Blog de Comunicación y Marketing Jurídicos
07 julio 2016
“Los abogados sois todos unos ‘estiraos’”. Creatividad, señores letrados
Por Cristina Ruiz
Sí, “los abogados sois todos unos ‘estiraos’” ¿Cuántas veces hemos escuchado esto? Y además te dicen: “Sin acritud, ¿eh?”.
A mí, a veces, me entran unas desmedidas ganas de morderle la yugular al susodicho. Pero, como controlo mis emociones más primitivas, mi respuesta a tamaña ingenuidad es: “ni sí ni no, sino todo lo contrario”, y me sonrío… Jajaja…
También he escuchado, y no carente de sorna, en entornos de ‘supuestas’ mentes creativas: “Esto no va con vosotros los abogados…”
Pobres ignorantes… (pienso) Sin acritud, ¿eh? (continúo pensando), y me sonrío yo sola… jajaja…
Lo cierto es que como ‘no hay mal que por bien no venga’, esto me ha servido de disparador para escribir este artículo.
¿Somos los abogados creativos? ¿Para qué necesitamos los abogados la creatividad?
Pregunta obligada:
¿Crees que eres creativo? Házsela a tu amigo, a tu compañero, a tu cliente, haz una encuesta por la calle…
Si además esta pregunta te la formulas a ti mismo –abogado-, o la circulas por el juzgado, por ejemplo, el porcentaje de ‘NO’ es abrumador. Sin embargo, no nos engañemos, esta respuesta está condicionada por estereotipos y, por otro lado, porque nosotros mismos, como profesionales de la abogacía, no somos conscientes de la ‘cantidad ingente’ de creatividad que derrochamos en nuestra actuación profesional diaria. Dicho así parece tener tintes de falacia, cuando menos parece manifestar una actitud pretenciosa.
Lo cierto es que utilizamos nuestra creatividad de manera inconsciente y que necesitamos dicha creatividad, porque en esencia los abogados buscamos preguntas para dar respuestas.
Pero a la pregunta inicial habría que añadir otra que también debiera ser obligada:
¿Qué entiendes tú por creatividad? Pues bien, antes de que te vuelvas loco voy a contarte algunas cosas:
La capacidad creativa surge de establecer conexiones, asociaciones entre experiencias o ideas antes no relacionadas
Pero es que resulta que todos somos creativos por naturaleza. Jajaja… Sí, sí… tan sólo tenemos que desarrollar esa creatividad y exprimir todo lo que nos puede aportar. Debemos ser conscientes de ello, siendo fundamental mantener una actitud de predisposición.
Bien, compañero, si estás predispuesto, vamos a buscar preguntas y respuestas para nuestros clientes, para nuestro negocio y para nosotros mismos.
Cómo desarrollar nuestra creatividad
Desarrollar la creatividad significa abrir la mente para ir más allá. ¿Hasta dónde? ‘Hasta el infinito y más allá’ como decía Buzz Lightyear.
Para que comprendas mucho mejor lo que trato de explicar, te voy a contar una anécdota, en principio personal, que suele contar Néstor Guerra en sus charlas: “¿Dónde está el límite de las cosas? ¿El límite de las ideas? Un profesor suyo le requirió para que pusiera un post-it lo más alto que pudiera. Néstor levantó el brazo y lo pegó en la pared. El profe insistió, lo más alto que puedas te he dicho. Néstor se subió a una mesa y plantó el post-it en el techo. El profe continuó: más alto. Néstor, súper satisfecho, de la genialidad que se le estaba ocurriendo, subió a la azotea del edificio y plantó el post-it en la punta de la antena. Cuando bajó le pregunto su profesor ¿Por qué esto no lo hiciste la primera vez?…. Néstor cuenta que a continuación pensó, la próxima vez me subo a un avión y lo pongo en su techo”.
