¿Cómo puede el abogad@ prepararse mentalmente antes de un juicio?

Por Berta Santos

El ejercicio de la abogacía requiere dedicar muchas horas al estudio de los diferentes asuntos, especialmente si se trata de juicios. No obstante, resulta también importante dedicar tiempo a trabajar en la mentalidad de la persona abogada y, preparar la puesta en escena, ya sea un juicio, o bien en la reunión con el cliente. La mente ha sido objeto de numerosos estudios que demuestran su influencia en los procesos de aprendizaje, y, en consecuencia, del rendimiento profesional.

A este respecto, algunos autores como Carol Dweck, autora del libro “Mindset” y profesora de la Universidad de Standford ha determinado que una mentalidad fija limita el crecimiento y conduce a una menor satisfacción al perseguir los esfuerzos. Sin embargo, las personas con una mentalidad de crecimiento tienen tendencia a aumentar sus esfuerzos, para conseguir un resultado mejor.

El Dr. Larry Richard, en el estudio “The lawyer personality revealed” analizó la personalidad y la mentalidad de l@s abogad@s. En este sentido, el estudio reveló un alto grado de escepticismo de l@s abogad@s, un 93% mayor que la población en general, así como un alto nivel de autonomía y, por tanto, no siempre se muestran receptivos a los feedbacks. Además, cuentan con una menor resiliencia y resistencia al cambio que la mayoría de la población. Todos estos factores inciden de forma directa en la productividad del rendimiento profesional de l@s abogad@s.

Por todo ello, resulta necesario reconocer las propias debilidades para estar dispuestos a avanzar en trabajar en la mentalidad, para que dichos factores, no puedan afectar la preparación previa de los juicios, en lo que a la mentalidad se refiere. Para ello, resulta necesario tener en cuenta los siguientes puntos:

• La ambición

La ambición es un rasgo ansiado y que no siempre es fácil conseguir. La ambición requiere:

-Claridad en los objetivos a conseguir, determinación y deseo de triunfo

-Asumir riesgos calculados.

-Realizar un exhaustivo análisis de lo que no funcionó y por qué.

-Implementar nuevas estrategias.

Cada juicio es diferente y, por tanto, sería necesario determinar las novedades a implementar. Puede tratarse de novedades simples, como la incorporación de nuevas formas de comunicación, ya sea a través de la voz, la forma de vestir, las gesticulaciones, o bien nuevas formas de comunicación e interacción con el cliente, con el juez, la parte contraria, etc.

• La interacción con el cliente

Reforzar la conexión con el cliente involucrándole de forma activa en su asunto, a fin de transmitirle la importancia del trabajo en equipo, así como conociendo sus necesidades y estudiando los aspectos principales de su negocio, en caso de tratarse de empresas, además de ofrecerle la máxima claridad y dirección en lo que al asunto se refiere.

• La responsabilidad con las personas colaboradoras del despacho

En la dirección del equipo de las personas encargadas de la gestión del asunto, esto es personal de apoyo administrativo, becarios, recepcionistas, colaboradores, etc., será necesario aportar una explicación general sobre el tema, su importancia para el despacho y el perfil del cliente, a fin de aumentar su involucración y, por tanto, esforzarse al máximo, para conseguir la excelencia, en el desarrollo del trabajo a realizar.

• La gestión del cambio

La mentalidad de crecimiento exige la realización de cambios. Cualquier ejercicio profesional requiere la implementación de cambios y la abogacía no puede ser una excepción. La mente es rápida y automática, así que trabajar con la mentalidad requiere entrenamiento. ¿Qué patrones de pensamiento recurrentes aparecen en la preparación del asunto? ¿Desconfianza, dificultad, falta de motivación? Para lidiar con ello, será fundamental ser entrenadores permanentes y con constancia de nuestra mentalidad, además de enfocarnos en las oportunidades y el porqué de nuestra misión y cambiar el enfoque para que no se centre en el resultado del juicio, sino en disfrutar del aprendizaje y el reto de su preparación.

• El aprendizaje constante

La profesión de la abogacía requiere un aprendizaje técnico constante, pero también implica estar al día de nuevas tendencias en la profesión, abrirse a nuevos conceptos y nuevas ideas. Cada juicio es único e irrepetible, del que se puede obtener el máximo aprendizaje. Romper con la monotonía y afrontar cada juicio con la mente de principiante ayudará a reforzar el aprendizaje constante.

En consecuencia, los estudios muestran que el cerebro actúa como un músculo que cuando más se ejercita más fuerte se convierte. Retar a la mente con el aprendizaje de nuevas ideas, ayudará a las neuronas a mejorar sus conexiones, lo cual repercutirá de forma directa en nuestro rendimiento profesional y, en consecuencia, en poder obtener el máximo rendimiento en el ejercicio profesional de l@s abogad@s.

Berta Santos
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