14 abril 2020

Hacia una política de migración real y valiente en épocas de COVID19

Desde este espacio, y ante los nuevos retos, desconocidos hasta ahora, que nos lanza esta realidad en la que convivimos con este maldito virus, que tanto dolor nos produce, debemos sacar lo mejor de nosotros para hacer frente a dicha pandemia.

Dejando de lado nuestros pequeños e insignificantes intereses individuales, nos cabe pensar entre todos sobre nuestra actividad, pero no desde el rincón de nuestro despacho y los deseos de nuestros clientes, sino para poder hacer frente al futuro, en lo que respecta a una verdadera política migratoria, hasta hoy errática

Ya son muchos años en los que echamos de menos una visión completa, una decisión firme en lo que deseamos que sea la migración en España, con reglas claras, coherentes y uniformes, que dé respuestas a aquellos que han decidido realizar un proyecto vital entre nosotros, poniéndolo en relación con la situación de empleo española y las capacidades de absorción de nuestra sociedad.

Ello sin dejar de pensar en los obstáculos de gestión que sufre nuestro colectivo y faltas de acceso al mismo en nuestro quehacer diario (inexistencia de citas, falta de renovaciones, no posibilidad de jura en las nacionalidades, etc.).

Una de las enseñanzas que nos va dejar esta pandemia, es la de reconocer el trabajo de todos los ciudadanos que realizan en su labor y profesión, muchas veces vocacional, en este trance: Médicos, sanitarios, personal de seguridad, Fuerzas y cuerpos de Seguridad, trabajadores esenciales, incluso nosotros, ciudadanos de a pie, que debemos obedecer en quedarnos aislados en casa, y que realizamos una labor importante en la lucha contra el virus.

Cuidado de personas mayores
Europa Press

Pero no nos tenemos que olvidar de un colectivo que, siendo esencial, no es reconocido como tal. Las personas no españolas, los que para estar en este país necesitan no solo desearlo, sino también de una autorización administrativa previa:  los trabajadores  migrantes,  en forma mayoritaria trabajadores en sector servicio y en el sector primario, que, como todos, se ven afectados, a pesar de llevar a cabo labores esenciales, de agricultura, de construcción, de hostelería y, no pocas veces, de cuidado y asistencia de nuestros mayores.

Pero ellos sufren un doble problema. No solo pierden el trabajo o sufren la  reducción de jornada y trabajo (como muchos trabajadores en esta emergencia), sino que también su proyecto vital está vinculado a su “autorización administrativa”, es decir, a “sus papeles”. Y la legislación actual no los ampara, al no tener en cuenta todas estas situaciones.

Y esto es el resultado de una política migratoria errática y una legislación dispersa, caótica y contradictoria en muchos casos (Ley y Reglamento de Extranjería, contrataciones en origen, Ley de Emprendedores, soluciones parciales  para estudiantes y ex estudiantes, etc.)

Sin dejar de constatar que en estos momentos de incertidumbre se pueda actuar a través de soluciones urgentes, precipitadas y necesarias, pensadas y ejecutadas a través de RD Ley de Urgencia (contratación de extranjeros médicos, sanitarios o de trabajadores agrícolas aunque sean extranjeros con una dudosa legalidad administrativa – o una excesiva burocracia-), no nos puede dejar de considerar en forma seria, responsable y reposada, que, una vez que hayamos pasado esta emergencia sanitaria, que lo haremos, debamos reflexionar entre todos los agentes y actores que operamos en este tema fascinante del derecho de migración, extranjería y derechos humanos, cómo debemos y queremos regular, de forma ordenada, sincera y efectiva, las migraciones y los derechos de los ciudadanos que conviven con nosotros, nacionales o extranjeros, sin atender a intereses individuales y sectoriales, sino de derechos, que lo son de las personas y de los migrantes

Y, no nos cabe alguna duda, la Abogacía de extranjería tiene mucho que decir en ese momento que, espero, no sea tan lejano.

Marcelo Belgrano Ledesma

Vocal de la Subcomisión de Extranjería del Consejo General de la Abogacía por el ICAMadrid.

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