No hay límite para generar ideas, para buscar preguntas. No nos pongamos límites nosotros mismos, trabajemos para que nuestra primera idea sea llenar el cielo de post-its y a partir de ahí…
Espero que este artículo vaya siendo lo suficientemente ilustrativo. Una puntadita más en relación a la definición de creatividad: ‘…establecer conexiones… antes no relacionadas’. ¿Qué significa esto y cómo se hace?
Pues bien, esta cuestión hace referencia a nuestro modo de pensar. Disponemos de un pensamiento lógico –convergente-, guiado por nuestra mente lógica, y un pensamiento lateral –divergente-, guiado por nuestra mente creativa. Ambos son necesarios y de ambos debemos obtener el mayor provecho.
Vamos a comprenderlo mejor con una propuesta práctica.
EJERCICIO
Puesto que no es posible aprender una habilidad si no se practica, vamos a realizar un pequeño ejercicio, ya clásico, de entre los propuestos por Edward de Bono, padre de la conceptualización del pensamiento lateral.
Las palabras aleatorias: para calentar vamos a hacer simples asociaciones. Estamos en el despacho con otros compañeros, o con un grupo de amigos.
A· Elegimos una palabra al azar del diccionario, abrimos una página y plantamos el dedo donde nos parezca. Esa palabra sirve. Abrimos otra página cualquiera y realizamos la misma operación. Tenemos dos palabras. Nuestro ‘foco’ va a ser buscar una nueva idea para las vacaciones de este año.
El primer pensamiento, al momento de descubrir cada palabra, nos sugiere ideas ya establecidas relacionadas con cada una de estas, pero a continuación nos empiezan a aflorar pensamientos ulteriores que conectan dichas palabras de una manera tímida y que poco a poco van creciendo de manera alocada. ¡¡¡Todo vale!!!
Es divertido. También se trata de eso. ¿Qué? ¡Menudas vacaciones las de este año, insospechadas, ¿verdad?!
B – Seguimos con las palabras al azar.
Esta técnica, en nuestros despachos profesionales, la podemos utilizar tanto para buscar nuevas direcciones en un caso, como para resolver problemas concretos en relación al cliente o a un asunto, para definir nuevos conceptos o valores sobre cualquier materia jurídica o para mejorar los procesos de gestión de nuestros despachos.
Por ‘foco’: vamos a trabajar la creatividad para que nos ayude a la hora de construir el relato fáctico en una querella o para tener una mente más constructiva en la fase de conclusiones a la vista de las pruebas practicadas, por ejemplo:
Ha habido un accidente en la ciudad y disponemos sólo de alguna información (pistas) ¿Qué hipótesis construiríamos a partir de dichas pistas?
- Obtenemos dos palabras al azar (cualquier medio es válido). Utilizamos las dos palabras para crear un escenario y un marco para la historia del accidente. Establecemos el condicionante inicial de que no se puede desvelar ni cómo tuvo lugar el accidente, ni quién fue el causante.
- Obtenemos tres palabras más al azar. Estas son nuestras pistas. A partir de ellas construimos una hipótesis que pudiera ser razonable e implicamos ya al autor material del hecho.
Supongamos que las dos palabras aleatorias son: perro, y detergente. ‘Un hombre ha aparecido desplomado en la acera de la calle Mata, a su alrededor, por el suelo húmedo restos de espuma’
Las pistas son: espinacas, gafas, bolso. ‘El hombre de mediana edad, regresaba hacia su casa después de pasear a su perro. Cuando caminaba observó que una mujer llevaba el bolso abierto y se le iban a caer las gafas de sol. Al ir a advertirla sobre dicha circunstancia se escurrió sobre el suelo que aún permanecía mojado y lleno de espuma ya que el propietario de la tienda local había fregado la acera con detergente para limpiarla de una pringosa hez de perro con restos de espinacas. La hez que había quedado sin recoger cuando este mismo señor, el que ha resultado lesionado, sacó su perro a pasear por la mañana temprano.’
Pues bien, momentos como estos, al menos uno al día. Jajaja… Es la ocasión de acostumbrar nuestra mente a buscar preguntas.
