Blog de Comunicación y Marketing Jurídicos
13 mayo 2021
¿Has pensado cómo sería si no fuese como es ahora? #FORLAWYERS
Por Cristina Ruiz
¿Estás dispuesto a asumir retos apasionantes? Si la respuesta es un “sí”, vamos a acompañarnos. Si la respuesta es un “tal vez”, no dejes de acompañarnos. Si la respuesta es un “no”, te invito a acompañarnos. Acompañarse siempre es esencial para que tú mismo puedas entender los “por qués” y los “porques” a nuestros “sies”, nuestros “talveces”, y nuestros “noes”, y si la predisposición a asumir o no asumir retos y cambios proviene de una exigencia externa, o responde a una necesidad interior. Y también, si la resistencia al cambio proviene de una manifestación consciente o inconsciente.
Cada uno de nosotros tenemos un umbral de resistencia al cambio completamente diferente, y este, está directamente relacionado con cuestiones culturales y de vivencias personales, hasta el punto de que somos capaces de resistirnos, incluso a la más insignificante adaptación. Con toda seguridad, dime si no es así, detrás, lo que subyace, es incertidumbre, el no saber cómo será en el trayecto o cómo será después. Pero fíjate, has pensado cómo sería si no fuese como es ahora.
Estoy segura, de que tras estos dos párrafos ya no se presentan suficientes, ni para uno mismo, las respuestas de un sí, un tal vez, o un no. Para ayudarnos mutuamente, en este trayecto en compañía, te propongo este primer impacto.
iMPACTo · No · Algo · Y si…
1 ♦ Piensa en una situación profesional que estés viviendo procedente de un cambio sobrevenido, o una situación que conozcas y que pienses que te puede sobrevenir o afectar de alguna manera. Plantéate los tres escenarios:
A · No hago nada. Dejas pasar las circunstancias, haciéndote “el loco, o la loca”. ¿Cuál crees que sería la situación en la que te verías envuelto hoy mismo, y mañana, y en un año?
B · Hago algo. Aunque no tengas muy claro qué hacer, o cómo actuar. ¿Cuál crees que será la situación que se te presentará mañana, y cuál la que se te presentaría en un año?
C · Y si … Intervengo en dicha situación, bien adaptándote, bien creando oportunidades, con actitud convencidamente proactiva. ¿Qué acción podrías tomar, ahora mismo, que esté en tus manos, pero con un plus, que esa acción esté alineada con ese excelente profesional de la abogacía que quieres ser? ¿Cómo te sientes ahora mismo? ¿Cómo te sentirás mañana? ¿Cuál crees que sería el impacto positivo que estarías generando en tu carrera profesional en un año?
2 ♦ Para hacerlo más difícil puedes tratar de pensar en una situación que se presenta como consecuencia de cambio provocado por ti por exigencias externas, pero que tienes muy claro que no lo quieres. Entrena con los tres escenarios anteriores: no hago, hago algo, intervengo.
Mucho que pensar, ¿verdad? No es nada fácil. Dedícale tiempo, no te quedes en la simple lectura de ahora mismo. Y te voy a dar un broche de oro para que uses en ese momento en el que te pongas ello, y con el objetivo de que esta práctica resulte completamente efectiva al enfrentarnos a ese cambio sobrevenido, y también para el buscado, y obtener el máximo beneficio de mi actitud hacia el cambio y de los resultados de la puesta en acción asociada a dicha actitud. El broche: alinea a este reto, tus valores y tu foco, y establece prioridades con aquello que es realmente relevante para ti.
Se trata en definitiva de desbloquear y tomar decisiones, enfocarnos en el beneficio del cambio, y en que éste nos puede reportar nuevas oportunidades impensadas. No dejes de utilizar práctica de escenarios ante las distintas situaciones que se te puedan presentar, o ante las que tú mismo te quieras plantear, es un gran entrenamiento para hacer apasionante cualquier reto.
Tras tantas explicaciones te dirijo una cuestión más para seguir profundizando ¿Qué crees que está totalmente en tus manos, cambiar una situación, o cambiar la percepción sobre la misma y obtener su máximo rendimiento?
