23 septiembre 2014
Urgente: El ministro de Justicia se fija como prioridad analizar y mejorar la aplicación de la Ley de Tasas
- “Os convoco a alcanzar un gran acuerdo que permita el desarrollo equilibrado de las reformas pendientes”, ha trasladado Catalá a todos los operadores jurídicos, para pedirles su colaboración a cambio de ofrecerles “diálogo, lealtad y voluntad de consenso”
Rafael Catalá, durante su toma de posesión como nuevo ministro de Justicia, ha fijado entre sus prioridades al frente del Ministerio el “análisis” y la “mejora” en la aplicación de las nuevas tasas judiciales, además de la revisión del Código Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y la reforma del Registro Civil.
Catalá recibió este lunes 29 de septiembre la cartera de Justicia de manos de su antecesor, Alberto Ruiz-Gallardón, en el Palacio de Parcent. El acto contó con la presencia de destacadas personalidades como la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saez de Santamaría, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, el fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce, y el presidente del Consejo General de la Abogacía, Carlos Carnicer, entre otras autoridades. Por la mañana ha jurado el cargo en el Palacio de la Zarzuela y, acto seguido, ha participado en el Consejo de Ministros que ha aprobado recurrir la consulta soberanista de Cataluña ante el Tribunal Constitucional.
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Alberto Ruiz-Gallardón, anterior ministro de Justicia, anunció su dimisión el pasado 25 de septiembre poco después de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunciara la retirada del anteproyecto de ley del aborto.
A raíz de la dimisión de Gallardón, Carlos Carnicer, presidente del Consejo General de la Abogacía Española, realizó las siguientes declaraciones:
“Llegó al Gobierno como el ministro más apreciado y se va como el segundo peor valorado. Pudo haber sido un gran ministro de Justicia –así le recibimos- y defraudó las expectativas de todos los operadores jurídicos y de los ciudadanos. Puso en marcha numerosas reformas sin diálogo y sin medios para llevarlas a cabo. Sólo tuvo una virtud: poner de acuerdo a todos los operadores jurídicos, algo insólito en el sector. La injusta ley de Tasas –que ahora estudia el Tribunal Constitucional y que esperamos que sea urgentemente derogada-, la reforma de la Justicia Universal, la del Consejo General del Poder Judicial, la supresión de los 1.300 jueces y fiscales sustitutos, la nueva Ley de Justicia Gratuita o los recortes en la Ley de Acceso concitaron las críticas unánimes de todos. Otros proyectos, como los de la LOPJ o la ley de Planta sumaron también numerosas críticas. Al final de su mandato, recuperó una pequeña parte del diálogo, al menos con la Abogacía, pero los avances, con ser positivos, fueron absolutamente insuficientes.
Pero no se va por esas reformas –algunas de las cuales, por razones electorales no iban a llegar a ningún puerto- sino porque su propio partido ha dicho no a un proyecto de Ley del Aborto que tomó como asunto propio y que también concitaba numerosas críticas. Su maestro y mentor, Manuel Fraga, pronunció en su día una frase, evidentemente referida a los socialistas, que ahora gana valor: “sólo aciertan cuando rectifican”.
La Abogacía, por primera vez en su historia, salió a la calle y se manifestó contra la pretendida regeneración del ministro. La Justicia está hoy mucho peor que cuando Ruiz Gallardón llegó al poder y los ciudadanos más lejos de poder acceder a ella y más lejos también de la tutela judicial efectiva. Lo hecho, hecho está. Ahora hace falta recuperar el diálogo, poner a los ciudadanos en el epicentro de la Justicia y buscar ese Pacto de Estado que tiene que ser posible para que la Justicia ni sea la cenicienta de todos los Gobiernos ni el hermano pobre ni se utilice con fines partidistas. Esa debería ser la tarea y el compromiso del nuevo ministro al que, desde este mismo momento, ofrecemos nuestra colaboración y tendemos la mano. Todavía se pueden hacer cosas, y deshacer otras, en esta Legislatura para que los ciudadanos tengan una Justicia eficaz y eficiente, la que merecen”.