Pensaréis que esto no sirve para nada. Realmente se trata de un puro entrenamiento para tener el ‘músculo’ creativo activo. Haciendo este tipo de prácticas, cuando nos enfrentemos a un caso real, podremos extraer el máximo de detalles o pruebas y tendremos más posibilidades de buscar y encontrar conclusiones por distintos enfoques o caminos.
De esta manera abrimos nuestra mente a una fase de ‘divergencia’ (¿cómo podríamos..?) en la que generamos muchas ideas nuevas, las aceptamos todas, sin embargo, después, esas ideas tenemos que evaluarlas, aterrizarlas, y convertirlas en acción, en valor, para ello entraríamos en la siguiente fase de ‘convergencia’ (¿Y si… ?). ‘Cuando a las ideas las dotas de valor, entonces hablamos de innovación.’
¿cómo podríamos…?
Una técnica de divergencia: en grupos de cuatro (folio, post-it y rotu de punta gorda)
- Establecemos un reto, por ejemplo:
¿Cómo podríamos probar que..?
Buscamos nuevos elementos probatorios en un asunto, o nuevas perspectivas para los medios probatorios obteniendo resultados que hasta ahora no se hayan utilizado, o al menos, no se han utilizado en esta materia o de esta manera…
Y lo escribimos en un folio, en grande, que se lea muy bien.
- Pensamos soluciones -ideas, conceptos- para ese reto y los escribimos de forma individual en los post-it, que se lea bien, aunque el post-it sea pequeño y el rotu gordo. De esta manera nos esforzamos en sintetizar. ¡¡Vamos, cada 15 segundos una idea, sin juzgarlas!!
- Ahora todos los post-its expuestos en la mesa, en la pared, en el suelo… donde queramos. ¿Cuántas ideas hemos generado en 20 minutos?
¿Y si…?
Una técnica de convergencia:
- Ahora vamos a seleccionar de entre esas ideas. Vamos a obtener sólo tres y de ellas finalmente trabajaremos con una. Recorto la parte superior de un post-it, la de la pega. La divido en tres y en cada uno pongo la iniciales de mi nombre y de cada uno de mis dos primeros apellidos, y sin pensar pego cada uno encima de cualquier pos-it de ideas. Ya las tengo seleccionadas.
- A continuación establecemos criterios, los que decidamos, para la selección definitiva, por ejemplo:
- eficiencia – de esta manera podremos aumentar nuestro knowhow incluyendo esta nueva vía probatoria en nuestras dinámicas procedimentales;
- inmediatez – esta acción probatoria es más conveniente para el cliente ya que nos puede llevar a una acción dirigida a la transacción antes que extendernos en plazos en vía contenciosa-;
- originalidad – al abogado contrario, seguro que no se le ha ocurrido la posibilidad de interesar este medio probatorio, o no se espera que hayamos trabajado en esta dirección-
- Y elaboramos un plan de acción ¿Y si…? : ¿Qué ideas concretas vamos a realizar para llevarlo a cabo? ¿Qué acción/acciones hay que realizar? ¿Quién / o a quiénes hay que implicar para realizar la acción? ¿En cuánto tiempo debe estar acabada?
El proceso que hemos seguido ha sido el siguiente:
- Establecemos un reto
- Generamos ideas
- Seleccionamos. Establecemos criterios
- Elaboramos el plan de acción
¡¡¡Os puedo asegurar que funciona!!!
Yo aplico técnicas creativas en distintos momentos de los casos, tanto para cuestiones propias de gestión como puede ser trabajar el alcance del asunto para estudiar su viabilidad jurídica, elaborar el presupuesto, o como para cuestiones de la propia técnica jurídica.
Sólo tenemos que creer, crear y crecer.
“La creatividad es la capacidad de creer en nosotros mismos, de crear y de crecer.” F.Bercebal
Como abogados, este es un camino que andar. Aquí tenemos que buscar las preguntas para encontrar las respuestas.
Fuentes: Néstor Guerra ‘Creatividad’ · Edward de Bono ‘Ejercicios para ejercitar la mente’
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