18 marzo 2021

¿El cambio en la abogacía ha venido para quedarse?

Berta SantosPor Berta Santos
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El pasado 14 de marzo se cumplió un año desde que se decretó el estado de alarma y, con ello, el mundo se vio abocado a un cambio forzoso que, sin duda, tuvo también su impacto en el sector de la abogacía.

Un cambio con esas dimensiones y características puso de manifiesto las dificultades de los abogad@s en la gestión y la resistencia al cambio. En un estudio de Wolters Kluwer sobre el futuro de los abogados “The 2020 Wolters Kluwer Future Ready Lawyer” los departamentos legales reconocieron la existencia de diferentes barreras en la implementación de los cambios. En concreto, el 65% reconoció dificultades en la gestión del cambio y resistencia al cambio de los líderes.

Esas dificultades están relacionadas con las competencias vinculadas a la capacidad de adaptación y el manejo del cambio y la incertidumbre. Estas competencias serán importantes en el futuro, puesto que algunos estudios están demostrando la permanencia de los cambios, y, por tanto, nos encontramos ante una auténtica transformación del sector. La introducción de teletrabajo ha marcado una nueva forma de relacionarse con clientes y colaboradores, así como en lo que se refiere a la implementación de la tecnología. No obstante, ¿están los despachos de abogados y las compañías dispuestas a convertir esos cambios en cambios definitivos?

Según un estudio de Wolters Kluwer sobre el impacto de la crisis del covid en el sector jurídico realizado en el año 2020, los cambios han venido para quedarse. En este sentido, el uso de modalidades de trabajo flexible aumentará, así lo consideran el 52% de los despachos de abogados encuestados que afirman que trabajarán más desde casa. Además, el 62% de los profesionales jurídicos también asegura que, de ahora en adelante, colaborará más de forma remota con compañeros y terceros.

En lo que se refiere a los clientes, el 66% de las firmas encuestadas consideran que mejorarán su forma de comunicación virtual y digital con los clientes.

En lo que se refiere a la digitalización de la justicia, el 41% sostiene que espera un aumento de las vistas remotas y virtuales, así como nuevas formas de interactuar con los jueces.

En consecuencia, resulta necesario contar con las máximas herramientas para poder afrontar la transformación del sector, contando con una buena estrategia para lograr la máxima integración y adaptación al cambio en el despacho. Para ello, resulta necesario poder observar los siguientes aspectos:

  1. Realizar una buena autogestión del cambio a nivel individual. Para ello, podemos analizar cada uno de los cambios a los que nos hemos afrontado en la vida profesional y cuál ha sido nuestra manera de adaptarnos, así como las dificultades superadas, a fin de poder conocer nuestra propia tendencia en la gestión de los cambios.
  2. Analizar qué cambios deseamos implementar de forma permanente en el despacho o en nuestra práctica profesional. De esta forma, evitaremos dejarnos llevar por el cambio global y gestionaremos el cambio adaptándolo a la realidad del despacho y a sus necesidades.
  3. Involucrar a los colaboradores clave en las nuevas dinámicas a realizar, para que puedan servir de apoyo en la globalización del cambio en el despacho y así evitar la fragmentación en departamentos o la falta de alineación del despacho.
  4. Comunicar a clientes y colaboradores cómo van a ser esas nuevas dinámicas y cómo pueden verse ellos afectados. Una buena gestión del cambio implica realizar previsiones y ser capaces de contextualizar y regularizar las relaciones con las personas. De esta forma, se reforzará el “engagement” con el cliente, dotando de seguridad y confianza, a la relación cliente-abogado.

Por consiguiente, el cambio no implica dejarse llevar por el contexto o las circunstancias externas, sino que requiere comportamientos activos y estratégicos, para convertir el cambio en el mejor aliado, de una forma natural, sostenible y adaptado a la realidad del despacho. En definitiva, no dejar que los cambios condicionen nuestro ejercicio profesional sino aprender a lidiar con la incertidumbre que generan, convirtiéndonos en expertos en su gestión.

Berta Santos
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