05 julio 2023
Yolanda Mompel: “La gente no sabe lo que es el Turno de Oficio”
Letrada del Colegio de Abogados de Zaragoza y del Turno de Oficio desde marzo de 1988.
¿Qué le animó a formar parte del Turno de Oficio?
Acababa de empezar, no tenía antecedentes familiares en la abogacía y en aquellos años, te podías colegiar y al día siguiente inscribirte en el Turno de Oficio. Era una forma de captar asuntos, pero con mi trayectoria se ha convertido en algo vocacional. Para mí es la función social de la Abogacía.
Desde que forma parte del Turno, ¿ha cambiado la tipología de casos?
En temas penales han aparecido delitos a medida que la sociedad ha ido avanzando, a los hurtos, estafas, robos, etc., se han añadido delitos informáticos que en el 88 eran “ciencia ficción”. A partir de 2004 y tras la entrada en vigor de la Ley Integral, más delitos de violencia de género, que no estaban tipificados en el código penal cuando me inscribí.
En materia civil los casos han ido cambiando según las crisis económicas, a partir de 2008 ejecuciones hipotecarias y desahucios por falta de pago. Volvió a haber un receso y han vuelto a resurgir en la actualidad. En mercantil, encontramos muchos casos de concurso de persona física que antes no veíamos.
Siempre hay casos que marcan más que otros y, en 35 años, ¿qué caso de oficio le viene a la mente cuando repasa su trayectoria?
Hay asuntos en los que has ganado y has perdido. Casos en los que te has sentido mal defendiendo a una persona, pero toda persona tiene derecho a una defensa digna. Siempre recordaré la designación en un asesinato. Cuando ejercemos la defensa por Turno de Oficio no podemos renunciar a la misma y tenía que defender a una persona que había asesinado a otra. Fue un caso mediático y doloroso para mí, pero lo tuve que hacer y ejercimos la defensa llegando hasta el Tribunal Supremo. Fue el primer recurso que llegó al Tribunal Supremo con la Ley del Menor.
Pero también hay casos satisfactorios como el de hace apenas un mes en el que, junto con una compañera de Madrid, ganamos a Movistar, reconociendo el Tribunal Supremo una cláusula abusiva en sus contratos.
De estos años en el Turno de Oficio, ¿qué es lo más gratificante?
Cuando te dan las gracias y ves situaciones de vulnerabilidad en los “gracias” a la Asistencia Jurídica Gratuita. Es muy gratificante que una abogada del Turno de Oficio que ejerce la defensa frente a un banco consiga que una familia no se vea en la calle.
¿Cómo cree que los clientes de la Justicia Gratuita perciben su trabajo?
La mayoría piensa que somos funcionarios y como tales estamos a su total servicio. La gente no sabe lo que es el Turno de Oficio, el trabajo que desarrolla el abogado adscrito, ni la infraestructura que hay detrás. En alguna ocasión, atiendes una llamada en sábado y te contestan que es tu obligación porque te pagan con sus impuestos.
Por lo tanto, ¿habría que hacer pedagogía?
Sí, tendríamos que explicar a la ciudadanía qué hacemos y cómo les podemos ayudar. No nos sabemos vender.
¿Los casos en los que interviene un abogado de oficio reciben la misma atención por parte de los juzgados que el resto de los casos?
No noto la diferencia. Muchas veces no saben que vas designado por Turno de Oficio. Por parte del funcionariado he encontrado empatía.
Además de esa necesidad de divulgación sobre qué es el Turno, ¿qué habría que mejorar, de cara a la sociedad, pero también de cara a los letrados?
Pediría que se nos tratase, sobre todo por parte de las administraciones, con una mayor dignidad. Ya no solo en lo relacionado con los pagos, la mayoría de los adscritos al Turno de Oficio lo es por vocación, porque por dinero no lo hacemos, lo que se cobra es irrisorio. Desde el punto de vista económico deberíamos tener más reconocimiento por parte de la administración.
En estos meses, con las huelgas, nos están ninguneando. No te dicen si un juicio está suspendido hasta que estás en el juzgado y tenemos constancia de que a otros organismos que están citados como testigos sí que les avisan con anterioridad. Pido mayor valoración del trabajo que realizamos, dignidad y reconocimiento desde el punto económico.