Blog de Comunicación y Marketing Jurídicos
05 octubre 2017
Las cinco habilidades de comunicación que el abogado necesita
Por Berta Santos
La comunicación es uno de los aspectos esenciales para un abogado. Los principales conflictos que surgen en el despacho y generan mayor estrés se relacionan con la falta de claridad en la comunicación, ya sea con el cliente, un compañero de despacho o algún abogado contrario. ¿Conoces las claves para una comunicación eficaz?
Comunicarse con efectividad no significa únicamente conocer un amplio vocabulario jurídico y dominar la oratoria. Comunicar es entender a tu interlocutor, entregarle un mensaje claro, preciso, objetivo, oportuno de su interés, con la finalidad de conseguir un objetivo determinado.
Todas estas características se complementan con una serie de aspectos que son determinantes para lograr una comunicación efectiva:
1) Conocer el lenguaje no verbal además del lenguaje verbal
El lenguaje no verbal tiene una importancia fundamental en la comunicación con el otro ya que representa el 55% de la comunicación sumado al 38% con la voz. Si no sabes interpretar el lenguaje verbal o simplemente estás centrado en la comunicación verbal, que únicamente representa un 7% del total de la comunicación, puedes llegar a perderte mucha información sobre tu interlocutor.
En el caso de un cliente es importante que puedas realizar las preguntas necesarias para poder comprender el fondo del asunto. Presta atención no sólo a lo que dice el cliente sino a cómo lo dice, observa el tono, la voz, su lenguaje corporal y sobre todo las emociones que están en juego en el asunto.
2) Escuchar verdaderamente al otro
Éste segundo aspecto, a pesar de ser una obviedad, resulta verdaderamente difícil de llevar a la práctica. Escuchar al otro es lograr detener nuestra “charla” interna y centrarnos en conseguir la máxima información necesaria para el caso por parte del cliente. Para ello, es importante propiciar un ambiente de confianza y cercanía en el que el cliente pueda llegar a sentirse cómodo para manifestar todo aquello que le preocupa.
La escucha activa no debe confundirse con recibir información innecesaria y estar aguantando una batería de hechos y detalles que no van a aportarte mucho para el caso. Por ello, es importante ser capaz de interrumpir al cliente cuando se dispersa. En la escucha hay dirección, estrategia y objetivos, por consiguiente, como abogados has de tomar el mando de la conversación. No te limites a aguantar una conversación espesa y que carece de claridad.
Escuchar implica observar el todo y ser capaces de conectar con el cliente y sus emociones sin dejarse llevar por ellas o perder el control de la conversación. Recuerda que la comunicación siempre tiene un objetivo.
3) Construir relaciones con facilidad
En los últimos tiempos la figura del abogado enfrascado en los temas del despacho ha de complementarse con mantener la relación con clientes, con compañeros de profesión, además de con potenciales clientes para poder ganarte su confianza.
Para ello no es necesario convertirte en quien no eres. Muestra tu honestidad, tu conocimiento y tu ayuda. Dale razones para confiar en ti. En la confianza radica el éxito de una buena relación. Por tanto, sé honesto con los demás, no des falsas expectativas ya sea con tus clientes o con tus compañeros, porque de nada sirve construir una imagen que es falsa. La manera en que construyas tus relaciones está vinculada a cómo construyes tu negocio y, por tanto, tu prestigio profesional.
4) Conocer cuál es tu rol y qué es lo que se espera de ti
Situar y conocer tu rol es uno de los aspectos principales en tu ejercicio como abogado. Es importante saber cuál es tu posición en el despacho para el que colaboras. ¿Sabes lo que se espera de ti? Si no lo tienes claro corrobóralo con tu socio o superior. Establecer una buena comunicación con él será fundamental para la construcción de tu carrera profesional.
En la relación con el cliente determina tu posición como abogado. Actualmente el rol del abogado tradicional está siendo sustituido por un abogado que acompaña al cliente no sólo en los aspectos legales sino también en los aspectos emocionales. Por ello se habla de un abogado empático capaz de comprender y acompañar a su cliente en la difícil situación que atraviesa. Las emociones del abogado no están reñidas con su profesionalidad y con el éxito del asunto, sino con un déficit de inteligencia emocional que el abogado ha de poder desarrollar y superar.
5) Estar presente y atento
La atención y la presencia son fundamentales para una comunicación eficiente y efectiva. Presta atención a las conversaciones que mantengas, pon el foco en la persona y evita distracciones y pensamientos que puedan alejarte del foco de la conversación.
Las suposiciones y las conjeturas son invenciones de la mente y te alejan de la presencia y de la atención a la conversación. Antes de asumir, pregunta y corrobora que has entendido el mensaje de la conversación.
En los encuentros con el cliente es importante cuidar el lugar donde se va a celebrar la reunión. No atiendas llamadas ni salgas de la sala a menos que sea estrictamente necesario. Busca un lugar en el que la privacidad esté garantizada, en el que el cliente pueda tratar de forma confidencial el asunto que le preocupa.
Tener en consideración todos estos aspectos te ayudará a mejorar tu impacto con los demás, además de convertirte en un profesional digno de confianza y prestigio. Busca la excelencia en tu profesión, no olvides que detrás de cada caso hay una problemática que afecta a un ser humano, que te ha elegido para acompañarle en su momento más difícil y recuerda diariamente tu misión como abogado.
Berta Santos
TWITTER: @BertaSantosR
LINKEDIN: es.linkedin.com/in/bertasantosrouco
COMUNIDAD ONLINE ABOGACÍA: https://www.abogacia.es/comunidad/bertasantos/