15 febrero 2018

Siete consejos para ser un buen profesional

María Antonia Carmona Por María Antonia Carmona
sigueme-abogaciaes

  1. Acepta los estreses y sinsabores de la profesión

Cuanto antes aceptes el sacrificio que supone, a nivel personal y profesional, el ejercicio de la profesión, más preparado estarás para afrontarla. “Lo que se resiste, se persiste” y estar quejándote de los problemas y sinsabores de la profesión no ayuda en nada a solucionarlos.

Construye tu “escudo protector”: dedica un tiempo al día, por poco que sea, a una actividad que te guste; busca tiempo para dedicar a tu familia/pareja (aunque sea poco, que sea de calidad); haz deporte o ejercicio (si puedes ir al trabajo caminando, ¡hazlo!); durante la jornada permítete descansos cada 90 minutos, puedes ver el video “Un minuto de meditación” que encontraras en Youtube; evita hablar de trabajo en la comida y dedícate la hora de la comida solo a esto.

Puedes encontrar sencillas técnicas para gestionar tu estrés en el día a día en los artículos de septiembre y noviembre de 2016  titulados: “Gestiona tus estrés, gestiona tu bienestar”.

  1. Apoya tus habilidades profesionales en tus habilidades personales

Puedes ser un gran abogado, pero has de apoyar el ejercicio de la profesión en las habilidades personales: una buena comunicación para transmitir a tu cliente lo que quieres transmitir, para persuadirle o disuadirle de una idea concreta, para expresarte en los juicios, para convencer al juez, etc.

Habilidades de relación: para relacionarte con tus compañeros de despacho, con otros abogados, con el personal de los juzgados, etc.

Proactividad: para enfocarte a lo que tienes que hacer y no dejar para mañana lo que puedes hacer hoy, para salir a buscar clientes.

Tolerancia a la frustración: para aceptar los reveses (no ganar un juicio, no conseguir un cliente,  recibir una crítica, etc.).

Capacidad de análisis: para decidir la mejor manera de actuar y evaluar las consecuencias de tus acciones y que hace que las cosas no salgan como tú pensabas.

Gestión de emociones: para manejar los momentos de estrés y ansiedad y las emociones negativas del día a día. Si quieres profundizar sobre este tema puedes leer los artículos de junio y septiembre de 2017 titulados “Gestiona tus emociones”.

  1. Construye relaciones de calidad con tus clientes

Posiciónate, ante tu cliente, como un “asesor de confianza”, que siempre tratará de buscar distintas opciones a su problema. Jamás crees falsas expectativas a tu cliente sobre que el asunto es fácil o que el juicio está ganado, lo imprevisto siempre es más y has de ser cauteloso.

Escucha más que habla, a nadie le gusta que le den una lección de derecho. Lo que el cliente quiere es que le escuchen y le den soluciones. Esto no quiere decir que a veces no les hayas de explicar algo, pero hazlo siempre desde la humildad y haciéndolo desde su perspectiva,  conocimiento y nivel.

  1. Créete que eres un buen profesional

La experiencia es un factor muy importante para tener confianza en una misma, pero no toda la gente que tiene experiencia  tiene un buen nivel de  confianza en sí mismo.

Así que refuerza tu autoestima (darse valor a uno mismo) en el día a día: construye un buen perfil profesional (preparando los casos a conciencia, buscándote un mentor en que apoyarte,  estudiando, estando al día de las novedades); refuérzate por los logros escribiéndolos en un papel y releyéndolos con frecuencia; lee también con frecuencia los mails o whatsapps de tus clientes felicitándote; anota todas tus cualidades positivas; escribe los progresos realizados  desde que te iniciaste en la profesión. Estas sencillas prácticas te harán poner el foco en tus avances y éxitos y te permitirán sentirte mejor profesional día a día.

  1. Potencia tu faceta comercial

Recuerda que vives de los clientes y que abogados hay muchos y clientes menos. Haz labor comercial, aunque te resulte difícil. ¿Cómo lo puedes hacer?: al cliente que viene por un tema concreto, hazle una presentación del despacho, de tu perfil y menciónale todos los temas que puedes llevar. Si estas en una reunión social, familiar, o similar preséntate y reparte tarjetas.

Ensaya antes tu presentación: quién eres, a qué te dedicas y los temas que trabajas. Y nunca lo hagas desde la desesperación de “querer ganar clientes a toda costa”, porque que se nota, sino desde la imagen de un buen profesional que quiere facilitar la vida a los allí presentes. Prueba esta perspectiva y verás cómo cambia la reacción de la gente.

  1. Evita reaccionar y actuar desde el enfado

Cuando redactas o mandas escritos, evita hacerlo en caliente o evita llamar a un cliente en el momento en que te enteras de que se ha saltado tus indicaciones o recibir a algún cliente cuando acabas de recibir un revés.

  1. No por mucho madrugar amanece más temprano

Es lógico que en los inicios quieras coger todos los casos que lleguen a tu despacho, pero ten en cuenta que el día tiene 24 horas, y que el que mucho abarca poco aprieta. Un exceso de trabajo puede llevarte, entre otras cosas, a no llevar suficientemente preparados los juicios, con lo que ello implica respecto a tu reputación frente al cliente, compañeros  y colegas. Si te llegan demasiados casos y no los puedes asumir, pacta con un colega de confianza un trato ventajoso para los dos, eso sí por escrito y con las cosas muy claras sobre porcentajes, no competencia, etc, además de la manera cómo quieres que se lleve  el asunto y el trato que quieres que se dé a tu cliente.

Si las ideas anteriores te han parecido de utilidad, escribe tres acciones que puedes hacer para  llevarlas a la práctica. Revísalas cada mes y reflexiona sobre lo conseguido tras aplicarlas.

Maria Antonia Carmona Carles

TWITTER: @macarmonacarles

LINKEDIN: https://es.linkedin.com/in/maríaantoniacarmonacarles-18227437

Comparte: