Blog de Comunicación y Marketing Jurídicos
17 marzo 2017
El comportamiento del abogado en redes sociales
Las redes sociales se han convertido en un elemento imprescindible en la sociedad del conocimiento y ofrecen importantes ventajas para los abogados ya que posibilitan la interacción y el diálogo con otros usuarios, el acceso a potenciales clientes y es una manera de potenciar una marca personal que nos permita diferenciarnos de los demás. En definitiva, son una vía más de comunicación para aprender y mantenerse al día.
El abogado debe reflejar en redes sociales los mismos valores que guían su ejercicio profesional, haciendo un uso responsable de ellas con prudencia y sentido común. LinkedIn, Twitter, Facebook (aunque ésta tiene un enfoque más personal), al igual que blogs temáticos y publicaciones en medios de referencia ofrecen múltiples posibilidades. En general permiten conseguir un buen posicionamiento y una red actualizada de contactos. Tenemos que saber aprovechar sus ventajas sin olvidar que ello tiene que venir precedido de una formación sólida y que lo verdaderamente importante es el trabajo, la dedicación y la atención a nuestros clientes ofreciéndoles un servicio de calidad.
La International Bar Association (IBA) ha redactado una declaración de principios internacionales para promover y fomentar el uso responsable de las redes sociales por los abogados que gira en torno a 6 principios:
- Independencia e imparcialidad.
- Integridad: los comentarios o contenidos que denoten poca profesionalidad pueden afectar a nuestra reputación profesional.
- Responsabilidad: los abogados debemos valorar con carácter previo si el medio en el que se van a publicar los contenidos es el más adecuado, teniendo en cuenta el uso habitual que se da a ese medio y el perfil de la audiencia que tiene.
- Confidencialidad: es importante no revelar en redes sociales datos que pueden afectar al secreto profesional.
- Mantener la confianza pública preservando la reputación digital.
- Políticas de uso de redes sociales, de manera que queden fijadas directrices coherentes sobre el uso de las mismas.
En definitiva, se trata de promover y fomentar entre los abogados un uso de las redes sociales acorde con la deontología y la responsabilidad exigibles en el ejercicio profesional.
¿Cuál debe ser la conducta de un abogado en redes sociales?
Es interesante elaborar un código de buenas prácticas con pautas que nos indiquen cuál debe ser nuestra actuación en los medios sociales desde un punto de vista profesional.
Básicamente podemos destacar los siguientes puntos:
- Respetar el secreto profesional y la confidencialidad con el cliente.
- Tener un comportamiento correcto y educado.
- Generar contenido original y de calidad, aportando factores que resulten interesantes y que permitan diferenciarnos. Cada vez hay más clientes que buscan abogado por Internet, por tanto un buen posicionamiento nos da visibilidad. Si pones tu nombre en un buscador, los primeros resultados que aparecen serán los de los perfiles en las distintas redes sociales. Si dispones de un perfil profesional en una red social y si además tienes página personal o web, con tu nombre y con los contenidos que quieres que se relacionen contigo, tendrás en los primeros resultados del buscador aquello que quieres que se encuentre de ti. Y a medida que vamos generando contenido en la red, los resultados de las búsquedas siempre dirigirán a esos contenidos.
- Cuidar la redacción.
- Interactuar: conversar y escuchar, compartiendo información.
- Prudencia y discreción.
- Perder el miedo a equivocarse.
- No obsesionarse: estas herramientas han de tomarse como algo que nos puede dar valor, pero en ningún caso podemos dejar de lado nuestras obligaciones é invertir más horas de las debidas en ello.
- Ser uno mismo: somos lo que proyectamos y, por tanto, es necesario proyectar una imagen coherente con la actividad profesional que realizamos.
- Tener sentido común y reflexionar antes de actuar.
Es necesario tener una estrategia acorde con los valores del despacho. Como principales PUNTOS ESTRATÉGICOS podemos señalar los siguientes:
- Conocimiento de nuestra posición en el mundo virtual de internet y de las herramientas en las que podemos participar. Saber qué se dice en la red sobre nosotros es uno de los ejercicios que se debe realizar diariamente a través de herramientas de monitorización.
- Formación interna y elaboración de políticas respecto a las redes sociales.
- Puesta en marcha, generación de contenidos, mantenimiento de reputación on line y continuidad de análisis. Una vez elaborada la estrategia y determinados los lugares en los que hemos de tener presencia, comienza el turno de alta en la distintas redes seleccionadas y la generación de contenidos en ellas como la puesta en marcha de un blog corporativo, la revisión de nuestra página web corporativa que incluya estas menciones, links a los perfiles dados de alta. Y todo esto debe de ir acompañado de una labor de análisis y monitorización que ha de realizarse como una tarea recurrente más en los departamentos de comunicación. Es importante conocer a través de qué palabras llegan visitantes a nuestra web, qué menciones hacen los usuarios de nuestra firma y qué puntos flacos tenemos para poder mejorarlos. En la web deben destacarse aquellos aspectos que mejor nos puedan posicionar para el mercado al que queramos llegar.
- Continuidad en el tiempo de todo lo anterior. No basta con abrir una cuenta en Twitter, generar un blog y no actualizarlo. Internet es un canal en constante desarrollo, lo que hoy vale, mañana no sirve y hay que hacer un trabajo de actualización continua, de aprendizaje recurrente y de elaboración constante.
En definitiva, son muchas las ventajas que nos ofrecen las redes sociales pero lo importante es tener algo que comunicar, sin vender humo, generar confianza y credibilidad, actuando reflexivamente y con sentido común.
ROSANA PÉREZ GURREA
Twitter: @RosanaPGurrea
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