fuentes Carrionas, dentro del Parque Natural Fuentes Carrionas-Fuente Cobre Montaña Palentina, un gran espacio de 80.000 hectáreas con fauna y flora autóctonas. Tomando como punto de referencia Aguilar de Campoo, puedes visitar Las Loras, en la zona más baja de la Montaña Palentina, que presenta una geografía de transición entre la orografía cántabra y la planicie de la Tierra de Campos. Las Tuerces y el Cañón de la Horadada, Covalagua y el mirador de Valcabado, o pueblos como Gama, Villanueva de Henares, Mave, Revilla de Pomar, son tan solo una muestra de un espléndido inventario de vistas y de visitas.
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SALAMANCA
Ciudad Patrimonio de la Humanidad, Salamanca es conocida sobre todo por dos motivos: su Universidad, la más antigua de España en activo; y su Plaza Mayor, que cada día vecinos, turistas y universitarios utilizan como lugar de paseo, encuentro, tertulia, descanso, ocio y lectura. Sin duda, su Plaza Mayor es una de las más bellas de España y del mundo y uno de los monumentos barrocos más importantes de la Península. En una visita a la capital salmantina no debes perderte una visita a sus catedrales. El edificio histórico de la Universidad también merece una visita: en su fachada es tradición entre los turistas buscar la figura de la rana, mientras que en el interior descubrirás espacios como el aula de Fray Luis, donde parece haberse detenido el tiempo, o la Biblioteca antigua. Y siguiendo con el paseo por la ciudad charra, contempla la Casa de las Conchas, famosa por su fachada decorada con cientos de conchas, y la Iglesia de la Clerecía y Universidad Pontificia, situadas enfrente. Y no olvides subir a las torres de La Clerecía y disfrutar de las vistas de la ciudad desde los balcones de las torres de este impresionante mirador. También podemos dar un paseo por el Puente Romano y entrar en el Huerto de Calixto y Melibea, un jardín de estilo musulmán.
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Respecto a la provincia, encierra una sorprendente diversidad paisajística y medioambiental. Las amplias llanuras centrales y orientales se combinan con las alineaciones montañosas al sur y por los cañones del río Duero y sus afluentes al noroeste. Además, Salamanca es rica en patrimonio histórico y cultural, no en vano 15 municipios están declarados como conjuntos históricos. También posee cinco espacios naturales protegidos, como los Parques Naturales de Arribes del Duero y de Las Batuecas – Sierra de Francia, el espacio natural de El Rebollar y las sierras de Candelario y de Las Quilamas. Además, la provincia cuenta con dos espacios declarados Reservas de la Biosfera: la Reserva de la Biosfera de las sierras de Béjar y Francia y la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Ibérica, que acoge las tierras del Parque Natural de Arribes del Duero.
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SEGOVIA
Declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1985, Segovia es conocida sobre todo, pero no solo, por su imponente acueducto romano, una de las más soberbias obras que los romanos dejaron repartidas por su vasto imperio. Fue construido para conducir hasta Segovia el agua de la sierra, según las hipótesis en el siglo II d.C. Consta de 167 arcos de piedra granítica del Guadarrama, formados por sillares unidos sin ningún tipo de argamasa mediante un ingenioso equilibrio de fuerzas. La obra ha prestado servicio a la ciudad hasta fechas recientes y apenas ha sufrido modificaciones a través de los siglos. Pero Segovia ofrece mucho más: el Alcázar, la Catedral, la antigua Sinagoga Mayor o el Monasterio de San Antonio el Real son visitas obligadas. El Alcázar, ubicado en una situación privilegiada, ofrece a sus visitantes una bella vista de capital segoviana, mientras que una visita al mismo nos permitirá conocer bellas salas, entre las que destaca la Sala de Reyes con un extraordinario artesonado de hexágonos y rombos dorados y un original friso en el que 52 imágenes policromadas y sedentes representan a los Reyes y Reinas de Asturias, León y Castilla desde Don Pelayo hasta Juana la Loca.
