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02 septiembre 2016
El misterio Von Bülow: una reflexión sobre el derecho de defensa
REVERSAL OF FORTUNE (El Misterio Von Bülow, 1990) ofrece diversas lecturas y todas ellas apasionantes. La primera, como la de cualquier caso criminal abierto a las dudas o nada claro en su resolución, la del interés suspensivo, la de la intriga por poder conocer qué realmente pasó respecto del estado de coma irreversible de Sunny Von Bülow. ¿La asesinó Claus Von Bülow, su inteligente y cerebral pero no menos pasional marido que llevaba una vida amorosa paralela a su matrimonio y que no soportaba que su rica mujer le cortara las alas en su carrera de financiero internacional? ¿Se trató quizás de un caso de deliberada negligencia del esposo sabedor de la dependencia de psicotrópicos de su mujer, de su diabetes, concluyendo en un desmayo conscientemente desatendido por Claus mientras su inconsciente mujer poco a poco caía en una irreversible hipotermia? ¿O más bien ella se dejó morir herida por el desafecto de su marido y su pobre condición física? Todos esos interrogantes conducen la película por el camino de la novela policíaca o el thriller hitchcockiano de motivaciones psicológicas. Un suspense que además de narrativo es emocional y moral.
La segunda propuesta de El Misterio Von Bülow tiene que ver con uno de los ejes maestros de cualquier sistema constitucional que se precie de ello como es el derecho de defensa. En uno de los momentos claves de la película uno de los discípulos de Alan Dershowitz, un personaje real brillantemente encarnado por Ron Silver, le reprocha que haya aceptado, él que encabeza causas sociales judiciales como defender a inocentes chicos negros que esperan la ejecución en el corredor de la muerte, defender al rico, prepotente y culpable Claus Von Bülow. Dershowitz replica sobre la base de que todo el mundo tiene derecho a un defensor letrado y ante la contrarréplica de ‘¿por qué nosotros?, hay muchos abogados’, su profesor le responde que lo hace porque siempre ha aceptado sólo casos que tuvieran implicaciones constitucionales esenciales y en este caso lo que le indigna es que Von Bülow haya sido condenado en atención a la labor de acusación privada de gente rica; si ello se generaliza el sistema padecerá en términos de igualdad, será el dinero y no la igualdad en la justicia la que domine le proceso penal. En todo caso en el fondo de la argumentación de Dershowitz late la idea democrática de la igualdad más contradicción y pruebas obtenidas legítimamente a la hora de un caso criminal. En este sentido la película ofrece un cumplido catálogo de cómo se prepara un caso, en esta ocasión una apelación, porque un jurado popular había condenado a Claus como culpable de la muerte cerebral de su mujer. Una labor de equipo multidisciplinar, acción y jurisprudencia, debate interno sin fronteras y estrategia procesal.
Barbet Schroeder, el director –durante muchos años el productor de buena parte de la nouvelle vague y cineasta con buenas bazas en películas similares (‘Mujer blanca, soltera, busca’), y el guionista, Nicholas Kazan, adaptando el libro de Dershowitz, ejecutan un plan tan deliberado y arriesgado como inteligente. Vamos a conocer los entresijos del caso en doble visión. Al estilo del Wilder de ‘Sunset Boulevar’ (El crepúsculo de los dioses) va a ser la inconsciente Sunny la que nos diga lo que piensa del caso y bajo su voz en off nos vamos a deslizar a su dormitorio a las discusiones con Claus, a su primer coma casi mortal, a las facciones de su familia, los hijos de su primer matrimonio, su fiel criada, motores de la acusación que motivará el veredicto de culpabilidad del jurado, y a la vez oiremos la confesión de Claus y el combativo punto de vista insobornalmente moral de Dershowitz. Decidiremos nosotros y eso dota a la película de un dilema final extraordinario.
Schroeder contrapone el peligroso mausoleo de la elegante mansión Von Bülow con la desorganizada casa posthippie del abogado y el resultado de una puesta en escena impecablemente clásica es la del desasosiego, la indignación, la reprobación o la comprensión, a todo lo cual ayudan unas interpretaciones soberbias, la inteligente y fría mirada de Jeremy Irons –que ganó el Oscar por esta actuación- como Claus, la frágil pero tortuosa y dominante naturaleza de Glenn Close-Sunny y la volcánica y apasionada vida de Dershowitz .
REVERSAL OF FORTUNE (El Misterio Von Bülow, 1990). Producida por Edward R. Pressman y Oliver Stone. Dirigida por Barbet Schroeder. Guión de Nicholas Kazan, adaptado de Reversal of Fortune: Inside the Von Bülow Case. Fotografía Luciano Tovoli. Música Mark Isham. Montaje Lee Percy. Interpretada por Jeremy Irons, Glenn Close, Ron Silver, Uta Hagen, Annabella Sciorra. Duración 111 minutos