07 diciembre 2017

Claves para recuperar tu motivación como abogado

Berta SantosPor Berta Santos
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Ser abogado no es una profesión sencilla. Es posible que en algún momento de tu carrera puedas sentirte desmotivado o cansado de la profesión. No eres ni serás el único, muchos abogados han pasado por crisis. Algunos han podido salir reforzados y recuperar la ilusión por la profesión y otros simplemente han decidido dejarla al darse cuenta de que no era su camino. ¿Cuáles son los puntos que has de tener en cuenta si te hallas inmerso en una crisis profesional o vocacional?

  1. Sitúa la crisis en el tiempo

Es importante que sitúes la situación de crisis en el tiempo. La crisis no es eterna, se trata de un momento puntual en tu carrera profesional, de la que puedes extraer aprendizajes y experiencias. No se prolongará en el tiempo si tú no lo deseas.

  1. Analizar la crisis

Realizar un análisis te ayudará a reflexionar sobre cómo estás viviendo esta situación. En ocasiones, lo que parece una crisis profesional es la consecuencia de otro problema oculto. Sé valiente para contarte la verdad sobre lo que estás viviendo. Detrás de una apatía por ir al despacho puede encontrarse un problema familiar, o un problema con algún socio o compañero, o simplemente una crisis ante la falta de clientes. ¿Qué está ocurriendo realmente? ¿Qué está generando esta situación?

  1. Reflexiona sobre cuál es tu beneficio ante esta situación

Todas las situaciones difíciles tienen una “motivación inconsciente”, esto es, una ganancia. Puede suceder que te sientas desmotivado en el despacho, pero te dé miedo cambiar a otro y simplemente te conformes; o estar con tu socio, con el que no deseas estar, te genere algún tipo de beneficio, ya sea mantener una amistad con él y no generar conflictos. Si consigues descubrir la “ganancia” que obtienes de la crisis que estás atravesando estarás muy cerca de encontrar la solución para resolverla.

  1. Busca posibles soluciones

En la búsqueda de soluciones será fundamental que seas capaz de explorar nuevas posibilidades y abrirte a situaciones nuevas. Retoma encuentros con compañeros de promoción de la facultad, queda con compañeros y comparte con ellos tus inquietudes. La expresión de tus emociones, tus inquietudes, tus dudas con personas de confianza te ayudará a buscar soluciones que ni tan siquiera tú te habías planteado. Confía en las personas y comienza a recibir nuevos aprendizajes.

  1. No te escudes en excusas, la mala suerte o en los demás

Las crisis no son casuales, suceden por alguna razón. El apelar a la mala suerte es eludir la responsabilidad. Tú diriges tu carrera, nadie más puede hacerlo por ti. Por tanto, en cierta medida eres responsable de tu infelicidad. No culpes a los demás, nada tiene que ver con el despacho, el socio o aquel compañero con el que no cruzas palabras en el juicio, tampoco se trata de un problema de los clientes. Trata de ver con la máxima neutralidad y objetividad lo que está ocurriendo y sitúate como el observador de tu día a día. En esa podrás encontrar muchas claves de tu desmotivación.

  1. Actúa

Cuando descubras los motivos por los que estás inmerso en esa situación es muy importante actuar. Si has de cambiar de despacho, hazlo; si has de cerrarlo, hazlo; si has de dedicarte a otra especialidad porque en la que estás no estás dando tu mejor versión, hazlo. No dejes de actuar, los cambios requieren acciones, de lo contrario se quedan sólo en buenas intenciones y buenos propósitos. Es importante pasar a la acción para salir cuanto antes de esta situación, aunque suponga una ruptura con la línea profesional que estás siguiendo. En ocasiones, no necesitarás cambios radicales, pero otras veces sí. En este último caso, recuerda que tú eres lo más importante de tu vida y la vida profesional es fundamental para cualquier persona. La abogacía puede ejercerse desde diferentes sectores y lugares. Existe un abanico de posibilidades que simplemente requiere explorar y conocer en cuál de ellas encaja tu personalidad y tu forma de ejercer. No renuncies a ellas por el miedo al cambio.

Los cambios están cada vez más presentes en una profesión tan dinámica como es la abogacía, por ello, te animo a que recuperes la motivación y busques aquello que más puede acercarte a lo que te ilusiona. Sea como fuere, las crisis nos ayudan a aprender, conocernos más a nosotros mismos y sobre todo, ponen a prueba nuestra capacidad para elegir lo que verdaderamente deseamos para nuestra profesión. No renuncies a disfrutar de tu vocación por la abogacía, simplemente por una crisis temporal y reinvéntate para ofrecer lo mejor de ti a los demás.

Berta Santos
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