A lo largo de toda la geografía segoviana podrás encontrar muchos “pueblos con encanto”: pueblos palaciegos, pueblos serranos, pueblos labriegos, pueblos en el llano; pueblos con historia, pueblos de paso, pueblos pequeños, pueblos ganaderos, pueblos de piedra, ladrillo y teja. Algunos de estos pueblos, pero no los únicos, son: Pedraza, espectacular villa medieval declarada Conjunto Monumental, gracias a su plaza, el conjunto amurallado, su castillo y el precioso entorno. Madriguera, el más conocido de la ruta denominada “Pueblos rojos”, situado en la falda la Sierra de Ayllón. Sepúlveda, villa medieval rodeada por los ríos Duratón y Caslilla, denominada como Conjunto Histórico Artístico. Riaza, de la que destaca su magnífica plaza porticada, con la curiosidad de estar rodeada por gradas de piedra, y su gran entorno natural. Ayllón, villa declarada Conjunto Histórico Artístico, formada por edificios señoriales y viviendas de arquitectura tradicional. Fuentidueña, de origen prerromano y declarada como Conjunto de Interés Cultural, en ella se localizó una necrópolis de la época celtibérica. La Granja S. Ildefonso, donde pasear por el Real Sitio de San Ildefonso es como retroceder al s. XVIII, con calles rectas que llevan a Palacio, esbeltos árboles llenos de grandeza, fuentes majestuosas que riegan los jardines de un palacio lleno de tesoros… El Muyo es la localidad más representativa de los Pueblos Negros de nuestra provincia, llamados así por su característico color fruto del uso de la pizarra. Turégano, villa que encuentra sobre un antiguo castro arévaco, posteriormente romanizado. Posee una bonita plaza y un fantástico castillo del siglo XV.
Y para los amantes de la naturaleza, la provincia de Segovia ofrece unos grandes espacios naturales y áreas recreativas. A las extensas llanuras cerealísticas, típicas de los campos castellanos, se suman los grandes pinares, los paisajes serranos formados por pastos, encinas y pinos o las frescas riberas de los ríos, perfiladas por choperas o escarpados acantilados formados por la erosión del agua y el paso de los años. Parques Naturales como las Hoces del Duratón o las Hoces del Riaza, el Parque Nacional de Guadarrama o la Sierra de Ayllón, son garantías suficientes para conseguir un buen plan natural con éxito.
SORIA
Escritores como Antonio Machado o Gustavo Adolfo Bécquer se han inspirado en la capital soriana. Y es que Soria puede ofrecer mucho a quienes la visiten. Te proponemos callejear por la ciudad. Algo que, al fin y al cabo, suele ser una de las mejores opciones para conocer un poco más una ciudad. ¿Qué encontrarás en tu paseo por Soria?: iglesias románicas como la de San Juan de Rabanera, una obra del siglo XII que impresiona por su pureza arquitectónica y que ha sido reconocida como monumento nacional, o como la de Santo Domingo, considerada una de las más bellas muestras del románico en España. La Concatedral de San Pedro, que mantiene elementos románicos como el claustro, aunque el oficio fue reedificado a lo largo del siglo XVI. O palacios, como el de Alcántara, de inspiración barroca; o el del Vizconde de Eza y el de los Condes de Gómara, renacentistas. Una de las principales señas de identidad locales es la alameda de Cervantes, conocida popularmente como “La Dehesa”: una zona de paseo en cuyo centro se encuentra el llamado “árbol de la música”. Y a apenas a ocho kilómetros de la capital aparecen sobre un altozano las ruinas de Numancia.
