17 abril 2019

¿Conoce el abogado/a las leyes de las emociones?

Berta SantosPor Berta Santos
sígueme

La vorágine comienza al entrar por la puerta del despacho. Hoy hay una reunión con un cliente importante en la que el despacho se juega mucho. Conforme avanzan las horas, la tensión entre las personas del despacho va en aumento y, como consecuencia de ello, va produciéndose un movimiento emocional. ¿Cómo hacer frente a las emociones en casos así? ¿Cómo puede el abogado/a lidiar con la resolución de un tema técnico, junto a las consecuencias emocionales que se derivan del ejercicio profesional?

Todo abogado/a conoce la regulación del ordenamiento jurídico. Pero, ¿y qué hay de las emociones?  ¿Se rigen las emociones por algún tipo de ley? El libro ‘Los Cuatro Acuerdos’ de Miguel Ruiz nos da algunas pistas sobre esta cuestión de cómo liberarse de algunas creencias y emociones y menciona cuatro acuerdos a seguir:

  • Haz siempre lo mejor

Si siempre haces lo mejor nunca te recriminarás ni te arrepentirás de nada. Como abogado/a buscas la excelencia y el mayor conocimiento técnico en el ejercicio profesional. ¿Y tu excelencia en lo personal? Hacer lo mejor a nivel emocional significa ocuparte de conseguir las herramientas necesarias para conocerte al mismo nivel que conoces tu especialidad jurídica.

  • No te tomes nada como personal

Nada de lo que aparentemente nos dicen o hacen los demás es personal. Aquel compañero o socio que viene estresado y malhumorado, la impaciencia del cliente, la actitud del juez o del abogado/a contrario, ninguno de ellos tiene nada personal hacia mí como abogado/a. Cada persona tiene su propia historia y su funcionamiento interno, ya se trate de un juez, un cliente o quien sea. La clave reside en poder diferenciar cuáles son sus emociones y carencias, sin que ello implique involucrarme en las suyas y poder desvincularme del otro/a. En cualquier relación cliente-abogado/a, socio/a-asociado/a entran en juego las emociones de cada persona. Por tanto, he de poder identificar dónde terminan mis propias emociones y comienzan las del otro/a.

  • Honra tus palabras

Tener integridad y ser consecuente con lo que piensas, dices y haces. La integridad te hace ser respetable ante los demás y ante ti mismo. Las palabras y los hechos crean la realidad. Es importante que seas consciente de lo que decretas, de cómo utilizas el lenguaje y, sobre todo, qué impacto tiene tu comunicación ante los demás y, lo que es más importante ante ti mismo. Tener una comunicación en la que predominan palabras negativas, no hará más que enrarecer el ambiente del despacho. Dejarse llevar por el desánimo, el pesimismo o incluso por el stress creará inevitablemente un efecto boomerang entre todos los miembros del despacho que, en nada beneficiará a crear un buen ambiente en el despacho.

  • No realices suposiciones

No des nada por supuesto. Si tienes una duda, aclárala. Si tienes un problema con alguna persona, comunícate con ella. Si no es posible, simplemente respeta su momento. Céntrate en ti y no supongas posibles causas del problema. Suponer te hará inventar historias sin ningún fundamento. Si para la presentación de cualquier escrito el abogado/a ha de servirse de unos fundamentos jurídicos, lo mismo se ha de realizar con las relaciones con las personas y las emociones. Si en el ejercicio del derecho no se puede dar nada por supuesto y sin carecer de ningún fundamento jurídico, lo mismo se aplicará en la gestión emocional.

Además de las leyes anteriores que se describen en el libro añadiría una fundamental:

  • Lo que más te molesta del otro no es más que un mero reflejo de alguna carencia en ti

Aunque tengas la sensación de tener un problema con tu socio/a, con tu colaborador/a, con tu cliente, nada de lo que ocurre se refiere a ellos, sino a ti. Se trata simplemente de aplicar la ley del espejo. La persona con la que te relaciones únicamente está siendo un “espejo” de tus propias carencias. Por tanto, te propongo un simple ejercicio. Haz un listado de defectos que más detestas de las personas con las que actualmente tienes un conflicto en el despacho. Ahora te invito a una sincera reflexión. ¿Cuáles de esos defectos están en ti? Tómate el tiempo para reflexionar a esta pregunta y serás capaz de localizar muchas claves de los conflictos existentes con algunas personas, dentro de tu ejercicio profesional.

Conocer y profundizar en cada una de estas leyes puede ayudarte a no desgastarte en conflictos emocionales que, en algunos casos pueden ser más difíciles de resolver que un complejo asunto jurídico. Está en tus manos seguirlas o no dado que, a diferencia del sistema legal en el que la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento, desconocer y no aplicar estas leyes puede permitirte seguir lidiando con tu día a día en el despacho. La única diferencia estará en si eliges la opción de optar por desgastarte por una mala gestión emocional, o eliges facilitarte el día a día en el despacho, liberarte de los conflictos de los demás y comienzas a realizar una gestión efectiva de tus propias emociones y, lo más importante, apostar por tu propio bienestar y por ti mismo. Vivir otra realidad en el despacho es posible, únicamente depende de ti.

Berta Santos
TWITTER: @BertaSantosR
LINKEDIN: es.linkedin.com/in/bertasantosrouco
COMUNIDAD ONLINE ABOGACÍA: https://www.abogacia.es/comunidad/bertasantos/

Comparte: