05 diciembre 2019

Hace falta educación

Manuel Gatell Villena . Coordinador de la Sección de Derecho y Bienestar Animal del Colegio de Abogados de Málaga

El 2019 empieza a despedirse y se marcha dejando sensaciones de que la impregnación del bienestar animal en la sociedad ha ido un poquito a más, hay satisfacción por ello a la par que una gran responsabilidad para que el compromiso y la voluntad adquiridos después de mucho esfuerzo crezcan más y más. Sensaciones igualmente poderosas son, a mi modo de ver, las de ilusión y esperanza. Por fin nos hemos dado cuenta de que hace falta educación, una educación inherente en el tiempo, y se está empezando a trabajar en ello.

Desde esta Sección siempre hemos abogado que, como ocurre en tantos otros asuntos preocupantes – violencia de género, racismo, etc. -, educar y educar bien  nos evitará muchos de estos problemas que sufrimos hoy día. El futuro, es evidente, depende de las nuevas generaciones aunque no es una tarea exclusiva de éstas. Corresponde a todos nosotros, desde nuestro lugar en el mundo, dar el mejor ejemplo posible y acelerar la transición hacia una concienciación animal y ecológica inquebrantable frente a los negacionistas y los detractores.

Hace escasos días, el pasado 2 de diciembre, se celebró en la sede colegial de Málaga la clausura del Proyecto “Uno más en mi familia: Mi mascota”, organizado conjuntamente por el Icamalaga con la Diputación Provincial de Málaga (representada en el acto por su presidente, Francisco Salado) y con el Grupo Animalista de Benalmádena, GAB (representado en el acto por su secretaria, Pini Herrero). En interés de promover la educación, dicho proyecto ha ido destinado al aumento de la sensibilización infantil en bienestar animal así como al asesoramiento jurídico a los ayuntamientos en derecho animal. Este asesoramiento era prestado una vez analizadas y detectadas las necesidades específicas de cada municipio con la finalidad de enriquecer su normativa de la manera más satisfactoria. Concretamente, ese asesoramiento se traducía en un cuerpo normativo de protección animal trabajado  y redactado por una mesa de especialistas  y en la que se estudiaron ordenanzas referentes del país: Madrid, Barcelona, Zaragoza, entre otras.

En la ceremonia se les reconoció a todos ellos el interés y la acogida y se entregó el premio de “Municipio amigo de los animales” a El Burgo en mérito de sus medidas a favor del bienestar animal.

Seguramente sea conveniente apuntar que la Diputación Provincial de Málaga es una institución pública que presta servicios directos a los ciudadanos y presta apoyo técnico, económico y tecnológico a los ayuntamientos de los 103 municipios de la provincia de Málaga. Gracias a esa colaboración de la administración se pudo contactar con los municipios y hacerles llegar el proyecto a casi una treintena de ellos.

En esta misma línea, más de un millar de alumnos de toda la provincia de entre 4º de primaria y 1º de la ESO, a través de siete talleres en distintos municipios, acudieron a actividades de sensibilización impartidas por un voluntari@ de GAB y un abogad@. Se aprovechó la ocasión para exponerles de una manera pedagógica las cuestiones básicas del derecho animal en España, como las consecuencias penales del maltrato, así como para inculcarles los beneficios de la convivencia con animales domésticos y la necesidad  de una tenencia responsable en todo momento por su condición inequívoca de seres vivos sintientes.

Un proyecto de este tipo nunca se había llevado a cabo en la provincia y su carácter ambicioso en lo técnico y en lo educacional hizo que significase un importantísimo reto.

Ocurre que a nadie se le escapa, pues estudios científicos así lo corroboran, que incentivar la empatía y la cercanía con animales durante esta franja de edad puede determinar unas relaciones interpersonales en la edad adulta basadas en el respeto y la tolerancia. Del nexo entre la presencia en actos de maltrato hacia animales y el desarrollo por el sujeto de una actitud violenta y antisocial se ha hablado sobradamente y no merecer ser repetido aquí. Parte importante del remedio, insisto, sigue estando en la educación.

Por esta misma razón, son admirables las iniciativas de introducir el respeto hacia los animales en la docencia mediante la creación de asignaturas. La educación, como el derecho, han de estar vinculados a la realidad social. Noticias como las que nos llegan desde Granada y Aragón de la creación de asignaturas de educación en respeto hacia los animales merecen un doble reconocimiento: como decía, son iniciativas admirables fundadas en la creencia del valor capital de la educación, y sirven para poner de manifiesto al mismo tiempo la inacción de los gobiernos regionales en implantar las medidas educativas y de formación en el ámbito social contempladas en la gran mayoría de las leyes de protección animal de sus comunidades.

Parafraseando a Nelson Mandela, que ya lo tenía claro: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.

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