04 febrero 2025

De abogad@ de despacho a abogad@ de empresa: cuatro claves para una transición exitosa

Berta SantosPor Berta Santos

En la abogacía, como en cualquier otra profesión, las transiciones de carrera son inevitables. Sin embargo, cuando se trata de un cambio de abogado/a de despacho a abogado/a de empresa, el proceso puede ser especialmente desafiante. La mentalidad y la forma de trabajo de l@s abogad@s están profundamente influenciadas por una formación académica rigurosa y una profesión altamente exigente, lo que puede generar cierta resistencia al cambio.

Según Carol Dweck, psicóloga de la Universidad de Stanford podemos clasificar a las personas por sus dos tipologías de mentalidad:

Mentalidad fija (fixed mindset): Creen que sus habilidades y talentos son innatos y no pueden cambiar, incluso con esfuerzo. Tienden a evitar los desafíos y los ven como amenazas.

-Mentalidad de crecimiento (growth mindset): Consideran que sus habilidades pueden desarrollarse con aprendizaje y práctica, viendo los desafíos como oportunidades para mejorar.

Varios estudios han demostrado que la formación y el entorno laboral de l@s abogad@s tienden a reforzar una mentalidad fija, dificultando la adaptación a nuevos entornos como el corporativo, por los siguientes factores:

  1. Educación jurídica tradicional: La formación legal enfatiza la precisión, la minimización de riesgos y la aplicación estricta de normas, lo que puede conllevar que los abogados vean los cambios como amenazas, en lugar de oportunidades.
  2. Estructura jerárquica de los despachos: Muchos bufetes funcionan con modelos rígidos donde los abogados junior siguen reglas establecidas por socios con experiencia, limitando la experimentación y la innovación.
  3. Enfoque en minimizar riesgos: L@s abogad@s son entrenad@s para identificar problemas y proteger a sus clientes de cualquier posible contingencia. Esto los hace más resistentes a probar cosas nuevas o aceptar incertidumbre.
  4. Cultura de perfeccionismo: En la profesión legal, los errores pueden tener consecuencias graves. Esto refuerza una mentalidad de “hacerlo bien desde el principio” en lugar de aprender a través de prueba y error.

Dicho esto, la buena noticia es que pasar de un despacho a una empresa es posible con la preparación y la mentalidad adecuadas. Si el objetivo es una mayor estabilidad laboral, una mejor calidad de vida o la oportunidad de involucrarse más en la estrategia del negocio, la clave está en desarrollar habilidades y conocimientos que faciliten la transición. ¿Cuáles son las 4 claves para lograr una transición exitosa?

-Desarrollar un Enfoque Empresarial

A diferencia del abogado de despacho, que asesora múltiples clientes con necesidades variadas, el abogado de empresa debe alinear su trabajo con los objetivos y estrategias de una sola organización. Para ello, será clave:

  • Comprender el funcionamiento del negocio
  • Familiarizarse sobre el modelo de negocio, sus indicadores clave de desempeño (KPI) de una empresa
  • Adquirir el pensamiento de socio estratégico y no tanto como asesor legal
  • Aportar soluciones que equilibren los riesgos legales con las necesidades comerciales de la empresa.

 

Ampliar conocimientos sobre derecho de empresa:

Un abogad@ de empresa debe manejar conceptos más allá del derecho tradicional, que pueden incluir las siguientes:

  • Contratación mercantil y negociación de acuerdos comerciales.
  • Compliance y regulación, aspectos esenciales en cualquier industria.
  • Propiedad intelectual y protección de datos, cruciales en sectores tecnológicos y con activos intangibles.
  • Derecho laboral y su impacto en la gestión interna de la empresa.

 

Trabajar en la transición de forma estratégica

Darse el tiempo para sobrellevar la transición de forma gradual y equilibrada.

  • Dedicar tiempo a frecuentar entornos empresariales a fin de familiarizarse y conocer nuevas oportunidades.
  • Involucrarse en algún proyecto de consultoría externa para empresas.
  • Formar parte de alguna asociación de abogados de empresa, a fin de compartir experiencias e inquietudes.

 

Reforzar las habilidades clave para un abogado de empresa

En una empresa no bastará con ser únicamente un abogad@ técnicamente excelente, sino desarrollar las siguientes habilidades:

  • Habilidades de comunicación clara y efectiva,
  • Habilidades de negociación,
  • Habilidades de resolución de problemas, a fin de poder buscar soluciones prácticas y no únicamente identificar riesgos, así como
  • Aprender a gestionar las crisis ante conflictos legales o regulatorios, además de poder posicionarte como una persona capaz de mantener la calma en situaciones difíciles.

Pasar de un despacho a una empresa no es solo un cambio de entorno, sino una transformación en la forma de pensar y trabajar. Requiere desarrollar un enfoque empresarial, adquirir nuevas habilidades y estar dispuesto a salir de la zona de confort. Con la preparación adecuada, esta transición puede abrir oportunidades profesionales, alinearlas con los objetivos y el estilo de vida. Las carreras profesionales están, hoy más que nunca, en continuo movimiento, y, para ellos hemos de poder ser flexibles y evolucionar en nuestra mentalidad como abogad@s

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