Cuando queremos cambiar nuestra propia percepción sobre una situación, por lo general, nos encontramos con una serie de impedimentos personales. Piensa un poco, te voy a adivinar el pensamiento: “No tengo ni idea de por dónde empezar”, “No creo que pueda hacerlo, no, no puedo hacerlo”, o “Yo soy así, no necesito cambiar”. ¿He acertado? Cada una de esas tres resistencias conforman la conocida “Pirámide de la resistencia al cambio”, y para ser vencidas necesitan un tipo de acción diferente.
♦No conozco lo que hay que cambiar, o no sé cómo hacerlo. A estas alturas aún no somos conscientes de que determinados cambios son consustanciales con la propia evolución personal o profesional. En otras ocasiones, en la mayoría de ellas, lo que sucede es que no somos conscientes de la necesidad de cambio. Para superar este “no saber” lo más adecuado es hacernos ver a nosotros mismo el impacto profesional que nos supondría el cambio, pero también el desenlace no deseado que se daría para el caso de que no hiciésemos. A partir esto, comenzamos a plantearnos acción.
♦No creo que pueda hacerlo, no me siento ni capaz, ni capacitado para ello. Ante ello, adoptamos una actitud pasiva. Para superar este “no poder”, lo mejor es adquirir confianza. Para ello, podemos pensar en retos que hemos tenido que ir superando a lo largo de nuestra vida profesional y personal, momentos en los que creíamos que no podríamos y pudimos. De esta manera remarcamos nuestras fortalezas. A partir de esto comenzamos a dar pequeños pasos hacia el objetivo, y vamos celebrando sonoramente esos peldañitos que vayamos consiguiendo.
♦No quiero cambiar, así estoy bien. Es evidente que se trata de una excusa como cualquier otra. Cambio es avanzar, progresar o mejorar, ¿quién no quiere ser mejor persona? ¿Quién no quiere ser mejor profesional? La clave está “sencillamente” en comprometernos totalmente con el objetivo que nos propongamos, o nos venga propuesto. Para superar el “no querer”, tenemos que pensar y visualizar los beneficios que obtendríamos con el cambio mental del “no quiero” al “sí quiero”, siendo conscientes del esfuerzo que nos pueda suponer, y a pesar ello el “si querer”, compensará sobradamente.
¿Cuáles son tus excusas? ¿Cambiamos de percepción?
En estos minutos de lectura hemos estado charlando un poco, pero si quieres pensar, no solo que el mundo del derecho está impregnado de posibilidades, sino que quieres hacer tuyo ese mundo, en tal caso, nos podemos acompañar también a lo largo de las páginas del libro “Ser abogado en el SXXI” del que soy autora.
“Ser abogado en el SXXI. Con el foco en lo importante que importa” está concebido con el propósito de concienciarnos y entrenarnos, a los profesionales y a los futuros profesionales del derecho, a y para adquirir esos atributos que en un abogado necesitan los clientes y esas habilidades competenciales diferenciales que exige el mercado legal actual.
Para cada uno de nosotros la abogacía tiene un significado diferente que nos conduce a esa actitud de sobresalir de nosotros mismos y de resonar como excelentes profesionales con el foco puesto en la experiencia de cliente, buscando nuestro margen de mejora en el componente humano de la mano de la inteligencia emocional. Y de establecer conexión en una comunicación efectiva dimensionada. Y de explorar caminos inexplorados a través de la creatividad y la innovación disruptiva para diseñar escenarios de futuro. Y de atender la plus-efectividad y configurar nuestro propio estilo de vida profesional. Múltiples iMPACTos en forma de ejercicios, dinámicas y practicas se acompañan a lo largo del manual para entrenar y encontrar un aprendizaje Exponencial.
Nos vemos y charlamos. Tú decides si te pones límites o si creas tu mapa para ir más allá.
Cristina M. Ruiz Pérez
Abogada · Socia directora U&C Abogados
Consultora en “Creatividad Innovadora. #forlawyers”