Blog de Comunicación y Marketing Jurídicos
01 diciembre 2015
La tarjeta de visita de un abogado
Por Jaime Sanz
Para entender este artículo es esencial que te leas mi anterior post “Cómo llamar a mi despacho”, pues si hay algo que caracteriza el marketing es la coherencia, y para pasar al paso dos hay que revisar el paso uno.
Mira en tu cartera, en tu bolso, en tu traje o abrigo. ¿Llevas una tarjeta de visita? Compruébalo, te ayudará a conocer mas qué tipo de abogado eres.
Si resulta que no tienes tarjetas de visita en ningún de los sitios descritos antes, deberías de rellenar todos tus abrigos, bolsos o cartera de tarjetas de visita. Ahora veras por qué.
La tarjeta de visita será uno de los elementos más importantes para el marketing del despacho. Entregar una tarjeta a una persona está vinculado con haber ganado un posible cliente. Siempre tenemos que llevar tarjetas del despacho con nosotros, ya que éstas sirven para comunicar a los demás que trabajamos en una determinada profesión.
Diseño de las tarjetas
Debe ser coherente con la imagen corporativa de nuestro despacho y del tipo de clientes que queramos tener. Es decir, si somos abogados matrimonialistas igual nos podemos presentar a través con este diseño americano, que se parte en dos cuando la entregas.
El color de las tarjetas
Para ver si nuestra tarjeta llama la atención, debemos hacer una prueba: poner 30 tarjetas de otros abogados encima de la mesa y pedir a alguien cercano a vosotros que os diga cuál es la que más le llama la atención. Os adelanto que elegirá aquella que sea más llamativa o que resalte más que las demás, y por ende ésta será la tarjeta que tenga algo de color.
Ahora mira todas las tarjetas. ¿De qué color son? La mayoría son blancas, con algún toque de color, pero ninguna son de color con algún toque blanco. Parece que a los despachos de abogados les da miedo usar el color. Y el color es una herramienta más del despacho. Quien ha ido a mis conferencias, sabe que me encanta este ejemplo y en mi libro de marketing jurídico, Soy abogado. Estoy solo. ¿Y ahora qué?, lo cuento.
La tarjeta es una herramienta de venta, nos tiene que ayudar a vender. Por eso os recomiendo que la tarjeta tenga los colores corporativos que hayamos elegido para el despacho y que sea coherente con el tipo de despacho que queremos ser.
El grosor de las tarjetas
El gramaje de la tarjeta, el grosor de la misma, ha de ser suficiente para que no se doble y dé una sensación de calidad. Aunque de nuevo os digo lo de siempre, que sea acorde con lo que queréis transmitir. No hace falta que os diga que se nota rápidamente cuándo una tarjeta es barata y cuándo es un poco más cara. Unas 500 tarjetas a doble cara cuestan 80€, por lo que el precio no es una barrera.
El tamaño
Las tarjetas han de ser de un tamaño estándar, que entren en una cartera de las que todos llevamos, por lo tanto tiene un límite de ancho, pero de larga puede ser como queramos. Ojo, si la hacemos muy pequeñita desaparecerá. Y ojo con hacerla mas grande y que no entre, pues se doblará (y la imagen hay que guardarla siempre).
A doble cara o una cara
A mi entender, las tarjetas son el elemento de marketing más sencillo, y por eso las tenemos que cuidar como oro en paño. Deben cumplir su misión de comunicar, y de ahí que sea importante usar las dos caras para poder transmitir nuestro mensaje y nuestras ventajas competitivas, es decir aquello que nos diferencia del resto de los abogados.
Contenido
En ella podemos poner muchos o pocos datos, pero algunos que no pueden faltar son:
- Nombre del despacho
- Nombre del abogado
- Dirección
- Teléfono
- Dirección web
Y luego hay una serie de datos que son optativos, pero que yo recomiendo incluir:
- Si el despacho es internacional deberá figurar
- El +34
- La dirección de Skype
- La palabra España en inglés
- La palabra abogado en inglés
- El teléfono móvil (según el tipo de cliente que tengamos).
- Las especialidades del despacho
- Otras ciudades donde se esté presente
- El número de fax
Dónde debemos llevar las tarjetas
La labor de repartir las tarjetas es la más barata y fácil. Es tan sencillo como llevarlas siempre que se presente la ocasión. A veces se nos olvidan y cuando se presenta la ocasión de darlas pasamos un mal momento. Por ello, aun siendo obvio, debemos tener tarjetas siempre en la cartera, en los trajes, en el coche, etc., para no vernos obligados a decir esa fatídica frase “lo siento, se me han olvidado las tarjetas”, y perder un cliente.
Si puedes, hay que dar tu tarjeta de visita siempre, y pedir siempre una tarjeta al otro, para tú llamarle o no, y no esperar a que el cliente lo haga.
Conclusiones
La tarjeta de visita es esencial, porque dice mucho de ti, pero debe ser coherente con tu imagen corporativa, debes llevarla siempre encima, no debe tener errores ortográficos, y hay que actualizarla según vayas desarrollando tu estrategia como abogado, pero sobre todo debes entregarla, cuanta más gente sepa que eres abogado mejor.
ANEXOS
Aquí os adjunto mis tarjetas de visita para que veáis la evolución desde el año 2008 hasta diciembre 2015, en la que pongo que estoy haciendo el doctorado, pues entiendo que es un valor añadido, que supone una ventaja competitiva y elemento diferencial respecto al resto de abogados.
Tarjeta 2008
Tarjeta 2011
Tarjetas 2015
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