08 junio 2015

Un microrrelato de género negro gana el concurso en mayo

Antonio Rodríguez Solís ha sido el ganador del mes de mayo de la VII edición del Concurso de Microrrelatos de Abogados, organizado por el Consejo General de la Abogacía Española y la Mutualidad, con su relato “Trágica absolución”, premiado con 500 euros.

Antonio, de 48 años, que lleva participando en el concurso desde hace sólo dos meses, trabaja desde hace más de 20 años en la Administración de Justicia de Cáceres, primero como juez sustituto y en la actualidad como gestor procesal.

El autor del relato “buscaba una historia que lograra que el lector releyera el texto para captar lo que le va a pasar al protagonista”, apuntó al recibir la noticia. Así surgió este relato ganador de ambiente policíaco.

Aunque reconoce que su afición por la escritura es muy reciente, comentó que no dejará de participar en el concurso, del que supo de su existencia por las redes sociales, y de votar por sus relatos favoritos, hobby que compagina con su otra pasión, el deporte.

El jurado del concurso ha elegido esta pieza entre más de 500 historias recibidas en el mes de mayo, en el que la ganadora del público ha sido “Aventajado aprendiz”, de Ana María Martín González, natural de Las Palmas de Gran Canaria.

“Trágica absolución” pasa a la final del concurso, junto con los otros 9 relatos finalistas mensuales y los dos más votados por el público, en la que el ganador obtendrá un premio adicional de 3.000 euros.

El relato premiado y otros seleccionados por el jurado de entre los recibidos en el mes de mayo pueden leerse en www.abogacia.es, dentro del microsite dedicado a este concurso. En este mes de junio, las palabras obligatorias son radical, sonoro, carrera, expulsión y apelar.

GANADOR DEL MES:

TRÁGICA ABSOLUCIÓN

La carta de la muerte sobre el parabrisas de mi coche. Un escalofrío atraviesa mi cuerpo. Es su forma de actuar. Los atropellados latidos de mi corazón marcan el ritmo frenético de las imágenes que pasan ante mí: un sumario mal tramitado, el defecto de forma, la prueba anulada, mi demoledor discurso final, la absolución, la entrevista en el diario digital, mi nombre en el titular, el abogado de moda, la fiesta de hace un rato en el despacho hasta altas horas… Todo lo que me ha traído hasta este oscuro y solitario garaje carece ya de importancia. Esa carta en el parabrisas es su forma de actuar, el macabro heraldo que anuncia la muerte inminente. Mi cliente, culpable, al que tan hábilmente había conseguido poner en libertad, el asesino de la baraja, ha elegido a su próxima víctima.

 

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