Pero la provincia de Soria también te ofrece mucho más. De la comarca del Valle, conocida popularmente como “La pequeña Suiza soriana”, es originaria la mantequilla con denominación de origen «Mantequilla de Soria«. Está bañada por los ríos Duero, Merdancho, Razón y Tera. En esta comarca es parada obligada Garray, en cuyo término se ubican las ruinas de Numancia. En la región de Tierra del Moncayo, con una mezcla de herencia cristiana, mora, judía, celtíbera y romana, se encuentran las localidades situadas a mayor y menor altitud de la provincia, la montaña más grande, la llanura más baja, las zonas más lluviosas y las más secas… Entre todas, Ágreda es la población con mayor patrimonio histórico-artístico, tanto islámico como cristiano. También cabe destacar Ólvega, con arte sacro nutrido de los diferentes estilos que le han legado los siglos. En Tierra del Burgo podemos visitar El Burgo de Osma y su catedral románica, gótica, barroca y neoclásica, pero también naturaleza, como el Parque Natural del Cañón del Río Lobos, la Fuentona y el Sabinar de Calatañazor, que forman un triángulo natural de gran diversidad biológica. Continuamos con la naturaleza en la conocida como “Soria Verde”, que junto al Parque del Cañón del Río Lobo alberga otro Parque Natural: la Laguna Negra y Glaciares de Urbión, donde nace el río Duero. Y siguiendo por la Ribera del Duero, no debemos dejar de visitar San Esteban de Gormaz y sus iglesias de San Miguel y Nuestra Señora del Rivero, así como la iglesia prerrománica de San Miguel en Gormaz y el Castillo de Gormaz. Y ya en los límites de la provincia es visita obligada el Yacimiento de Tiermes, con restos de asentamientos de varias culturas que se sucedieron en la ocupación del terreno desde el siglo IV a.C hasta el V d.C. En la tierra de Almazán no podemos dejar de visitar el pueblo que le da nombre, Almazán, localidad de encrucijada y que aún conserva tres puertas monumentales de su recinto amurallado medieval. Además, toda la comarca es pródiga en manifestaciones románicas. En cuanto a la Tierra de Medinaceli, la villa que da nombre a la comarca –Medinaceli- está declarada Conjunto Histórico Artístico y cuenta con un gran patrimonio, puesto que celtas, romanos, cristianos y árabes dejaron sus huellas en esta villa; no deben dejar de visitarte el Arco Romano y el Castillo. Además, visita imprescindible es Arcos de Jalón, localidad en la que destaca el castillo enclavado en el punto más elevado y la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora.
ZAMORA
La capital zamorana es conocida como “Ciudad del Románico”. Y es que no podemos olvidar que en término municipal hay 23 templos románicos, situándose 14 iglesias en el casco histórico, comenzado por su Catedral, considerada el icono del románico zamorano. La lista es amplia, pero no hay que perderse la Iglesia de San Juan de Puerta Nueva, la de Santa María Magdalena o la de San Pedro y San Ildefonso, entre otras muchas. Pero Zamora es mucho más que románico. El Modernismo tiene otro importante hito en esta ciudad, ya que Zamora vivió un importante desarrollo urbanístico y arquitectónico desde mediados del siglo XIX. Entre 1875 y 1930 se elevaron multitud de inmuebles eclécticos e historicistas, otros de carácter industrial y sobre todo, un notable número de edificios modernistas, que no se desarrollaron en ensanches, sino que se encuentran en el centro de la ciudad. Pasea tranquilamente por Santa Clara y las calles colindantes y déjate seducir por el modernismo zamorano.
Además, la provincia de Zamora tiene mucho que ofrecer. Un pequeño resumen se recoge en algunas de estas rutas que recorren la provincia. La Ruta de la Montaña comprende las comarcas de Sanabria y la Carballeda, en el noroeste de la provincia. Representa el paisaje más agreste y montañoso de la provincia y el Parque Natural del Lago de Sanabria es su atractivo turístico más emblemático, junto al conjunto monumental histórico-artístico de Puebla de Sanabria y los numerosos pueblos de arquitectura popular. En la Ruta de la Culebra se mezclan aspectos paisajísticos como la Reserva Nacional de Caza de la Sierra de la Culebra con pueblos como Villardeciervos o Moveros (centro alfarero por excelencia). La Ruta de la Plata atraviesa la provincia de Sur a Norte, y además de la capital destacan puntos como Benavente, el monasterio cisterciense de Santa María de Moreruela o las lagunas de Villafáfila, en Tierra de Campos. De este a oeste atraviesa Zamora la Ruta del Duero, iniciándose en Toro, uno de los mejores ejemplos de pueblos medievales declarado conjunto monumental histórico-artístico con numerosos monumentos entre los que destaca La Colegiata, de estilo románico, finalizando la ruta en la comarca Sayaguesa, en la que sobresale el cañón del rio Duero, cuyos Arribes han sido declarados Parque Natural. Por último, la Ruta de los Valles de Benavente es un cruce de caminos, con los ríos Tera, Órbigo, Cea y Eria como puntos cardinales.
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