23 junio 2016

El abogado “hiperconectado” e “infotoxicado”

Jaime Sanz  Por Sara Molina
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“La Sociedad del Conocimiento impone una nueva competencia basada en disminuir el ruido, la información no fiable y conseguir lo relevante”.
Virginio Gallardo

Puede que estés leyendo este post porque alguien lo haya “retuiteado” o compartido, porque sigues los blogs de Abogacía o simplemente porque el título te sonaba interesante. Cualquiera que sea la razón, has decidido y sigues decidiendo invertir un poco de tiempo en leerme, así que para empezar quería agradecerte que dediques unos minutos, cosa nada fácil cuando la lista interminable de temas interesantes crece cada día más.

Mientras escribo esto están entrando varios “tweets” y mensajes de “Whatsapp” en el móvil, Spotify suena y me anuncia servicios. En determinadas ocasiones, si no gestionamos esta “hiperconectividad”, afectará a nuestra capacidad de atención y concentración (en este caso silencié el teléfono para concentrarme en lo que hacía).

Abogado hiperconectadoEn la “era de la sobrecarga de información”, si no nos organizamos, el exceso nos empujará a intentar absorber y asimilar todos los datos interesantes que nos rodean, y como cuanto más leemos parece que menos sabemos, en ocasiones, nos puede generar frustración.

Hoy en día, un niño en África con un teléfono inteligente tiene acceso a más y mejor información que el presidente de los Estados Unidos hace 20 años. Sin embargo, eso no hace que seamos más inteligentes, sólo que podamos estar más informados; la información que no se asimila no se convierte en conocimiento y pronto pasa al baúl de los recuerdos.

Vivimos continuamente en modo multitarea, queremos estar “hiperconectados”, y exigimos saber todo en tiempo real. Esta obsesión por la inmediatez traerá consigo la desaparición del presente ya que sin la actualidad, todo es pasado o futuro. Ya no nos es ajeno (como consecuencia de todo lo citado)  el término “infotoxicación” (“information overload”) que fue acuñado en 1970 por Alvin Toffler en su libro “Future Shock”.

Llevamos un tiempo diciendo que la vida en los despachos está cambiando. La tecnología crea nuevas oportunidades para los abogados y para la gestión del conocimiento jurídico, además de retos para la seguridad en el tratamiento de los datos (aunque no se desarrolle en este artículo, es la piedra angular para que puedan ser explotados).

Por ello quería daros algunas herramientas para dar respuesta a preguntas que nos plantea la sobreinformación:

¿Cómo podemos distinguir entre la información que nos aporta valor de la que malgasta nuestro tiempo?

El informe sobre el estado del universo digital, dado a conocer en el mes de abril de 2014 por EMC Corporation y elaborado por la International Data Corporation, decía que en 2020 tendremos tantos bits digitales como estrellas en el universo, ya que se estima que llegará a 44 zettabytes, o 44 billones de gigabytes.

De manera simplificada podemos decir que existen dos tipos de información:

  1. Interna: aquella que tenemos dentro de nuestro despacho en base al conocimiento de todos los que forman parte de la firma, los datos de contacto de los clientes o aquellos recibidos por medio de la hoja de encargo, encuestas de satisfacción, documentación de los mismos… Para esto son útiles los Software CRM que nos permiten manejar el “Big Data” de las relaciones con los clientes de nuestro despacho.

La clave está en articular y ordenar la información para construir el denominado “Business Intelligence”, aunando fuerzas y conocimientos para la generación de negocio. Se trata de algo más que un proyecto tecnológico (aunque sin duda el uso de la tecnología es vital), es una actitud ante la gestión del conocimiento, por ello debe ir más allá y hacer posible la participación de todos los miembros del despacho con información relevante para facilitar el desempeño de la firma y el fomento de una cultura con el cliente como centro de todo.

  1. Externa: aquella que lanza el mercado, la que leemos en Google, en RRSS, en los blogs, en los anuncios, en conferencias a las que asistimos…

A este respecto, es importante partir de los cuadrantes de Covey de los que os hablaba en “Lo urgente y lo importante en nuestro despacho”, para poder priorizar, manteniéndonos al día y correctamente informados.

Algunas de las herramientas que te pueden resultar útiles para clasificar y priorizar la información pueden ser:

  • Curadores de contenidos (Feedly, Google Plus, Law&Trends…), los Dataminig o rastreadores de información que permiten diferenciar la información que nos afecta entre toda la que existe.
  • Blockads o barras que suprimen ventanas emergentes o banners que tienen los navegadores.
  • Clasificación del correo electrónico y la bandeja de spam (te aconsejo que la revises periódicamente para evitar perder algún correo que haya podido “colarse´”).
  • Listas de Twitter como un filtroque nos permite ver los “tuits” de determinados usuarios, para no perdernos en nuestro “time line”.

Una vez filtrados los contenidos, y teniendo muy claro el objetivo y el “para qué” que quieres obtener de este conocimiento (sirve como fin investigar, aprender o simplemente desconectar o divertirse), es muy importante que acotes el tiempo, definiendo franjas horarias concretas que vayas utilizar, para no estar recibiendo impactos continuamente (silencia determinadas alertas, por ejemplo mientras realizas otras actividades y así estarás conectado con el presente).

Finalmente aplica lo que hayas recibido y define un plan de acción, ya que si no, como hemos dicho, el conocimiento no pasará de ser mera información y habrás perdido el tiempo.

¿Cómo podemos digerir la sobredosis? Y lo más importante: ¿Cómo recuperamos el presente?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido el estrés laboral como una “epidemia mundial”. Utilizar técnicas de Mindfullness es una manera de obligarte a pensar en el hoy y ahora y de desconectar alguna vez al día. Comprobarás que tu tiempo es más rentable, ya que el cerebro necesita descansar y dejar de recibir datos para poder abarcar otros nuevos.

En Eslovenia en 1996, P. Drucker, un experto en Management reconocido a nivel mundial, en el “International Executive Development Center” dijo: “Todos los libros de Management, incluidos los que yo mismo he escrito, se enfocan en gestionar a otras personas. Pero no puedes gestionar a otros a menos que no sepas gestionarte a ti mismo antes. El recurso vital más crucial que tienes como ejecutivo y como manager eres “tú mismo”.

Si has llegado aquí, muchas gracias, sólo espero poder haberte sido útil.

Sara Molina

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